Boca de chivo. En veces, el pasado parece retornar y no lo digo sólo por Ramos Allup (I)

            Este artículo, o mejor, la segunda parte de él, fue escrito hace treinta (30) años. Al final se dan los datos para probar lo afirmado, incluye el nombre del diario donde fue publicado. No es mucho, pero tampoco es poco el tiempo transcurrido. Como pareciera tener bastante que ver con los tiempos que corren, le pongo en este espacio para de algo sirva a los lectores. El título original fue solamente “Boca de chivo”. Es el momento del gobierno de Lusinchi, de cuando las reservas internacionales se vinieron al suelo y el gobierno se prestó para una trampa que incluyó que la nación, o el pueblo, asumiese como suya la deuda de los empresarios pertenecientes a Fedecàmaras, que llevó a Lusinchi, más tarde, a expresar con fingido asombro, algo así como “fui víctima de un engaño”, a lo que le respondió el presidente anterior, Luis Herrera Campins, “que tarde piaste pajarito”. Expresión que tomó más valor si se recuerda que el adeco antes había hablado “del mejor refinanciamiento del mundo”, refiriéndose a ese engaño del cual “fue víctima”. Por cierto, que quienes actuaron como representantes de Venezuela durante la negociación con la banca acreedora internacional, fueron empresarios que a ella debían. Por eso en esa negociación “se pagaron y dieron el vuelto”.

El gobierno aceptó pagar la deuda de ellos y estos se bajaron los pantalones ante la banca. Durante el gobierno de Lusinchi, mediante trampas como la de falsas empresas, sustrajeron de las reservas internacionales un monto superior a 50 mil millones de dólares. Fueron esos que ahora llamamos “empresarios de maletín”. Lo que revela que esos personajes no han dejado de actuar y donde encuentran un pendejo rentable se le pegan como sanguijuela; si tienen que vestirse del color que sea lo hacen sin sonrojarse. Lo peor es que Lusinchi, en mandato para cuando se escribió el siguiente trabajo, sustituyó a Luis Herrera, autor de la devaluación más drástica que conocieron los venezolanos, por lo que al día en que entró en vigencia se le llamó “viernes negro”. La anterior devaluación, si mi memoria no falla - advierto que es mala – se aplicó recién llegado Betancourt al gobierno, siendo el ministro de Hacienda, encargado de esos asuntos José Antonio Mayobre, un cumanés militante comunista en su juventud, quien llevó el precio de la moneda gringa de Bs. 3.35 a 4.30. La paridad que financió el “ta´ barato dame dos”.

            Ahora cuando el petróleo cae y, al parecer, por un lado le decimos adiós al rentismo petrolero, llamamos a la Venezuela productiva, el Presidente del Banco Central,  Nelson Merentes, intenta como levantarnos el ánimo y el deseo de salir a partirnos el pecho diciéndonos que la riqueza minera, sobre la cual se negocia, garantiza nuestra seguridad y el cumplimiento de los planes sociales. ¿Qué decimos. Pero la oposición que domina en la Asamblea Nacional, ofrece algo como para que no dudemos, además del recetario que ya se aplicó cuando Carlos Andrés Pérez y ahora azota a los argentinos, entre otras cosas, como un aperitivo, nos propone que paguemos lo que los empresarios, incluyendo los de maletín, le deben a la banca externa; algo así como que pretendamos que el vecino pague todas nuestras cuentas.

            La crisis que comenta la siguiente crónica, al final desembocó en el Caracazo.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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