Ubicaremos a lo táctico en el plano “de las circunstancias” o condiciones materiales y temporales, y a lo estratégico como el fin último que busca el triunfo que se persigue con los propósitos tácticos. Lo táctico es la transición, lo estratégico es el socialismo. Lo táctico está supeditado a lo estratégico. Errores tácticos conducen a derrotas estratégicas. Como el sistema se reproduce en todas las instancias sociales y materiales, de lo que se trata es de cambiar radicalmente este sistema, no de reformarlo.
La década de los sesenta y setenta del pasado siglo, pusieron en peligro “la hegemonía” planetaria norteamericana. Progresivamente fueron perdiendo espacios territoriales (que hoy buscan recuperar) que estaban bajo su absoluto control. La presencia de la Unión Soviética, del heroico Viet Nam, de China, Corea y Cuba, fueron aleccionadoras para otros países. Numerosos, pero fallidos intentos revolucionarios en África, Latinoamérica y Asia, mostraron que estaba “prohibido prohibir”. “El hombre nuevo” del Che, ratifica el pedimento humanamente transformador del poeta norteamericano Thomás Merton. La conciencia no nace ni se desarrolla espontáneamente, crece con el develamiento de la realidad, en una lucha constante, donde la conciencia derrota y destruye a la ideología como “falsa conciencia”, pues “la conciencia es un producto social”.
La alienación es una categoría histórica, que será superada, cuando se eliminen las condiciones materiales que la sostienen. El salario forma de esclavismo moderno, solo “sirve para ir a la mesa, al café y a la cama”. Definitivamente, el Socialismo es algo más que “cuchillo y tenedor”. Aquellos revolucionarios de las décadas señaladas, Intentaron pasar de “la interpretación” del mundo, a su “transformación”. Tuvieron coraje para increpar al imperialismo: “Escucha Yanqui” y paralizar a París en mayo del 68, enfrentar y derrotar al imperialismo en Viet Nam. Hoy la esperanza revolucionaria es cambiada por la conciliación “progresista”.
Hoy vivimos tiempos de recolonización imperial. Los Estados Unidos están cercando a China, tratando de controlar a Rusia, vigilantes contra Irán y Corea, y de vuelta con la Doctrina Monroe contra nosotros. Los imperialistas son perseverantes, no desmayan en sus propósitos, los repiten y mejoran. Sus potentes medios de comunicación difunden con éxito sus mentiras, y saben ocultar las llagas sistémicas. Sus sumisos lacayos regionales, están “siempre listos” a cumplir el mandato de su amo. Los importantes aportes del conductismo, el funcionalismo y el sicoanálisis, están siendo puestos no solo al servicio del mercado, también los usan para agredir, ultrajar, destruir e invadir a países que no acepten sus órdenes. “La zanahoria y el garrote”, “torcer el brazo” cuando no se someten, o ahora “el nacionalismo” norteamericano, serán lo mismo con el mismo propósito.
El colosal desarrollo científico y tecnológico particularmente en la cibernética, se usan para intimidar a los pueblos. Nacido en su vientre, “el progresismo” no pone en peligro al capital, es una práctica casi caritativa, populista y conciliadora de la política, por eso se mueve permanentemente en ambigüedades, queriendo una paz donde hay profundas e insalvables contradicciones, buscando la conciliación entre opuestos. “Progresismo” es reformismo socialdemócrata, pero tampoco lo toleran, el imperio lo quiere todo. Vienen por la reconstrucción de su “hegemonía” planetaria. Una nueva colonización nos espera, o la evitamos con las luchas revolucionarias.
La crisis profundamente estructural del sistema capitalista es mundial. El mercado que es su columna vertebral, se tambalea. La fuerza de trabajo y la naturaleza son la fuente de su riqueza. Las dos están sensiblemente agobiadas y la segunda amenaza con la desaparición de la vida en el planeta. El 50% de la población del planeta, “vive” con 7 dólares diarios. 62 multimillonarios son dueños del 70% de las materias primas. Es mayor la deuda externa del mundo, que el papel moneda físico de todos los países. Es mayor la suma de la deuda externa mundial que su PIB. La pobreza no deja de crecer. La contaminación destruye a la naturaleza y las guerras no se detienen, el desempleo hace estragos. Para el neo keynesianismo militar, la guerra es un empleador importante, además de producir híper ganancias para estos amos del terror. En fin de cuentas, en estas guerras no morirán los hijos de quienes las planifican u ordenan. Son verdaderos terroristas.
Marx enfrentó refutó y destruyó la tesis maltusiana de la población; la tierra tiene espacios productivos para alimentar mucho más de la población que alberga. Su privatización, expoliación, contaminación y destrucción, severamente la afecta. “El Moro” concibió globalmente la solución a la humanidad, cambiando el sistema capitalista por uno socialista. El capitalismo es global, y así tiene que serlo el socialismo. El marxismo lucha por la igualdad entre el hombre y la naturaleza. El capital que es una “relación social” sigue su concentración. Las culturas prehispánicas, tenían una visión y una práctica holística: hombre-naturaleza, hoy estamos enajenados frente a ella. Lo que de ella se produce nos aliena. Olvidamos, que al degradar a la naturaleza y a la fuerza de trabajo, el capital degrada sus fundamentales fuentes de riqueza. Del mismo modo que el capital no cree en democracia, menos cree en justicia social y en derechos humanos. Cambiar la realidad pasa por conocerla y enfrentarnos a ella.
Nos preocupa lo que está ocurriendo en nuestro país, en “nuestra américa” y en el mundo. La fragmentación cartesiana ha sido permanentemente usada por los medios del sistema, para introyectar en nosotros una visión fragmentada y debilitada de la realidad, esta propuesta holística marxista es de poco uso público. El mercado es nuestra sombra.
En este desconcierto y desierto de equivocadas interpretaciones históricas y peores prácticas políticas, la vía electoral (que es burguesa) tiene excesiva presencia en el campo revolucionario, cualquier cosa puede ocurrirnos. “Ni olvidamos ni aprendemos”. Lo que ocurrió en Honduras, Paraguay, Argentina, Brasil, y está ocurriendo en Ecuador y puede ocurrir en Bolivia y Cuba, parece que no son para nuestro gobierno, alertas políticas. Si llegamos al infierno fascista, ¿QUIÉNES SERÁN LOS RESPONSABLES ANTE LA HISTORIA? (Hasta el próximo sábado)