El sicoanálisis, ha tenido poca acogida en el seno del marxismo. Aun así, en los últimos años, viene creciendo su estimación en el campo revolucionario, en particular, cuando desde la óptica de LA SUBJETIVIDAD SE INTERPRETA AL SUJETO HISTORICO, a las fuerzas que dan convicciones revolucionarias. No pocos prejuicios o intereses malsanos, han tratado de desacreditar el sicoanálisis, lanzándose de bruces contra su creador el Dr Sigmund Freud. Los fascistas alemanes lo tildaron de judío comunista y los comunistas pro soviéticos ortodoxos, lo llamaron reaccionario. En Venezuela en la década de los sesenta y setenta, muchos camaradas se negaron a leer a Simón Bolívar, por haber nacido en el seno de la oligarquía mantuana. El control que el Partido Comunista Ruso llegó a tener sobre todos los Partidos Comunistas del mundo, explica las malevolencias lanzadas sobre varios campos científicos y artísticos por el manualismo soviéticos, que no poco daño le hizo al marxismo clásico.
El propio Marx alertó sobre interpretaciones antropológicas del Ser. Los modelos políticos, sociales y económicos, reproducen sus intereses en todas las instancias sociales, se deviene así, en una "herencia" histórica que depende de que propósitos defienda. Por esta carga ideologizante, llegó a asimilarse el origen de las especies darwiniano, con la lucha de clases de Marx, infiriendo que hay países "inferiores" que deberán estar siempre sometidos por países "superiores" (colonialismo).Los peligros del cientificismo naturalista positivista en el campo de las ciencias sociales son reales.
Lo ontológico da presencia, esencia y conciencia de la condición humana. Es la participación consciente de EL SER en su sociedad, es el protagonismo colectivo consciente, cuyo despliegue ayuda a aligerar las contradicciones insuperables del sistema capitalista. Cuando escribimos sobre lo ontológico y la subjetividad, para nada nos estamos refiriendo a aspectos metafísicos, o a factores alienantes, enajenantes, ideologizante o fetichismos. La literatura, en particular la poesía, suele darnos frecuentes muestras de todo lo maravilloso que se anida en nuestro interior. La burguesía tiene suficiente claridad sobre el poder de la subjetividad, por eso la descalifica, haciéndola aparecer como lo opuesto a lo objetivo, veraz y certero. Invocamos una subjetividad que sea espejo de la realidad, que la conozca "para transformarla". Que el SER humano se reconozca como SER con mayúscula, es tarea revolucionaria de LA CONCIENCIA SOCIAL EMANCIPADORA.
LA SUBJETIVIDAD ha sido calificada de diversas maneras: mundo interior, condición humana, razones existenciales, convicciones personales y espirituales, fuerzas dinamizadoras del Ser, es por mejor decirlo, EL PODER NECESARIO E IMPRESCINDIBLE PARA QUE LA CONCIENCIA SOCIAL ORGANICA, ESTE ABSOLUTAMENTE "GANADA", para las luchas sociales, que han de construir "EL HOMBRE Y LA MUJER NUEVA" REVOLUCIONARIA. Nada tiene que ver este texto con la interpretación maniquista judeo-cristiana. La subjetividad articula los nexos de la realidad objetiva, construyendo "la totalidad de lo concreto". Que descomunal fuerza movilizadora representa para nosotros Bolívar, Sucre, Miranda, Zamora, El Che y Chávez. Conmueven profundamente nuestra subjetividad.
El marxismo no es un pensamiento cerrado hermético, petrificado y eterno, es hermenéutico, dialéctico, iconoclasta y por no ser ni moda, ni corriente, ni manual, está en permanente desarrollo y perfeccionamiento. Hay marxistas, menos cuadriculados, que atisban a ver y articular PODER Y SUBJETIVIDAD.
En varios trabajos anteriores, hemos insistido en la importancia decisiva DE LA CULTURA (CONDUCTA HUMANA) EN EL PROCESO REVOLUCIONARIO. El capitalismo ha creado "su" cultura; la que defiende sus intereses, reproduce sus dominios, y oculta sus máculas. Esta cultura marca todos nuestros espacios, allí se contiene todo el poderoso germen de la colonización capitalista. Tenemos que construir "Una Contra cultura" revolucionaria que antagonice y liquide la cultura capitalista colonizante. Los pueblos que no compartimos el modelo opresor foráneo, "nos tuercen el brazo". Son los riesgos que tenemos que asumir, pero esta tarea libertaria tiene que estar henchida de subjetividad. La subjetividad nos dota de fuerzas humanas extraordinarias capaces de destruir todo lo viejo y construir lo nuevo. Subjetividad es la más profunda condición humana, el reencuentro con NUESTRO SER, que ha sido intencionadamente extraviado, y que tan anheladamente necesitamos para socializarnos, reencontrarnos y reconstruirnos como humanos de adentro hacia afuera.
Claro que hay marxistas que tiene distintas ángulos preferidos para hacer estudios iniciados por el "Moro" de Tréveris. Hay marxistas ortodoxos, dogmáticos, heterodoxos, manualistas, que ven el marxismo por la lupa de la economía política, tan desmenuzada en EL CAPITAL. Hay marxistas que lo escudriñan con el lente de la sociología, otros, con el de la filosofía, y yo como historiador, lo prefiero desde la ciencia histórica, es decir desde la política que me coloca en el contexto de las contradicciones de clase, de la historia como arma de la revolución. La visión articulada, dialéctica-categorial y holística de Marx, que construye LA TOTALIDAD DE LO CONCRETO (Hasta el próximo sábado).