El voto castigo no fue suficiente

El pueblo está harto, no aguanta más y el gobierno no quiere darse cuenta. Maduro se comporta como el pobre toro que sólo mira el trapo rojo que le agita la MUD para darle la estocada final inevitable. Por eso no va al encuentro de los millones de pobres que hacen las colas en todo el país. Las masas populares abandonadas, por la ceguera del gobierno, terminarán aplaudiendo el desahucio de Maduro de Miraflores sin que se dispare un solo tiro. Las mayorías empobrecidas de Venezuela siguen huérfanas al igual que antes del 6D sin la protección ni la solidaridad de su aliado natural de clase que debería ser el chavismo. Es increíble que después del descalabro electoral las colas del pueblo sigan invisibles ante los ojos de la burocracia gubernamental y del PSUV. Eso ocurre porque la línea política impuesta por la cúpula del chavismo continúa equivocada y porque se ha perdido el sentimiento, la espiritualidad y el amor que predicaba Chávez con su ejemplo.

Que diferencia la desidia de este gobierno con la sensibilidad social que floreció en la administración de Chávez con la tragedia de los damnificados, por las lluvias, que además de catapultar a la GMVV también puso a prueba la capacidad de ayuda humanitaria del gobierno revolucionario. Chávez albergó temporalmente a los más pobres hasta en el mismo Palacio de Miraflores y en todos los Ministerios. Los damnificados ocuparon espacios en los lugares más insólitos y los ministros cumplieron la orden de atender, velar y responder por la suerte de los necesitados. Hay que destacar sobre todo, en aquella oportunidad, el espíritu de solidaridad y de inclusión con los pobres de Venezuela. Eso mismo no se ha visto en el gobierno de Maduro con los damnificados de las colas, con los desposeídos que buscan angustiados, en las filas infernales del neoliberalismo salvaje, lo indispensable para su sobrevivencia.

En la práctica se niega todo lo que se dice en el discurso socialista de la revolución bolivariana. ¿Qué van a hacer ahora frente a la propuesta de la derecha para darle a la tercera edad el beneficio de un bono de medicinas y de alimentación? No basta con arrojar a la cara de la MUD la verdad de su cinismo y demagogia diciéndole que sólo persigue el objetivo político de acabar con Maduro porque eso no es ninguna novedad y lo sabe todo el mundo. De ninguna manera es pertinente argumentar la precariedad económica del gobierno en un ambiente signado por la corrupción y el derroche populista. Tampoco el gobierno tiene la autoridad ideológica para explicar por qué los viejitos han sido excluidos, históricamente en la revolución bolivariana, específicamente de ese beneficio con excusas neoliberales. Sinceramente no creo en la potencialidad socialista del gobierno para darle una respuesta revolucionaria a la derecha. No es un secreto que los medios de producción y de distribución de medicinas son propiedad de la burguesía. Ahí está la clave para terminar con el negocio farmacéutico a costa de la salud del pueblo. SI lo hizo Cuba, en peores condiciones, por qué no podemos hacerlo nosotros. Ese es el dilema, hacemos la revolución o las masas terminarán por no creer más en la palabrería hueca del chavismo burocrático, corrupto y socialdemócrata. Por algo hay que empezar y una buena manera de hacerlo, en una primera etapa, sería garantizar la entrega de medicinas gratuitas, para los pensionados de la tercera edad, en todas las farmacias del país. En etapas sucesivas habría que prepararse para seguir avanzando hasta que las medicinas puedan ser recibidas gratuitamente por toda la población porque en socialismo no es ético lucrarse con la salud del pueblo.

Nadie sabe a ciencia cierta cuál será, en esta etapa, el proceder de las masas populares, incluyendo al chavismo indignado, en estado pacífico de rebelión crítica y de cuestionamiento electoral al gobierno. Sólo sabemos que el descontento crece y no han cambiado para nada las condiciones de la derrota que existían el 6D. El voto castigo no fue suficiente para producir un viraje del gobierno hacia la izquierda y nada parece indicar que con Maduro se podrá avanzar en la búsqueda de la esperanza. Sería interesante saber, sin equívoco, cuántos de los cinco millones y tantos que votaron a favor del chavismo el 6D lo harían por Maduro en un revocatorio o saldrían a defenderlo de un desalojo antes de que culmine su mandato constitucional. No hay que ser un experto en materia electoral, política y social para suponer la trágica verdad. La popularidad de Maduro entró en barrena y los chavistas lo sabemos porque lo sentimos en carne propia.



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Sergio Briceño García

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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