El periodista Pedro Cuartilla, viajaba en su viejo Malibú hacia Pampatar y al pasar por la redoma de Los Robles, observó el movimiento de tierra y pensó: “Gracias a Dios y al Gobernador Mata Figueroa van a solucionar este terrible tráfico que ha sido un problema de toda la vida, pero nunca le pararon”. Después pasó por el antiguo canódromo y al contemplar la cancha de fútbol y la pista de atletismo y las tribunas remozadas, volvió a reflexionar: “Esto sí es una obra de envergadura, y quien no lo reconoce es porque es bien mezquino”.
EL periodista siguió su camino para llegar hasta los kioscos de la playa de Pampatar, donde tenía una cita con una persona, quien deseaba decirle algunas cosas, pero antes de llegar, notó los huecos y la basura en las calles y dijo: “En verdad un municipio tan rico como éste, debiera tener las calles de oro y limpiecitas”.
Ya una vez instalado en el sitio y luego de los respectivos saludos, preguntó: ¿Qué hay de bueno por ahí?
La persona opositora, pero consciente, dijo: “Aquí, amigo, seguimos en la cuarta República, la oposición no entiende aún lo que es democracia, pues mientras los chavistas hacen para todo elecciones, de esas que llaman fiestas democráticas, nosotros, o quienes nos representan, siguen con el empeño de imponernos a sus candidatos. Por eso estoy de acuerdo con Pastor Heydra, que como tú sabes es un opositor, pero lanza sus verdades, que debieran tomarlas en cuenta”.
¿Y qué dijo ese señor?
- Que los electores desean primarias y ellos prefieren volver a la negociación entre los jerarcas de las cúpulas, despreciando a un colectivo que es el que vota, y al final en nombre de éste, dicen: “Estos son los nuestros, los escogidos, los toman o los toman”. Y así no se puede.
Pedro Cuartilla, oyó un rato más al personaje y como entendió que lo escuchado no era nada nuevo, se despidió y se vino pensando: “Y aún hay gente, supuestamente inteligente, que defienden a estos tipos y hasta hablan de democracia”.
