Es el grito desesperado de la derecha Venezolana ante el arrollador ascenso del Chavismo de cara a las elecciones constituyentes, muy contundentes resultaron las cifras que presentaron las encuestadoras Hinterlaces y Datanalisis con respecto a las preferencias de los ciudadanos en relación con los principales problemas que enfrenta el país, la derecha Venezolana agrupada en la MUD no sobrepasa un 33% de las preferencias electorales e igual fortuna le corresponde al Chavismo ya que cuenta según las encuestas con 25% de apoyo de su electorado.
Pero a diferencia de la oposición, el Chavismo viene obteniendo un progresivo aumento del porcentaje de apoyo popular tal como se demostró en el simulacro electoral del domingo 16 de Julio, donde toda su militancia se volcó sobre los centros electorales para reafirmar su reencuentro con la historia de lucha contra el capitalismo, era un cambio esperado fue el resultado de severas reflexiones de la dirigencia del Chavismo a partir de los resultados electorales del 6D del 2015, donde la revolución fue vapuleada por la derecha MUD.
La oposición obtuvo una victoria que le sobrevino de ipso facto, no la esperaban por lo cual no estuvieron preparados para administrar la victoria, ni el nuevo liderazgo que le otorgaba el pueblo, con tal infantilismo político la derecha condujo a su militancia neo hegemónica a derroteros insospechados, les asaltó la avaricia, la prepotencia y sintieron que era su hora, sobrevaloraron los resultados electorales y no les importó lo que subyacía en torno a la efímera y circunstancial victoria.
Derrocharon todo su Capital político en buscar la salida por vía legislativa del Presidente Nicolás Maduro, entendieron los resultados electorales de la asamblea nacional como un mandato para sacar a Maduro, así lograron insertar la subjetividad en su militancia, quienes creyeron que su dirigencia tenían la posibilidad cierta e inmediata de cumplir su objetivo a tal punto que establecieron un plazo de seis meses para alcanzarlo.
Despreciaron los lapsos del referéndum Revocatorio sin descartarlo del todo, por si acaso algo le salía mal, nunca consideraron que su reciente victoria se debió más que nada a errores cometidos por la revolución que por sus propias gestiones, este es un punto crucial que determina la situación actual de la derecha venezolana, cuando comprendieron que no podían sacar a Nicolás Maduro por la vía legislativa, se volcaron a precipitar forzosamente el referéndum revocatorio, fue el comienzo de la pérdida de apoyo popular, ni un mínimo intento por parte de la derecha Venezolana de empatizar con los problemas que aquejan a los ciudadanos al día a día, mientras Nicolás Maduro comenzaba con su remontada, apoyando al pueblo a través de los CLAP, Hogares de la Patria y otros programas que lo reconectaban con el pueblo pobre.
Ese Pueblo pobre que antes del 2015, estuvo descontento por la crisis económica y que demandaba inclusión y soluciones a sus problemas de alimentación, salud, vivienda, educación, viendo frustrados sus deseos de mejorar sus condiciones materiales de existencia, consideró el voto castigo o la abstención como forma de protesta simbólica contra la dirigencia de la revolución, pero por tratarse de procesos sociales y políticos, la revolución se revisa y procesa el fenómeno abstencionista y comprende a través de la reflexión, que debe asumir nuevas políticas de inclusión, que superen el peaje de la intermediación partidista y burocrática.
Lo que engrandece la gestión de Nicolás Maduro es que al lograr crear un nuevo vinculo con la militancia revolucionaria, se reconecta a través de nuevos afectos, ya no se trata de la intermediación burocrática, si no la creación de instancias participativas donde el protagonismo popular exprese sus demandas y aspiraciones y que se obtenga las respuestas inmediatas, por ejemplo los Consejos del poder popular, en Economía, social, Mujeres, Trabajadores, Petróleo, Cultura, Educación, Juventud, etc., que permitieron una nueva configuración de la gestión integrada entre el poder popular y el gobierno.
Luego el método de la tarjeta de la patria, le permite contactar con todos los ciudadanos y conocer sus necesidades, sin intermediación, es una relación directa con los problemas de los ciudadanos, un nuevo modelo científico para establecer planes de atención ciudadana y por último considero que el llamado a constituyente culmina con el proceso de re enamoramiento de la revolución con el Chavismo descontento, ya que una nueva generación de líderes políticos comienza a asomarse entre los predios populares como para remozar y refrescar la política venezolana, caras nuevas necesitaba la revolución y están como candidatos para la Asamblea Nacional Constituyente.
Aquel Chavismo que estuvo descontento con la revolución, que exigía mas radicalidad al Gobierno de Nicolás Maduro, que se abstuvo en las elecciones parlamentarias el 6 de Diciembre del 2015, ahora comprende que su radicalidad, motivó un cambio revolucionario dentro del seno del Gobierno, óiganlo bien una revolución dentro del seno del Gobierno, que permitirá retomar la senda de las victorias populares, gracias a esa radicalización del Chavismo que se abstuvo y que se siente nuevamente incluido podremos decir ahora si hay golpe de timón, no se le ha fallado al legado de nuestro comandante eterno y líder de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez Frías.
Otra variante de la situación post 6D es que a pesar de las enormes y amenazantes circunstancias por la que atraviesa la revolución, hemos convertido las adversidades en oportunidades, la cara de la traición se mostró tal cual como la esperábamos, con el oportunismo correspondiente desfilaron hordas de traidores que hasta el momento y negando la constituyente y al presidente Nicolás maduro, pretenden que los reconozcamos como Chavistas, gran favor hacen con irse de la revolución, siempre fueron incómodos y así se cumple con una limpieza y renovación de cuadros.
La constituyente tal como está concebida corresponde a las aspiraciones populares, a sus demandas concretas, sería como el acta de matrimonio entre sociedad popular y Estado, la renuencia de la oposición en aceptar esta realidad es que la misma no estaba en los cálculos del Imperio, es decir en los amos de la dirigencia opositora, atávicos y positivistas fueron los planes de la derecha para acabar con la revolución, pero el pueblo una vez más demostró que es capaz tal ave Fénix de resurgir de sus cenizas, para reclamar su lugar que le corresponde históricamente.