Pareciera que la intelectualidad dedicada a la reflexión de la praxis de los paradigmas ideológico-históricos-revolucionario-bolivariano-chavista, algunos, claro, se han achichorrado, temporalmente, of course, porque han dejado en el tintero del pensamiento aquella frase adobada a Vladimir Ilich Lenin: “…un pasito pa´tras y, “endespués”, un saltico pa´lante…” cuando la revolución se obliga a si misma a la reflexión, también temporal, sobre los escenarios “en pleno desarrollo” que conllevan a impaciencias, toma de decisiones atemporales caminando hacia un terrible “cul de sac”, evidentemente, seudo-revolucionario.
No se ha desarrollado revolución alguna sin contradicciones de toda naturaleza desde contradicciones sobre modelos a seguir pasando por soluciones proféticas en la “estructura económica” hasta las angustias del Tiempo que va superando las aspiraciones de “viejos y nuevos” revolucionarios de verdad, verdad; por ello, nos consideramos que, de tiempo en tiempo, como lo expresaba nuestro Comandante en Jefe, Hugo Rafael Chávez Frías, es obligante aplicar, en sus propias palabras, “las 3 R” que no son más que dar “un alto en el camino” para ponerse en la acera de enfrente y ver con grados de objetividad en cual espacio de desarrollo revolucionario nos encontramos; repetimos, “…espacio de desarrollo revolucionario…” que no es “…etapa revolucionaria…”.
Lo inmediato anterior refiérase, directamente, al título que hemos propuesto para el análisis actual de la revolución en proceso bolivariano con un rescate del pensamiento del Comandante Chávez Frías cual no es una praxis de esta revolución sino pareciera en una muy mala costumbre en permanente desarrollo en nuestra Patria, Venezuela, cuando, quizás, por las mismas angustias más que impaciencias de los líderes tanto de la 4ta. República como del actual proceso revolucionario, la temporalidad los obliga a “esa presión constante” en la verticalidad no solo del Poder sino, al tiempo, escenarios que se presentan entre los propios empresarios por muchos análisis y propuestas horizontales en solución se realicen. Por ello nos preguntamos, permanentemente: ¿qué es importante, qué es urgente?
No estamos en los niveles obligantes como para exponer en real conocimiento qué es importan y qué es urgente para el Gobierno revolucionario porque ello requeriría tener, metodológicamente, toda la información requerida para analizarla y poder extraer ideas en solución, siempre temporales, de la separación de los problemas en tiempo y los objetivos revolucionarios en desarrollo en su constante y permanente perfectibilidad cuando las contradicciones se vayan mostrando según la propia praxis de ese desarrollo revolucionario. Al tiempo se deberían separar al unísono que entrecruzarse realidades en desarrollo de la “estructura económica”, de la “super-estructura” y, en consecuencia, las expresiones ideológicas no solo aquellas revolucionarias sino también de las propuestas ideológicas de las derechas aunque, tengamos que aceptar, irremediablemente como continuamente lo expone cuasi-en-ruego, José Vicente Rangel Vale, que esas derechas no es que no sepan hacia donde quieren y desean conducir a Venezuela sino que se “hacen los policías de Valera” para “no mojarse” y, mucho menos, comprometerse con el Imperio exponiéndose, públicamente, ante el Poder Popular. Pero por el acto se saca al pecador.
Lo inmediato anterior marca, obligatoriamente, las diferencias entre las ideas y propuestas revolucionarias y las mismas provenientes de las derechas. En ese marco referente, tendríamos varios escenarios; en primer lugar, es necesario definir y precisar cuál es lo importante y lo urgente en un “momento histórico” concreto; por ejemplo, en la actual “guerra económica” en “pleno desarrollo”, debemos precisar cómo es la relación real entre “la demanda”, “la oferta” y “el mensaje ideológico” enviado tanto por las derechas, sean golpistas y/o se manifiesten como “demócratas no-golpistas”, y las respuestas provenientes desde el gobierno y partidos y movimientos revolucionarios bolivarianos y chavistas.
Un segundo escenario sería conocer las propuestas desde las reales realidades políticas en su curso temporal en análisis y los diferentes marcos ideológicos revolucionarios en ideas propuestas; es decir, ¿qué significaría en los actuales momentos aquella frase leninista arriba en referencia?
Nos, nos vamos a permitir un comentario y una pregunta. El comentario se refiere a una conversación sostenida en Beijing con un importante cuadro del Guomindag reformado (permítasenos ser algo impreciso) quien había compartido en la Academia militar de Whampoa (provincia de Gangdong) con Mao Zedong (16 junio 1924). Mao Zedong impartió, únicamente, dos (2) clases sobre la situación del campesinado en China. Conociendo nos, someramente, la importancia que Mao Zedong le había dado a las realidades del campesinado en China y su posible importancia del mismo en el proceso revolucionario chino era de toda lógica que le inquiriéramos a nuestro interlocutor porque, solamente, impartiría dos (2) clases el mencionado líder histórico chino. Su respuesta sustentada en las propias palabras de Mao Zedong fue que el Gran Timonel consideraba que las propuestas en mesa sobre el proceso revolucionario chino estaban equivocadas. La Historia le daría la razón pero lo rescatable es la objetividad del análisis realizado por Mao Zedong en ese preciso momento histórico; es decir, se auto-impuso lo importante sobre lo urgente.
Con respecto a la pregunta arriba en propuesta ella se refiere a la decisión geoestratégica asumida por Joseph “el padrecito” Stalin de firmar un acuerdo con el nazi-fascista, Adolf Hitler, en un momento histórico cuyo desarrollo en praxis temporal sería lo inevitable, es decir, la guerra con lo cual el tiempo adquirido le permitiría a Stalin trasladar fábricas consideradas estratégicas a zonas donde podrían estar protegidas de la aviación alemana cuando Adolf Hitler invadiera Rusia camino hacia las zonas petroleras. ¿Sería atemporal aquella decisión de Stalin de firmar un acuerdo con Hitler?
En ese marco en pleno desarrollo tendríamos que definir, con la rigurosidad requerida, qué es Venezuela en el plano geopolítico caribeño, latinoamericano y mundial en tanto y cuanto se refiere no solo a su posición geoestratégica como fachada caribeña que se confronta con la otra fachada en importancia también geoestratégica que se corresponde con el sur de los EEUU de América como, al tiempo, ser Venezuela la “entrada y salida” de países latinoamericanos (Brasil, Uruguay, Argentina) hacia el Caribe. Ello implica, inmediatamente, la responsabilidad histórica de Venezuela como se podría demostrarse con los avances realizados tanto por los indios caribes como por don Francisco de Miranda, don Simón Bolívar y los cobardes que “juyeron” para no comprometerse con el proceso de Independencia para luego regresar y reclamar lo que no se habían ganado algo así como lo están haciendo, viviendo y aspiranzados “los mayameros”. Fíjense que no nos estamos refiriendo al petróleo, al gas, al hierro, a la bauxita, a los metales estratégicos, al agua, a la tierra y al Poder Popular.
Una vez tuviéramos la respuesta requerida nos debemos preguntar: ¿Por qué esa comandita entre “los mayameros” y el Imperio estadounidense acompañado por los británicos, la derecha española, las derechas acólitas latinoamericanas y cuanto oportunista se atraviese?
Una de las respuestas, para nos, la más importante, es el sostenimiento del sistema caduco capitalista-venezolano-rentista que significa el “kowtow-histórico” de los “amos del Valle” hacia Washington (flojera, desidia, comodidad y traición a la Patria). Esta actitud, histórica, por demás, podría ser la respuesta que tanto viene solicitando José Vicente Rangel Vale; es decir, “no se mojan” porque, sencillamente, están claros en sus significados de “sumisos esclavos no liberados” hacia lo real-significativo del capitalismo dependiente, de la alienación retardada seudo-feudal-internacional, y de su profundo pecado de “soberbia teológico-católica”.
Visto lo propuesto como introducción, nos vamos a permitir exponer algunas ideas como referencia. Es cierto la información ofrecida por el Presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros, referida a la agricultura en Venezuela. Quizás le correspondería al ministro correspondiente profundizar, metodológicamente, en detalles, sobre la realidad real de la actual situación de la agricultura venezolana y, en ese marco de información, informar qué y cuánto se está sembrando y produciendo en cada uno de los estados de la República para que el Poder Popular conozca, aprenda e informe, metodológicamente, la realidad real de la agricultura venezolana separando aquella producción agrícola de la destinada hacia la agro-industria. Por ejemplo, ¿se produce suficiente maíz para la agro-industria referida como, Industrias Polar, para poder procesar esa producción, cubrir el mercado nacional y dejar de importar “harina Pan” desde la hermana República de Colombia? Pero en ese mismo renglón preguntarnos: ¿Quién controla todo el mundo agrícola en Timotes (estado Mérida) y averiguar sobre el transporte desde esa localidad hasta, en ocasiones, la isla de Margarita? Como también preguntarnos: ¿podría el Poder Popular controlar en colaboración con agricultores independientes para que puedan colocar sus productos en las diferentes plazas Bolívar del país sus productos ajenos a la cartelización de precios al consumidor impuestos, generalmente, por mayoristas de mercados populares como, por ejemplo, en el mercado de Coche en Caracas?
Lo importante nunca es urgente.
UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.