En el refranero popular es frecuente oír que: “hijo de gato caza ratón”, que “de tal palo tal astilla” que “hijo de tigra sale pintado e hijo de faro rabí pelado” No siempre estos decires se cumplen. Esta no es regla familiar, ni política. Por ejemplo, Víctor Valera Mora, Ludovico Silva, Orlando Araujo, Bertol Brecht, Fernando Pesoa, Pablo Neruda, Arthur Rimbaud, Frederick Nietzsche, Charles Baudelaire y Albert Einstein, se diferenciaron de sus padres y de sus hijos. Los hijos no son propiedad de sus padres, son seres humanos independientes. Hay padres revolucionarios con hijos reaccionarios y viceversa. En fin, no podemos confundir convicciones con fe o deseos. La convicción debe sustentarse en la certeza. La certeza debe ser calco y copia de la realidad, de los hechos históricos. Las utopías unas son sinónimo de lo imposible y otras de la posibilidad de lo casi imposible: “Prohibido prohibir”, “seamos sensatos, pidamos lo imposible” gritaban los jóvenes parisinos en el Mayo Francés. Lo deseado es que la convicción en particular la revolucionaria, tenga su continuidad en la sangre y en los pueblos, pero “deseos no preñan”.
Los cubanos no afirman que son hijos de Martí, Fidel, o el Che. Fidel dice que “hay que ser como el che”, pero no pide ser hijos del Che. Algunos, que suelen ser llamados “pájaros de mal agüero”, hablan de convicción en términos pesimistas. Hoy queremos platicar sobre LA CONVICCIÓN REVOLUCIONARIA COMO SINÓNIMO DE LA UTOPIA POSIBLE Y NECESARIA, QUE LOS PARIAS, LOS DESCAMIZADOS, LOS TIERRUDOS HABRAN DE CONQUISTAR, PARA HACER JUSTICIA EN LA TIERRA. El capitalismo es una gigantesca fábrica de hacer pobres, que no descansa en su labor macabra. El capitalismo vino al mundo “chorreando sangre por todos los poros” y así morirá. ¿Cuánta convicción tiene la última carta del Che a Fidel? Va a Bolivia por convicción. ¿Cuánta convicción llenó de coraje a nuestros ejércitos independentistas? ¿Cuánta convicción hubo en las troperas, que siendo amantes, compañeras, camaradas, madres o hermanas, acompañaron en los terribles periplos de nuestra larga guerra de independencia con armas en sus manos, a las tropas liberadoras. ¿Cuánta convicción tuvieron las mujeres y hombres que se alzaron en armas contra la IV República? Con que convicción Hugo Chávez dijo “Por ahora” y luego “entregaré mi vida por este pueblo”.
Convicción es crítica y autocrítica, conocimiento profundo de la realidad concreta, es concepción clasista de la vida, es igualitarismo de clase y respeto a la naturaleza, es construcción de una contra cultura revolucionaria, es entrega a los intereses de los pueblos, es internacionalismo, es saber que “codo a codo somos más que dos”. La convicción construye al revolucionario “orgánico”. Por convicción somos socialistas, que es una nueva forma de vivir. Por convicciones sabemos que el sujeto histórico no solo eliminará el salario, la propiedad privada y las clases sociales, junto con el Estado burgués, sino que él también deberá eliminarse como clase. Por convicción somos irreverentes, iconoclastas y jamás incondicionales o sumisos.
El capitalismo, su producción y consumo son finitos. No se altera la verdad con alabanzas y dobleces. La convicción marxista de la descomposición y muerte del capital, se fundamentada en el rigor científico de las ciencias sociales. Un sistema anclado en profundas contradicciones insolubles, que crea los propios males que le darán su muerte, que no puede evitar su condición destructiva. Pero no será el tiempo su asesino, tampoco las voluntades metafísicas, sino la acción “orgánica” de los pueblos, construyendo su propia historia. El capitalismo es “salvaje”, pero no pendejo, suele usar un lenguaje que maquilla sus tropelías: justicia, desarrollo, igualdad, progreso, democracia, pueblo, paz, ayuda, sentido común, caridad, elecciones, derecho, respeto, honor, dignidad y otras máscaras, PERO NO CREE EN NINGUNA DE ELLAS. SU PRACTICA LO DELATA. Es un sistema que no puede existir sino destruye y excluye.
LA CONVICCIÓN REVOLUCIONARIA ES OTRO ASUNTO MAS COMPLEJO. QUE ESTA CONVICCIÓN PUEDA TENER ATAJOS ERRATICOS, CAMINOS MAS LARGOS, DECISIONES EQUIVOCADAS, PASOS FURTIVOS, SÍ, TODO ESTO ES POSIBLE, PERO LA CONVICCIÓN SALIDA DE LA REALIDAD CONCRETA Y SUS POSIBILIDADES, ASUMIDA SIN DESCANZO, QUE TIENE POR BLASÓN EL LOGRO DE LA JUSTICIA SOCIAL, MAS TEMPRANO QUE TARDE LOGRARÁ SUS PROPÓSITOS. LA CONVICCIÓN REVOLUCIONARIA NOS DOTA DE “CABEZA, CORAZÓN BOLAS” Y OVARIOS, PARA DESTRUIR EL CAPITALISMO Y CONSTRUIR SU ANTÍPODA: EL SOCIALISMO.
¿Qué convicciones tuvieron Guaicaipuro, Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Ezequiel Zamora, Marx, Lenin, Rosa Luxemburgo, el Che, Fidel o Chávez, para conquistar la inmortalidad histórica? Razones intrínsecas a la condición humana, mueven las convicciones existenciales. No faltaran los “componedores” en particular los socialdemócratas, acostumbrados a las conciliaciones, que califiquen a estas convicciones como fanatismos, locuras, desesperos, desquiciamientos, hasta tipificarlas de peligrosas, y llenarlas de azufre, para que no contamine con ideas y ejemplos libertarios.
Distanciamos convicción de fe. La primera es una fuerza volcánica que nos puede llevar hasta la muerte. La segunda es la entrega pasiva de sus capacidades innatas. La primera es fundamental para hacer la revolución, la segunda, suele usarse para el control social, y nos conduce a creencias metafísicas, que por esencia son reaccionarias y anestesian la conciencia. Convicción significa aplicación del materialismo histórico, no es ceguera ni torpeza, es reconstrucción y seguimiento de la totalidad dialéctica de lo histórico. Tengo la convicción que “otro mundo es posible”. (Hasta el próximo sábado)