Ojala usted pueda entender esto. Hay modos de gobernar muy retorcidos. Todo lo malo en su proceder se omite desconsideradamente. El militarismo y la imposición no son procedentes en socialismo clásico. Hay que voltearle la cara a la mentira atrevida. El proselitismo en aras del engaño debe erradicarse. El nepotismo no va en la talla de un socialismo creativo. La consigna politiquera, al final se desvanece ante una realidad inocultable. Y como se ve que es, es grave que el gobierno se haga el loco ante las necesidades populares más perentorias. Porque entonces " al pueblo que lo lama una vaca", como el más clásico gobernante irresponsable pueda decir y como dicen en chanza por La Pastora y Pro patria, mis barrios queridos de Caracas… Porque un gobierno de izquierda jamás caminaría en eso. Y si lo hace, como veleidosos personajes que trasmutan de izquierda a derecha y viceversa y que andan farsantes en el gobierno, será vencido por la ira popular.
Quienes abordamos el transporte de la revolución jamás de los jamases creímos que podría un gobierno revolucionario asomarse en la ventana desgraciada de la indolencia. Una descarada cuña de televisión escondiendo la realidad del país quiere imponer a la conciencia venezolana que estamos en un paraíso viviente. Esa es la Venezuela de hoy, expresan con el mayor descaro. El militarismo en la empresa pública es evidente, siendo que jamás han tenido éxito en esos andares.
La economía baila horizontal por los pisos. Este cristiano después de recibir su humilde título en UCV se inició hace 30 años en una empresa petrolera con 1500 dólares y se jubiló con 50 hace tres. Ya los jóvenes de hoy buscan otros destinos allende de los mares, porque no pueden adquirir aquí, lo más elemental para subsistir. Eso es segregación falaz. Pude formar mis hijos y obtener el básico para vivir. La educación ha decaído considerablemente, un ingeniero de hoy, con pocas excepciones, ni la sombra es de los que formamos hace 20 años.
Los hospitales de Caracas son una desgracia. Mis gemelos primogénitos nacieron en La Concepción Palacios y hasta una enfermara le enviaron a casa, después de darles de alta. Mi madre respiró por última vez en el Clínico de la UCV y tuvo la mayor de las atenciones hasta que dio su último respiro. Ese hospital hoy, no tiene lo mínimo para prestar servicio. El suministro de medicinas en farmacias es fatal. Y la ministra de ese motor miente desconsideradamente al decir que hay medicina a granel. Un amigo de infancia falleció, inesperadamente joven aun, porque no conseguía la medicina para su hipertensión.
El suministro de alimentos es un caos y los mercados andan de cabeza para atender a la gente. Mientras tanto los bachacos y la exclusión crecen desaforadamente en los CLAP y algunos funcionarios desgraciados hacen de la suya con las necesidades ajenas. Todo eso es sintomatología de holocausto público. No hay otra calificación. Si el gobierno no cambia sus formas de atender al pueblo con suprema celeridad, será simplemente recordado como un gobierno que con los peores errores de gestión, quiso mantenerse en un poder socialista que nunca atendió. Y cómo hace uno presidente para que un montonón de gente afecta al chavismo, evite salir cuando sea que se haga firmar un revocatorio..?