Más o menos a eso de las 10 de la mañana de aquel 4-F en residencia de gobernadores me abordó una periodista de Diario La Nación, quería tener mi opinión en tanto diputado por la fracción del Movimiento Al Socialismo, sobre el acontecimiento que desde la noche anterior se había estado originando, mayormente desde el Centro del país, hacía Caracas y que había originado lo que la Prensa Nacional e internacional tituló en primera página “Golpe de Estado en Venezuela”.
Temprano la madrugada al montarme en el autobús ruta La Grita a San Cristóbal, a través de Ecos del Torbes y emisoras colombianas escuche narraciones por las ondas hertzianas emitían por especies de corresponsales de guerra.
Al llegar a la redoma El Educador, subí como de costumbre a pie hasta el Centro cívico, piso 7, donde trate de comunicarme con el periodista de El Nacional Hugo Colmenares, quería tener información de primera mano, pero fue infructuoso.
La residencia de Gobernadores, parecía un enjambre de políticos, empresarios, sindicalistas, militares y todos los medios escritos, radiales y televisivos. Es de hacer notar que el pueblo no se hallaba allí. Hasta esa hora nada se sabía sobre quienes habían lanzado esa acción y menos aún de que tendencia política pudieran ser. Recuerdo que el gobernador adeco de entonces, dijo:-“Coño, que vaina, a mi me llamaron de la secretario de la presidencia, entre 11 y once y media de la noche, pero no entendí de lo que se trataba, tenía unos palos en la cabeza, fue solo cerca de la una de la madrugada que me percate de tal situación”
Respecto a la periodista de La Nación, le insinué que tomara declaraciones al diputado Feijoo Colomine, pero ella insistió que la declaración la suministrara quien esto escribe. Y en efecto, si mi memoria no falla, `palabras más, palabras menos exprese:-“En este país (…) aquí todo mundo ha protestado (…) trabajadores, los ancianos y en estos días hasta los niños tomaron la calle, nada extraño tiene que militares también hayan protestado (…)”
La publicación estaba prevista como edición meridiana, sin embargo ese tiraje salió a la calle muy tarde; lo que trajo secuelas de la salida del jefe de redacción y otros periodistas de planta como Humberto Rodríguez y Ramsés Díaz León, a quien también se les efecto el coletazo de la rebelión militar de ese día.
Mas tarde vimos por primera vez al protagonista del alzamiento militar, resulto ser el joven oficial Hugo Rafael Chávez Frías, teniente coronel del ejército, quien en menos de un minuto de a locución televisiva, penetro el alma y la conciencia de un pueblo, que había estado esperanzado y en la búsqueda de un cambio capaz de voltear la torta, en que habían convertido el país el péndulo blanco y verde y donde unos pocos se habían adueñado de la riqueza nacional mientras millones de venezolanos sobrevivían en la pobreza total.
Su voz recia y excelente dicción se convirtió en huracán capaz de levantar al pueblo Lázaro, al verle y asumirle como su guía y salvador desde entonces. Encontraron en él, por primera vez a alguien capaz de asumir la responsabilidad de los hechos que cambiaron la historia de este país para siempre. ¡Que viva el espíritu de esos ángeles verdes que se la jugaron para reivindicar la Patria que estaba postrada ante el poder anglosajón y los amos del valle que se apropiaron de la renta que generaba el excremento del diablo! .
