Hay dos realidades innegables que nos deja el 2016: la de un Nicolás Maduro errando, a veces muy soberbio, enardecido contra camaradas que hoy no le acompañan, pero que estuvieron en momentos duros al lado del Comandante Chávez; y la de un Maduro que superó grandes obstáculos, que se la jugó fuerte para derrotar los efectos del Fenómeno del Niño, encaró a Obama, se embraguetó ante las mafias financieras y fue reduciendo las colas. A lo largo de tres años erráticos, pero con varios logros, en el camino el descontento dentro del chavismo creció de manera grave, muy grave, a niveles que nosotros, simples militantes, no visualizamos. Sólo sentimos el carajazo el 6 de diciembre de 2015 y nos lo plantó en la cara la oposición el 5 de enero del año pasado.
En este trecho, duro trecho, se expresa el llamado Chavismo Crítico; movimiento o corriente o pensamiento o lo que sea. Se da a conocer con críticas para mejorar. La respuesta del camarada Nicolás Maduro no fue nada amigable, menos la de Diosdado Cabello. Nada de sentarse a la mesa e intercambiar ideas. Nada de reflexionar en torno a las observaciones. Parecía que el alto gobierno, los de la alta política en el PSUV, hubiesen descubierto al verdadero enemigo de la llamada revolución en estos camaradas. Por eso, en un principio, no dejamos de saludar con cierta simpatía a varios del chavismo crítico, aunque nos preocupaba su abrazo con la gente de Marea Socialista, movimiento que se expresa en medio del debate por curules en la Asamblea Nacional. Algo que, en lo particular, nada nos agrada, pues no se trata de fajarse al lado del pueblo, sino el rollo de la corbatica, el paltó, el discurso y las cámaras. Luego se asomó al candelero un personaje. Bien de pinga cuando se escribe acerca de sus inquietudes, de su visión del chavismo y su cara seria ante la corrupción, más cuando los señalamientos directos son contra un gobernador que nos cae como una patada más abajo del cinturón, señalado tantas veces de negociador en asuntos oscuros: el General Rangel Gómez. Bastó ver al personaje, también General, para tener claro que el compañerito iba por un lado y el socialismo por otro, que la lucha de clases está allí, pero el camarada no se daba cuenta y se regodeaba en un discurso aislado del poder popular. Ese no es su asunto, a fin de cuentas, no es fácil para un milico entender el tema del socialismo. Pero sí el nuestro; así que de inmediato le dimos de baja en nuestros afectos.
Cuando el tema de la convocatoria del Referendo Revocatorio se hizo visible, el Chavismo Crítico se expresó: apoyar el revocatorio, referirse a Ramos Allup como un aliado para el tema y lanzarse por la calle del medio contra Nicolás Maduro (aclaro, el camarada Maduro puso lo suyo para que fuese así). Se les olvidó una vaina muy arrecha: el peo no es Maduro, sino el pueblo y su proceso bolivariano. Perder el referéndum es perder lo que se ha avanzado en 17 años. La cuestión no se resuelve con decir que el culpable es el Camarada Presidente porque no lo hizo bien.
Me voy a unas palabras de una camarada de mis afectos, de esas que uno admira y respeta: "Chávez no le tuvo miedo al referéndum". ¡Qué vaina con la memoria, camarada! Al momento de ser convocado el referéndum en aquella oportunidad, Chávez venía de salir airoso de un Golpe de Estado, que contó con la participación abierta de los Estados Unidos. Había derrotado la confabulación del imperio usando a César Gaviria, Secretario General de la OEA, como artificie de la conspiración. Había sido triunfador en el paro petrolero, contra la toma de la Plaza de Altamira y las primeras guatrimbas. Con estas victorias de seguidas, sumadas al liderazgo incomparable de Chávez, se fue al referéndum.
Con Maduro la situación es distinta. Hay que reconocerlo: no tiene el liderazgo de Chávez. Con los éxitos de la guerra económica mermaron el chavismo. El camarada Maduro se quedó en los anuncios, mientras la realidad era una herida en el costado del proceso revolucionario. Pasó por la peor crisis energética vivida por el país, y las razones fueron naturales. Las fuerzas reaccionarias internacionales se movieron al unísono para ponerle fin al proyecto chavista. justo es reconocer que Nicolás maduro los enfrentó como un varón. Pero quedaron las consecuencias: Ir a un revocatorio es perderlo. Evitarlo es un triunfo. No se trata de ser un macjho, valiente y resteado que acepta un reto. Le preguntamos a la camarada Ana Luisa Osorio: es mejor tener en Miraflotes a un camarada enfrentado al imperialismo, formado al lado de Chávez, a tener allí a un Ramos Allup.
Los camaradas del Chavismo Crítico hablan de organizar una reacción del pueblo chavista contra Nicolás Maduro, de un movimiento popular politizado que asuma el poder; pero ellos no han sido capaces de convencer ni un 5% de los chavistas descontentos para que les acompañen. Su aliado, Marea Socialista, no crece, no ha podido convertirse en una referencia. Clíver Alcalá no ha perdido más seguidores porque dejaron de entrevistarlo. En pocas palabras, si Nicolás Maduro no tiene liderazgo, ¿qué decimos de ustedes, camarada Evans?
Lo del"madurismo es otro tema. Lo inventan quienes quieren pisar los cabos del proceso bolivariano. Se dicen los verdaderos chavistas y que los apoyadores de Maduro son maduristas.; aunque ni la propia Cilia Flores hable de tal corriente o grupo o movimiento interno. hasta el momento lo que hay es chavismo. Tampoco es que si alguien nos dice maduristas nos vamos a poner histéricos, atorrantes o malhablados. Si bien existen funcionarios públicos con importantes responsabilidades, que llegaron al gobierno recientemente, sin haberse paseado por el chavismo militante, ni haber voceado la consigna “Volvió, volvió, volviooooó!, y se ven como maduristas, son una minoría insignificante.
Estamos en un año decisivo, duro, cuesta arriba para recuperar parte de la militancia perdida. Mejor que a principios del 2016, pero con menos apoyo. Y con muchas preguntas que permanecen sin respuestas. Nos paseamos por algunas: ¿Por qué enterraron el Golpe de Timón? ¿por qué el Plan de la Patria tiene un leve olor a archivo muerto? ¿por qué acabaron con los mercados Bicentenarios, los Mercal y PDVAL? Si bien los Clap son una alternativa válida ¿por qué los rodean de tanto embuste? ¿por qué el camarada Samán pasó, en un santiamén, de "salvador del pueblo" a militante olvidado? ¿por qué no se han tomado medidas con los que recibieron y se agarraron los dólares preferenciales? ¿por qué es un secreto el nombre de los funcionarios que los otorgaron?
Hay muchas otras preguntas sin responder; no sé hasta qué punto el camarada Maduro podría mejorar su imagen si aclara algo al respecto. Si es cuestión de la alta política, por favor, disculpen.