¡Qué desgracia!

Antes de empezar, quiero aclarar una cosa.

Cuando escribo artículos que describen nuestra realidad aquí en Venezuela, no lo hago con mala intención, es decir, no tengo la intención de lavar nuestra ropa sucia en público, es que simplemente, en mi opinión, esa "ropa sucia" es un resultado de las realidades que están ocurriendo y que de alguna manera se sabrán en algún momento, entonces no existe gran diferencia entre decirlo o no decirlo, hoy o mañana.

Creo que la realidad es que, desde lejos, sin ser necesariamente capaz de ver si la ropa guindada afuera está limpia o sucia, todos se darán cuenta en algún momento que hay algo que no funciona porque:

1) habrá demasiada ropa colgada afuera, y

2) habrá demasiada gente caminando sin la ropa puesta.

Me parece más lógico poner al frente las realidades de las cosas que están ocurriendo para que todos podamos verlas al mismo tiempo, pero no necesariamente desde el mismo punto de vista.

Alguna ropa estará lavada y mojada, otra limpia y seca, y otra, sucia, pero así es la vida.

¿Por qué digo esto?

Porque soy chavista … pero más allá de la lealtad a un partido político, más allá de apoyar o no a Maduro, o a su gobierno, y más allá de la lealtad a una ideología cualquiera, mi primera lealtad es hacia las poblaciones del mundo que son sistemáticamente abusadas y explotadas, engañadas, usadas, y manejadas para el beneficio de una minoría elitista, arrogante, prepotente, hipócrita, y egoísta, sea esa minoría chavista, opositora, religiosa, socialista, comunista, o lo que sea.

Por ejemplo …

Cuando el salario mínimo no alcanza para asegurar el bienestar de los más inocentes, honestos, y necesitados de nuestra sociedad, eso se pone en mi lista de prioridades, y quienes manden en el poder político, social, o religioso los pongo al final de esa lista.

También quiero aclarar que no soy, y nunca seré un seguidor de la irracional, racista, vil, violenta, y desalmada oposición venezolana, pero tampoco jamás seré un chavista que vive a costilla de los más débiles, nunca.

Nunca apoyaré a nadie --- sean ellos políticos o religiosos o dioses --- que permita que los más débiles e inocentes de nuestra sociedad sean los que más sufren las consecuencias de los males y egoísmos del ser humano.

Eso dicho, es terriblemente triste ver lo que está ocurriendo en nuestro país.

Muy triste.

Cuando primero llegué a Venezuela en los años 1970, cuando el ladrón Carlos Andrés Pérez era presidente del país, trabajaba como misionero en algunos de las barrios más pobres de Caracas, donde básicamente no existía agua potable, poca electricidad, ningún servicio de recolección de basura, y donde las aguas negras (usadas) cubrían gran parte de los terrenos, especialmente después de las lluvias.

Estas aguas negras estaban llenas de ratas, gatos, y perros muertos … y muchos niños jugaban en ella.

El conjunto de todos los sectores del barrio donde trabajaba tenía alrededor de 400.000 habitantes, y más del 90% vivía en pobreza y pobreza extrema. Se moría la gente en mis brazos, incluso niños y jóvenes, por infecciones no tratadas, principalmente por falta de dinero para comprar medicinas.

Ya había conocido la pobreza cuando joven, antes de trabajar en los barrios de Caracas … la conocí en el norte de Canadá … donde nací y crecí una parte de mi vida, ya que mi familia venia de una familia de mineros de carbón. No teníamos las comodidades que otra gente tenía, y tenia que cuidar a un montón de hermanos y a una madre enferma.

No teníamos televisor.

Nunca comimos bistec, ni pan tipo canilla, comíamos arroz por la mañana, al medio día, y en la noche, y mi primera y única bicicleta propia la tuve a los 12-13 años edad. Nunca tuve juguetes, pero bueno, tampoco tenía el tiempo para jugar, entonces no me molestaba mucho no tenerlos. Iba a pescar en vez, cuando podía.

A los 15 años de edad, me fui de la casa.

Pero, la pobreza de los barrios de Venezuela en los años 1970 me impresionó mucho --- por una razón en particular --- en comparación con la pobreza en Canadá.

Lo que me impresionó era la tremenda e injusta diferencia en los ingresos de la gente, donde más o menos un 80% de la población tenía básicamente "nada" y el 20% tenía"todo." En el Canadá de aquellos tiempos, yo diría que un 20% vivía en pobreza como nosotros, un 50% vivía algo regular, no pobre, pero nada rico tampoco, un 15% a 20% vivía bien, y menos del 1% tenia todo.

También existía como una escala de ingresos (versus costos) más o menos linear que se basaba principalmente en el rendimiento versus el estatus social, pero aquí en Venezuela encontraba que el nivel de bienestar no tenía casi nada que ver con el rendimiento, sino con el estatus social.

Por ejemplo, en Venezuela, alguien que obtiene una licenciatura en casi cualquier cosa empieza a trabajar como supervisor, o algo así, pero eso raramente ocurre en Canadá. La persona empieza abajo, como todos, y tiene que demostrar la capacidad de poner en acción su conocimiento ante de poder ascender a un puesto de más responsabilidad.

Bueno, un ejemplo de lo que ocurría en Venezuela en aquellos tiempos, en los años 1970, y que me impresionó mucho, era lo siguiente:

Como misionero extranjero en Venezuela yo formaba parte de una organización religiosa gringa establecida en Caracas, y regularmente salíamos a almorzar con los obispos del CEV y curas visitantes de otros países, y con los grandes empresarios y dueños de los bancos de Venezuela, todos eso con el fin de "recaudar fondos para las misiones y la iglesia," lo cual no era completamente verdad ya que mucho de ese dinero se utilizaba para cubrir los gastos exorbitantes y el lujo en el cual vivían los curas gringos.

Para decirlo de otra manera, esos curas gringos no vivían en ranchos, no lavaban ni planchaban su ropa, no salían a comprar su comida, no cocinaban, no sacaban la basura, no podaban sus jardines, y ciertamente no limpiaban la casa, y menos todavía, los baños.

Tenían sirvientes que ellos sí vivían en ranchos.

Bueno, recuerdo muy bien que cuando salíamos a esos almuerzos, cada almuerzo, los cuales duraban hasta 4 y 5 horas, costaban alrededor de 400$ en aquel tiempo, o sea una tremenda fortuna, entonces, y hoy.

Esos almuerzos se "gozaban" en los mejores restaurantes de Las Mercedes, un sector de clase media alta y alta del este de Caracas.

Había calculado entonces que los 400$ que nos gastábamos en un solo almuerzo de ricachones para 5 o 6 personas --- los aperitivos, ensaladas preparadas en el instante, quesos importados, como Camembert o Brie, Oka, o Bleu Danois, prosciuto y salami italiano, paté francés, o tete fromagé, con galletas importadas y pan especial, bistec, pescado, vinos tinos y blancos, como Casillero del Diablo (el vino que Pinochet tomaba), Chardonnays, y Chianti Ruffino, y postres, y los digestivos, como Drambuie, Frangelico, o Rémi Martin, y café, y las botellas de whisky importado, como Black Label, todo eso costaba lo equivalente a un año de salario mínimo en Venezuela, o sea:

Almuerzo de ricachones (1976) = 12 meses de trabajo.

Bueno, recién leí un artículo de noticia en Aporrea sobre cómo nuestros pensionados hacen para sobrevivir en estos tiempos muy difíciles con el salario mínimo de 40.000 Bs. mensual que reciben.

Un pensionado dice: "Nos estamos matando …"

Ver: https://m.aporrea.org/actualidad/n306807.html

Es muy triste, y por eso escribo este artículo …

Es precisamente eso de "nos estamos matando" que me hizo pensar en esos días de los años 1970 cuando nosotros "los merecidos representantes de Dios" nos reuníamos con los "representantes del Diablo," gastando en un restaurante de Las Mercedes, en solo una tarde, lo equivalente a un año de trabajo del obrero que lavaba los platos que utilizamos.

Y pensé …

Ese mismo obrero que lavaba los platos que utilizamos en los años 1970 en aquel restaurante de ricachones de Las Mercedes debe ser uno de los pensionados que hoy "se está matando."

Eso es muy triste.

Qué desgracia.

Pensé también que si la cosa está tan mal para los pensionados, entonces me imagino que también debe ser igual de mala o parecida la situación para las y los trabajadores que dependen únicamente de un salario mínimo

A raíz de eso decidí hacer unos cálculos para comparar lo que ocurre hoy en Venezuela, con lo que ocurría en los años 1970

COMPARASIÓN 1976 y 2017

El salario mínimo hoy es de 40.000 Bs. mensual.

En base a la tasa oficial gubernamental de cambio SIMADI (alrededor de 712 Bs./dólar hoy), 40.000 Bs. mensual es equivalente a alrededor de 56$ mensual, o sea, igual al nivel de la línea internacional de la pobreza de 1,90$ por día.

(Eso es muy triste.)

Esto significa que gastar 400$ para un almuerzo de ricachones hoy (como el de 1976) equivaldría a alrededor de 7 meses de trabajo al salario mínimo, o sea:

Almuerzo de ricachones TASA OFICIAL SIMADI (2017) = 7 meses de trabajo.

Ver: Sistema Marginal de Divisas (SIMADI)
Ver línea pobreza: https://en.m.wikipedia.org/wiki/Poverty_threshold

En base a estos cálculos, nos estamos acercando bastante a cómo eran las cosas en los años 1970 … cuando la miseria reinaba.

Pero …

El asunto se pone peor todavía …

La tasa de cambio que más rige nuestra economía no es la tasa oficial del gobierno, SIMADI, sino que es la tasa ilícita de Dólar Today, la cual en este momento se encuentra en alrededor de 4400 Bs./dólar.

Esto significa que 40.000 Bs. mensual equivale solamente a unos 9$ mensual, o sea, equivale a un salario ¡seis veces más bajo! que nivel de pobreza internacional de 1,90$ por día, o sea:

Almuerzo de ricachones TASA ILICITA (2017) = 44 meses de trabajo.

O sea … casi 4 años de trabajo … 400$ dividido por 9$ mensual son 44 meses!

Parece totalmente irreal pero es así, es verdad!

O sea … el que lava los platos en un restaurante de Las Mercedes hoy tendría que trabajar casi 4 años --- sin gastar un centavo de su ingreso --- para pagarse a él, su pareja, su abuela, y sus tres hijo, un solo almuerzo en el mismo lugar donde él trabaja.

Qué desgracia.

CONCLUSION

Aquí está el resumen, en números, del costo del mismo almuerzo de 400$ de los ricachones en 1976 y 2017:

1976 = 12 meses de trabajo (1 año).
2017 (TASA OFICIAL SIMADI) = 7 meses de trabajo (medio año).
2017 (TASA ILICITA) = 44 meses de trabajo (4 años).
2017 (PROMEDIO DOS TASAS) = 25.5 meses de trabajo (2 años).

¡Pobres los pensionados! ¡Pobres los que lavan los platos a los ricachones! ¡Pobres los pobres! ¡Pobres nosotros!

¿Cuánto creen que Maduro y sus ministros gastan en un almuerzo?

Bueno, en base a estas cifras parece que hoy estamos dos veces peor que cuando gobernaba Carlos Andrés Pérez … el mismo almuerzo de ricachones que antes costaba un año de salario mínimo, hoy cuesta dos años de salario mínimo.

¡Qué desgracia!



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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