Solían decir que el mejor momento para camprar una computadora era siempre mañana. En el caso de la crítica en la izquierda, y parece que especialmente en nuestro gobierno, la crítica debe esperar cuando menos hasta pasado mañana, por el cuentecito aquel de no hacerle el favor a la derecha. Giordani escribe una carta que hace agua por los cuatro costados y nadie, oficialmente quiero decir, se dispone a contradecirlo y a demostrarnos cuales son los errores en los cuales incurre. Es más fácil despacharlo con el mote de traidor y abrir, de ese modo, la senda para que todo siga igual.
Hector Navarro se atreve a ponerse de lado de Giordani, y por los vientos que soplan ya tiene un pie fuera de PSUV.
Ana Elisa Osorio apoya a Héctor Navarro... ¿será que piensan hacer una cadena de expulsados?
Quizás hemos ido muy lejos en el uso de consignas. Las consignas son al pensamiento político lo que el cubito a la sopa: esta reducido, disecado, mezclado con quimicos de dudosa reputación, pero hacen que la sopa sepa a....Cubito.
Nuestro pensamiento político está tan teñido de consignas fáciles de aprender y repetir que simplemente nos hemos olvidado de repensar el país día a día. Históricamente, siempre ha sido más fácil mandar a la horca... digo a la expulsión, que tratar de digerir el pensamiento del otro. Tengo amigos chavistas que si se les da tres días de plazo para que piensen en algo que se esté haciendo mal, terminarán con la cabeza rebanada y su busqueda será infructuosa.
A uno le da por pensar que el congreso del PSUV debería servir para discutir esas cosas y no en sacarle el cuerpo al diablo (lease Giordani o Navarro) como vestales que corren por el Olimpo.
Que yo recuerde, los únicos expulsados de Chávez fueron los miembros del viejo directorio de PDVSA. Y en más de una ocasión manifestó su arrepentimiento por la forma como lo hizo.
Uno se pregunta ¿quien se siente tan débil para desatar semejante furia divina?
En lo que a mí respecta, no veo al gobierno débil, ni al borde del abismo, ni desarmándose, como dice un amigo mío. Lo que no veo es muchas ganas de discutir poniendo las consignas a un lado.
