Son innegables los logros revolucionarios en los últimos 15 años. La inclusión social en materia de pensiones, el acceso a la salud, educación, alimentación, vivienda son algunos de los avances que se le deben al presidente Chávez. Pero muchos de estos logros hoy se muestran anquilosados en la burocracia y corrupción gubernamental. Después de un año de políticas contra la GUERRA ECONOMICA del capital la especulación y desabastecimiento (inducido o no) se mantiene, es difícil ubicar medicamentos, respuestas de automóviles, refacciones para artefactos eléctricos, productos de aseo personal, entre otros.
Hoy la especulación y escasez ha llegado a los boletos aéreos nacionales e internacionales. En este país se juega con cualquier necesidad del ciudadano. Pondré dos ejemplos básicos que he vivido 1) Desde hace 3 meses le diagnosticaron una insuficiencia renal a mi madre y a la fecha en ninguna farmacia he podido conseguir uno de los medicamentos indispensable para su tratamiento. 2) Fui invitado a un Congreso Internacional en Brasil para noviembre, sobre Movimientos sociales; y desde junio procuro un pasaje que nunca he conseguido. En las Farmacias me dicen que ese producto no lo han importado más por el problema de la adquisición de Divisas. En las agencias de viajes me dijeron que debido a la poca asignación de dólares a las líneas áreas, ellas han optado por asignar pocos cupos y frecuencias de vuelo para Venezuela. Serán ciertas estas versiones de la problemática?
Lo que si es cierto es que los venezolanos nos vemos afectados, pues el gobierno no nos está garantizado el bienestar social requerido en un proceso revolucionario. Y el asombro no termina allí, no solo hemos desmejorado la calidad en salud, entretenimiento y disfrute, sino la alimentación, ya que hay que hacer largas colas para obtener lo necesario y en aumento de precios constante, la educación va en franco deterioro, adquirir viviendas es una odisea los costos están por la nubes no bajan de 5 millones las muy económicas. En esas condiciones es imposible para un trabajador hacerse con una vivienda de calidad.
Por otro lado, me llama mucho la atención que nuestra insólita revolución ha llegado al límite, pues los CENTROS DE APUESTAS y los llamados SPORT BOOK ha proliferado en todas las ciudades del país. Qué revolución puede avalar las apuesta y el consumo de licor, y no es que seamos puritanos, pero deben existir límites ante el consumismo ocioso al cual incita el capitalismo. Necesitamos retomar el rumbo de una propuesta para el Buen Vivir. No puede quedarse solo en los discursos de los políticos burócratas, hay que luchar por hacerla realidad. La REVOLUCION es ahora.
*Docente/investigador. Universidad del Zulia
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