La Revolución sufrió este 6D un revés bárbaro; un revés que no veíamos durante el tiempo en que nuestro gran Chávez decidió cambiar a esta, nuestra querida Nación, nuestra querida Patria.
Aunque paradójicamente muchos venezolanos con "su voto castigo" se castigaron a sí mismos, sin duda gran parte del revés lo produjo la ineficiencia, la ineficacia que tantas veces criticó el Presidente Chávez.
Hoy día, muchos estarán lamentándose de la decisión que tomaron a raíz del descontento visceral que produjo la escasez y la inflación. Sin duda alguna, con su "voto castigo" le abrieron las puertas a los que durante décadas mantuvo pisados a miles de venezolanos, a los que llevaron la pobreza al 80% de la población, a los que sabotearon la industria petrolera ocasionándoles daños económicos multimillonarios, a los que se quejan de la inflación pero apoyan la libertad de precios que vemos hoy día, a los que les quitaron las prestaciones sociales, en fin, el repertorio es largo.
Sin embargo, la falta de respuestas contundentes considero que es el motivo del fracaso electoral, esto y la mala gestión comunicacional. La bofetada del 6D, tal vez, se pudo haber evitado tomando acciones radicales, y comunicándole a los seguidores la crisis en la que nos encontramos.
Un bajón a 30$ del barril, significó una reducción del 60% de los ingresos petroleros y sin embargo, nos intentamos mantener como si nada estuviese ocurriendo, esperanzados en que la situación mejorara. Esto, significó un error. En medio de un recorte de ingresos de tal magnitud, se debía cuidar lo mas vital: Salud y Comida. Más nada. Las viviendas, los vehículos, podían esperar. Pero ni la salud, ni la comida pueden ni deben esperar. Primero se debió garantizar esto y luego, si se alcanzaba el consenso en la OPEP y los precios del petróleo mejoraban, podíamos continuar con el resto de los elementos. Una buena gestión comunicacional hubiese permitido que el mensaje real le llegara al pueblo.
Probablemente esté aquí especulando, pero me hubiese gustado ver este tipo de acciones.
No obstante, aunque se perdió esta batalla: no se ha perdido la guerra; no se ha perdido la Revolución. Significa entonces que estamos aún a tiempo. Significa entonces que tenemos que renacer y reconectarnos. Es bueno que tengamos esta sentada. Es bueno este llamado de atención. Es bueno este sacudón. Era necesario reconducir el proceso revolucionario, y con estos resultados ha llegado la hora.
Ya no hay tiempo para ser ineficientes, no hay tiempo para postergar, no hay tiempo para ser blandos, no hay tiempo. Estamos obligados a ser EXCELENTES A LA PRIMERA. Estamos obligados a ser EFICIENTES. Estamos obligados a incrementar la CALIDAD en nuestros procesos. Estamos obligados a TRIUNFAR. Y sobretodo por ese pueblo que no sabe por quién votó. Ellos no lo saben, no lo creen, pero nosotros sí. Y como padres ideológicos estamos obligados a protegerlos, incluso aunque crean lo contrario.
Frente a la adversidad, debemos ser como Bolívar en el relato de Mosquera: «Encontré al Libertador ya sin riesgo de muerte del tabardillo que había hecho crisis; pero tan flaco y extenuado que me causó su aspecto una muy acerba pena. Estaba sentado en una silla de vaqueta recostada contra la pared de un pequeño huerto, atada la cabeza con un pañuelo blanco. Sus pantalones de jin me dejaban ver sus dos rodillas puntiagudas, sus piernas descarnadas. Era su voz hueca y débil y su semblante cadavérico. Tuve que hacer un esfuerzo para no largar mis lágrimas y no dejarle conocer mi pena y mi cuidado por su vida».
Sigue contando Mosquera que "con el corazón oprimido" y "temiendo la ruina de nuestro ejército" le preguntó: «¿Y qué piensa Ud. hacer ahora?», a lo que Bolívar, con tono decidido, le respondió: «¡TRIUNFAR!». Seis meses después derrotaba a los españoles en Junín.
Este espíritu viril y entusiasta lo debemos demostrar los Bolivarianos ante la adversidad. Adelante Presidente Maduro. Listos de nuevo para el combate.
Gabo.hb@gmail.com
Twitter: @gabriel_hb
