Las elecciones parlamentarias de este año, tienen una importancia decisiva en el curso de los acontecimientos de los próximos años. No serán cualesquiera comicios. No serán elecciones comunes y corrientes, y son muchas las cosas las que estarán en juego.
No podemos olvidar, lo que ocurrió en este país con el parlamento bicameral de la IV República. Con lo que el entonces Consejo Supremo Electoral, y el sistema electoral efectuaban, donde se cercenaba y escamoteaba la participación a las organizaciones de izquierda, a los partidos minoritarios, que en múltiples ocasiones denunciaba el Comandante Supremo y Eterno, Hugo Chávez.
Debe haber el mayor civismo, el respeto de la legalidad democrática. Vamos a una elección donde ocurre una oposición, que desde el año 2006, luego de que perdieran por forfeit las parlamentarias del 2005, ha decidido transitar el camino democrático. Pero este camino democrático que transitan, no es transparente, no es claro, puesto que juegan con cartas marcadas y a conveniencia. Si el resultado les favorece, entonces reconocen al árbitro, lo ensalzan, lo felicitan. Si el resultado o los resultados le son adversos, llaman al desconocimiento de las instituciones, a los atajos, a la violencia. Sino, preguntenle a Henrique Capriles, cuando mandó a “descargar la arrechera”, y ese drenaje se tradujo en el asesinato de once (11) compatriotas, dos de ellos, niños; o a Leopoldo López, María Machado y a Antonio Ledezma, cuando llamaron a #LaSalida durante el primer semestre del año 2014, dejando un saldo fatal de 43 personas asesinadas, cerca de 900 personas con discapacidades permanentes, y más de 20 mil millones de dólares en perdidas.
Pero también las fuerzas que respaldamos a la Revolución Bolivariana, vamos a una confrontación con muchas heridas en el cuerpo de la República, que se convierten en amenazas a la estabilidad de la Revolución. Si bien es cierto que en más de un 70% de las dificultades económicas que afronta la República son inducidas, no es menos cierto que no hemos sido del todo eficientes y eficaces en la solución de los problemas del abastecimiento, del manejo eficiente de los recursos del Estado, de aplicar el peso de la ley a los corruptos que tenemos no sólo dentro de la Administración Pública, sino de las demás instituciones del Estado. La impunidad y la corrupción se convierten en graves amenazas que llenan de escepticismo a las bases que respaldan a la Revolución Bolivariana, y que va erosionando su respaldo y compromiso con la transición al socialismo que pretendemos construir.
El pueblo está arrecho, el pueblo demanda respuestas, y repito, no niego la conyuntura particularmente compleja que vivimos. Pero, tenemos que hacer mayores esfuerzos por resolver los problemas económicos, pero hacer algo mucho más que eso. Debemos hablar con claridad, con la verdad de lo que realmente está ocurriendo en el país, ya que a veces, hemos cometido el error de crear expectativas sobre ciertos y determinados anuncios, ciertas y determinadas medidas, y cuando toca, no se hacen de manera oportuna, o cuando se toman las medidas, se hacen sin tener en cuenta el sentido de la oportunidad, a veces se hacen de manera anticipada, y pierden su efecto, o se toman de manera tardía, ya cuando el mal y el daño están hechos.
Me contenta y recibo con mucho agrado el aumento de salario del 30% que decretó el Presidente Maduro el 1 de mayo. Pero, particularmente en sus anuncios aspiraba mucho más. No más aumento, sino de que además de dicho aumento, se dieran anuncios referidos al combate a la Guerra Económica, y de como los trabajadores y trabajadoras podemos colaborar para derrotarla, definitivamente. De cómo desde nuestros espacios de trabajo y lucha, podemos combatir el burocratismo y la corrupción, de como los trabajadores y trabajadoras luchamos no sólo por nuestras justas luchas reivindicativas, sino también participamos dentro del proceso social del trabajo, en la participación nuestra no sólo en la generación de la riqueza, sino en la gestión de las empresas socialistas, de como vamos al Poder y tenemos incidencia dentro de las instituciones del Estado, para ir hacia el Estado Democrático y Social, de Derecho y de Justicia, hacia el Estado Comunal.
La SUNDEE hay que revisarla, rectificarla y reimpulsarla. Autocríticamente debo señalar, que de un tiempo para acá, su trabajo ha sido muy poco eficaz y eficiente. No hay que ser un sesudo analista, basta con ir a cualquier abasto, supermercado, negocio, para que vea la espiral inflacionaria totalmente desatada, y que no hemos sido lo suficientemente contundentes para, sino detener, por lo menos contener un tanto los precios. El poder adquisitivo y la calidad de muchos trabajadores y trabajadoras se está viendo afectada de manera importante. Si bien no nos estamos muriendo de hambre, pero este es un elemento a tener en consideración en cualquier análisis político.
La Revolución Bolivariana no sólo decidió llegar al poder mediante elecciones, las cuales, es justo señalar, se dan bajo el marco de la legalidad burguesa, pero ha sido el pacífico con el que hemos podido dirimir nuestras diferencias. Y ha sido el camino también, por el que hemos mantenido el control del poder político, sin negar que en ocasiones hemos conquistado, pérdido y recuperado espacios, por ello, y luego de esta introducción, trataré de establecer algunos escenarios que se pueden generar en el país, dependiendo de los resultados de las parlamentarias de este año.
Y dichos escenarios, desde mi punto de vista, serían los siguientes, tratando de responder las preguntas: ¿Que nos pudiera ocurrir en el mejor escenario? ¿Que nos pudiera ocurrir en el peor escenario? Y entre esos dos interrogantes, algunos matices importantes:
1.- El PSUV y el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar, ganan la mayoría calificada de los 2/3 de la Asamblea Nacional (112 diputados de 167): Este es el mejor escenario posible, puesto que una Asamblea Nacional con el control de los 2/3, tendría el escenario para el desarrollo de leyes y procedimientos sin la necesidad de tener que negociar con las tendencias adversas. En algunos casos, las negociaciones se logran con los llamados cabildeos entre las distintas fuerzas políticas que conviven en el parlamento nacional.
Se desarrollarían de manera mucho más expedita leyes orgánicas, con los 2/3 se puede nombrar y remover al Fiscal General de la República, al Defensor o Defensora del Pueblo, al Contralor o Contralora General de la República, a los magistrados y magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, a los rectores y rectoras del Poder Electoral, eso en principio y someter a referendo aprobatorio o adrogatorio las leyes de la República. Además, el mismo Hugo Chávez, en los comicios parlamentarios del año 2010 señalo lo siguiente: “Es la vida del pueblo. Todo se ha logrado porque hemos contado con una mayoría del pueblo”, insistió Chávez. Esta apreciación del Comandante Eterno y Supremo habla de la importancia de obtener dos tercios, a fin de fortalecer el socialismo. Y sería el mejor escenario para la Revolución.
2.- El Psuv y el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar, ganan la mayoría calificada de las 3/5 de la Asamblea Nacional ( 100 diputados de 167): En este caso, la Asamblea Nacional permitiría la aprobación de leyes habilitantes a los fines de establecer las directrices, propósitos y marco de las materias que se le deleguen al Presidente o Presidenta de la República con rango y valor de ley, fijando el plazo de su ejercicio, además de emitir voto de censura al Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva y los Ministros y Ministras del Gabinete Ejecutivo. Pero no pudieran aplicar en principio, la designación o remoción del Fiscal General de la República, ni del Defensor o Defensora del Pueblo, ni del Contralor o Contralora General de la República, ni de los magistrados y magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, ni de los rectores y rectoras del Poder Electoral, ni someter a referendo aprobatorio o adrogatorio las leyes de la República. Seguiría el margen de maniobra, porque si los diputados opositores, como táctica parlamentarias, pretendería quebrar el quórum de funcionamiento de la AN retirándose todos ellos, no tendrían éxito, ya que tendríamos la mitad más uno de los diputados, más un colchón suficiente. Sin embargo, hay que tener cierto margen de maniobra y de negociación entre las distintas fuerzas que convivirían en el parlamento.
3.- El PSUV y el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar, ganan mayoría absoluta de la Asamblea Nacional (84 diputados de 167): Acá habría que ver el número de curules que las fuerzas revolucionarias obtendrían en definitiva. Pero, obteniendo esta mayoría, la misma se utiliza en todas las decisiones que se someten a votación. En principio, no pudieran remover al Fiscal General de la República, ni del Defensor o Defensora del Pueblo, ni del Contralor o Contralora General de la República, ni de los magistrados y magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, ni de los rectores y rectoras del Poder Electoral, ni someter a referendo aprobatorio o adrogatorio las leyes de la República. Pero si la derecha obtiene 83 parlamentarios, si bien estarían en minoría, tienen margen de maniobra para desde el parlamento, torpedear su funcionamiento y tratar de “forzar la barra”, tal y como lo hicieron en el período 2000-2005, donde muchas de las votaciones se decidían por un voto, además de sesiones casi interminables. Entraría en discusión el tema de la legitimidad, más que de la legalidad, pero no estaría tan comprometida la estabilidad.
4.- La MUD gana las elecciones de la Asamblea Nacional: En el supuesto que la derecha gane la mayoría de curules de la AN, y dependiendo de cualquiera de las mayorías que pudieran obtener, utilizarían el parlamento para sumir al país en todo un clima de inestabilidad política, y generar las condiciones para un golpe parlamentario tipo Paraguay y Honduras. Un parlamento nacional de mayoría de derecha, no aprobarían los presupuestos para la seguridad social, para las misiones, para la educación, para la salud; empezarían un proceso de desmontaje de la arquitectura jurídico política del Estado Democrático y Social, de Derecho y de Justicia, del Estado Comunal; pudieran impulsar la remoción de los integrantes de otros poderes públicos (Fiscal General, Defensor o Defensora del Pueblo, Contralor o Contralora General de la República, TSJ, CNE), pero, y dependiendo de los resultados que obtengan, tanto de curules como de número de votos nacionales que obtengan en los comicios, o se irían por el artículo 233 para declarar la falta absoluta del Presidente de la República Nicolás Maduro, a través de la incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el TSJ y aprobada por ellos (con Chávez lo intentaron, no lo olvidemos); o inventarse cualquier excusa para declarar el abandono del cargo. La otra manera, es el impulso de un referendo revocatorio. En resumen, buscarían generar crisis políticas sobrevenidas utilizando los mecanismos parlamentarios, e incluso de participación popular para esto.
Luego de esto, termino estas líneas, transcribiendo como debe ser nuestro parlamento, tomando este fragmento que escribió Lenin, en el Estado y la Revolución: “La salida del parlamentarismo no está, como es natural, en abolir las instituciones representativas y la elegibilidad, sino en transformar dichas instituciones de jaulas de cotorras en corporaciones "de trabajo". "La Comuna no había de ser un organismo parlamentario, sino una corporación de trabajo, ejecutiva y legislativa al mismo tiempo"(Subrayado del articulista).
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Por la Asamblea Nacional del Poder Popular!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!