Por eso me disgusta tanto Maduro

Esto será muy corto, solo unas 800 palabras.

En los próximos días empezaré a escribir otro tipo de artículos, pero antes de empezarlos, quiero escribir este "último" artículo donde quiero expresar algo de manera emocional que todos sabemos, pero que siendo los seres humanos que somos, yo incluso, normalmente olvidamos, obviamos, ignoramos, esquivamos, o simplemente negamos porque la verdad NOS DUELE DEMASIADO, o porque andamos como perturbados zombis, inconscientes de nuestro entorno.

Siempre escuchamos a la gente quejándose de todo, que no se consigue harina, ni pan, ni medicamentos, etc., Maduro y sus compinches quejándose de EEUU, de los opositores, de los "traidores," de todo, siempre es la culpa de alguien más.

Todo va mal, los precios aumentan de manera espantosa, y este gobierno no hace absolutamente nada al respecto, por ejemplo, aquí donde vivo no nos ha llegado ningún CLAP, que yo sepa.

Y eso es solamente la punta del iceberg, ¿verdad?

Todos podemos quejarnos de todo hoy, desde que Chávez murió, ¿verdad?

Bueno, por lo menos hasta que el cielo nos caiga encima y nos aplaste hasta morir.

Pero …

Por estar siempre quejándonos de todo, no nos damos cuenta que cuando vamos a trabajar tomamos una buseta, o un taxi, o el metro, o el tren, o el metrocable, que nos paramos a comer una empanada, y a tomar un café (cuando se consigue), que cuando llegamos al trabajo los pisos están limpios, que se reemplazó el bombillo que estaba quemado, que los baños están desinfectados, y que al terminar nuestra jornada tomamos una cerveza (porque ya no se puede tomar más de una por el precio) antes de tomar el metro a casa.

A veces compramos un cigarrillo par disfrutarlo, o compramos un jugo natural del vendedor en la calle, o un helado, y aunque nos cueste una fortuna, lo hacemos, posiblemente para disminuir nuestro estrés y "arrechera,"para olvidar nuestra quejadera, por lo menos durante unos pocos minutos.

Les compramos uniformes a nuestros niños para ir a la escuela aunque nos cueste un salario mínimo mensual, o algo así, y a veces comemos carne, ¿verdad?

O pollo, ¿verdad?

Bueno, todas estas cosas, alguien las fabrica, alguien las produce, alguien las prepara, alguien transporta las cervezas desde una fabrica donde hay un montón de gente operando las maquinas, a sueldo mínimo.

Las personas que nos preparan las empanadas a menudo ganan menos del salario mínimo.

Las personas que nos limpian los pisos y los baños ganan salario mínimo, o menos, a menudo sin ningún beneficio adicional.

Además, la mayoría de esta gente trabaja dos o tres trabajos siete días la semana para poder medio sobrevivir, y, "por casualidad" para que nosotros podamos seguir con nuestras rutinas y desahogarnos o despecharnos de nuestra tristeza y miseria.

Los chóferes y asistentes de las busetas, ¿Creen ustedes que ellos ganan mucho dinero?

La respuesta es NO.

¿Tienen seguro médico?

Probablemente que no.

Pero se levantan a las 3 AM cada día para servirnos.

Sin ellos no podríamos ir a trabajar, o tendríamos que levantarnos a las 2 AM cada día para llegar al trabajo caminando.

¿O no?

¿Y los campesinos que cultivan los productos que compramos en los mercados, esos productos que nos hacen sentir bien al comerlos?

¿Cuánto ganan ellos?

EL HECHO es que todo los que utilizamos, ingerimos, y gozamos es fabricado o producido en su mayoría por personas que ganan salarios mínimos, o menos del salario mínimo, aquí en Venezuela, o en China, donde muchas de las cosas que compramos son producidas.

¿Por qué nunca pensamos en ellos?

Pero siempre en nosotros.

El HECHO es que aun aquí en Venezuela, en este desastre que estamos viviendo todos los días, esa gente humilde, honesta, y trabajadora que produce PARA NOSOTROS, a salario mínimo, o menos, sale todas las mañanas de su casa a las 4 AM, sin o con guarimbas, seis o siete días la semana, arriesgando sus vidas para nosotros, 365 días del año, sin jamás tomar vacaciones, para darnos esos gustos que casi nunca reconocemos porque estamos tan enredados en la cabeza y en el alma para darnos cuenta de la suerte que tenemos.

Imagínense ustedes levantándose a las 3 AM TODOS LOS DIAS para preparar sus propias empanadas, y después empezar a caminar al trabajo, y devuelta de noche.

Es muy fácil quejarse de todo y echarles la culpa a todos sin jamás tener que pensar, reconocer, o agradecer cuan de valiosas son las vidas de aquellas tantas personas humildes y honestas que nos permiten quejarnos porque tenemos cómo llenarnos nuestras barrigas con las empanadas que ellos producen para nosotros.

En mi opinión, si queremos ser como Chávez, debemos pensar y actuar como Chávez. Cada vez que coman una empanada, que se monten en una buseta, en el metro, o en un taxi viejo, o cuado utilicen un baño, píenselo. Piensen, ¿Quién cambió ese bombillo anoche? Chávez siempre reconocía esta realidad. Maduro, de lo que yo he visto, nunca.

Entre otras cosas, por eso me disgusta tanto Maduro.



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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