"Acabemos con el hambre y no con el hombre" (Fidel C); cambiemos el sistema.
Tema suficientemente trabajado por nuestros historiadores, pero no está demás, en tiempos de desmemoria, pragmatismo, oportunismo, empirismo, felonías y reformismos, que nos aproximemos a nuestro pretérito, conocer nuestro presente y diseñar más asertivamente nuestro futuro. Por la necesidad de ir a la raíz del conflicto social, es que el socialismo es también una filosofía; un constructo teórico-práctico. Es el socialismo la teoría y el comunismo su práctica revolucionaria. Se busca su compaginación.
Un país de memoria frágil, sometido a un colonialismo permanente, practicante de la vacuidad y el simplismo, le resulta normal sus erráticas conductas. Quienes lideran este terrorismo por mandato exógeno, que fingen liderazgo popular, han conseguido terreno fértil para sus atrocidades: Injusticia acumulada, desamparo continuado y engaño político de siempre. Se ha construido un sujeto social cargado de desencuentros, con razón, proclive a la cólera, que puede ser una instancia revolucionaria, que el gobierno no quiere radicalizar y la oposición hábilmente sabe manipular.
Como duele y al mismo tiempo arrecha, ver in situ, como hombres y mujeres jóvenes y menos jóvenes, salen en los barrios marginales voluntariamente a bloquear calles, romper bienes públicos y saquear propiedades privadas. Me duelen también los marginales que lo hacen por dinero. Defienden lo que no se compadece con su realidad material cotidiana. Están de parte de su enemigo histórico ¿Qué nos está pasando? Aquellos más de 7 millones de chavistas que asumieron al Comandante Chávez como su líder, hoy parte de ellos odian a nuestro gobierno. Igual le pasa a la oposición, los dos despilfarran su capital político. Pero la suerte de la oposición no nos atañe, nos mortifica la nuestra.
Voces nacionales e internacionales honestas y lucidas, han manifestado preocupaciones, pero el gobierno parece tener gríngolas. Oficialmente se reitera en el uso "de las armas melladas del capitalismo"; se toma equivocadamente como aliado táctico a la burguesía parasita. Se asume el camino de la menor resistencia; el de la socialdemocracia y su economicismo, así, el salario pesa más que la revolución. Olvidamos que todo el pensamiento y práctica que tenemos, está profundamente imbricada de política burguesa. La menor resistencia deja al gobierno anclado en la economía política; es decir en el campo del capitalismo. Allí, construir el socialismo es difícil. Destruir el Estado burgués y no atrincherarse dentro de él, es señalamiento marxista proferido. Burocratizarlo es frenar el proceso hasta constreñirlo. Usar categorías marxistas para hacer la contrarrevolución ha sido práctica solapada y permanente de la socialdemocracia.
Se coloca en puestos claves a SOCIOLISTOS y se margina a los socialistas. Se mira para otro lado frente a la corrupción. Se fomenta el burocratismo. Se da puerta abierta a medidas neoliberales como la liberación solapada de precios. Los aumentos salariales se los engullen con creces los comerciantes. Así, se estimula la concentración de capitales. Todo esto se hace en nombre de Chávez.
Nos apartamos de las vías al socialismo. El "Golpe de Timón es reemplazado por 18 motores de baja cilindrada que fallan desde el primer arranque. Se presenta una imagen oficial triunfadora cuando la realidad es jadeante y sudorosa. Tenemos tantos Ministerios y Viceministerios, que ya los venezolanos no sabemos cuántos son. Nunca antes los militares habían tenido tanta injerencia en la administración pública, ni cuando Pérez Jiménez. El derroche gubernamental continúa.
Desde la época del Presidente Chávez, se viene equivocadamente practicando la polarización de toda la vida política nacional. Esta tarea ha dado su fruto: terrorismo con apoyo popular comprado y voluntario Vs gobierno saturado de erráticos procederes. Duele admitirlo; la izquierda ultra coincide con la derecha ultra en el afán de derrocar al gobierno. Los dos saben muy bien la represión gigantesca que emprendería otro gobierno a la caída de este. ¿Qué hará esta izquierda si el gobierno cae? Si toda la izquierda hubiera impulsado una unidad táctica, ¿cuántos constituyentistas podríamos tener? ¿Es o no, la ANC un estupendo escenario para impulsar cambios y perfilar revolución?
Por obra y gracias del colonialismo pasamos de la propiedad colectiva a la propiedad privada. Nadie ha hecho mejor radiografía del capitalismo que Carlos Marx. Para amargura de los sesudos intelectuales mercenarios al servicio del capital, el materialismo histórico está vivo, de pie, y sigue siendo la única esperanza de la humanidad. Qué pena, nuestros gobernantes, por desconocimiento, oposición, omisión o escogencia, para nada aplican los profundos estudios realizados por los marxistas clásicos.
Las clases sociales no aparecieron con el género humano, son producto del desarrollo de sus contradicciones. La división del trabajo impulsa la conformación de grupos humanos antagónicos tipificados como clases sociales. Cada clase defiende intereses propios. A veces se alinean por interés u obligación. En el plano táctico pueden darse convergencias clasistas cuando los propósitos están claros y coincidentes. Las clases son la evidencia que el combustible que mueve a la historia, son sus propias e irreversibles contradicciones. La reacción ha creado una falaz igualdad llamada Estado, para desde él, usar todas las herramientas castradoras y onubilantes que impidan revolución. La ideología como "falsa conciencia" es su mejor aliada. Cambios gatopardianos son vías de escape para que la presión no implosiones el "orden" social. "La paz" es gobernabilidad para que no se altere el sistema dominante. Revolución es "ir a la raíz", para que "lo viejo termine de morir y lo nuevo termine de nacer". La dialéctica como método prestado al marxismo, hace visibles los antagonismos en el tejido social. Deshilvanar los nexos categoriales y sus contradicciones, para comprender el metabolismo y la fisiología del capital es tarea revolucionaria. El dinero como el trabajo han sido convertidos en mercancías, liberarlos de esta tenaza, es colocar el asunto en el terreno revolucionario. Pretender hacer una revolución a punta de dinero, es complicidad con el opresor, pues se oxigena al capital. (Continuaremos el próximo sábado)….