No sé si han notado cómo se repite la historia. La televisión está saturada de propaganda electoral, en tan solo unas dos semanas. Prosperidad, progreso, desarrollo, empleo, componen el centro de los slogan publicitarios. Las "cancioncitas" ni siquiera de eso hablan: son estúpidas. No sé si recuerdan estos mismos gestos en tiempos pasados. A nosotros se nos eriza la piel. A todos los que sabemos leer esas señales nos debería pasar lo mismo o algo parecido. Ahora sé que murió Chávez dentro de los herederos de la revolución. Ellos lo sustituyeron por el "circo electoral", su única y más poderosa promesa electoral: la paz de los bobos.
Pero este Circo, como todos los circos, no está hecho para los mayores de cincuenta, sino para los jóvenes, para los seniles y para los bobos que creen en "Magos y encantadores de serpientes". En el tiempo uno aprende la trampa en el prestidigitador; aprende a observar con cuidado y el Circo pierde interés, las rutinas se muestran como lo que son, y el ilusionista no ilusiona ¿Será que la revolución se perdió definitivamente? Lo sabremos después del domingo, cuando den los resultados sobre cuanta gente salió de su casa a votar por su respectivo payaso, mago o encantador de serpiente.
No votar significa necesariamente un rechazo al sistema, además significa indiferencia por el sistema, por casi todo lo que pasa en nuestro entorno. Este estado psíquico de las masas podría ser el "caldo de cultivo" para cualquier estallido social y una salida política desesperada. Pero también volver a tomar el camino de la esperanza socialista.
El gobierno se llenó de ministros militares y más militares en las empresas estratégicas, es decir, los involucró en todas sus decisiones. Está prevenido de que cualquier cosa puede pasar después de las elecciones, sin embargo apuesta a ganar unas gobernaciones dentro de una bajísima participación electoral.
Por otra parte, la oposición juega a ganar las gobernaciones fronterizas y de más plata. Se anuncia una tormenta.
Pero el sistema "caza bobos" ya no tiene mucha vida en este país, hay que actuar con cautela. El fascismo es el fantasma que recorre el país, no Acción Democrática por más muerto que parezca. Hay que prepararse para lo peor y volver a la lucha.
Todavía la fracción del gobierno sigue usando la imagen y las palabras de Chávez para proteger políticamente el fracaso del pragmatismo socialdemócrata. No tiene vergüenza. El engaño es el mismo del enemigo. La MUD invita a votar a sus adeptos con las consignas con las cuales llamaban a las guarimbas, ¡la misma desvergüenza que los otros!, la cual es un sentimiento compartido por los dos lados. Pero el desengaño también es un sentimiento que se comparte, es fácil que cuando lo suframos olvidemos sus motivos porque es un estado de frustración e impotencia; como dicen, en estas condiciones anímicas de la población, hasta un sargento con un chopo puede dar un golpe, bajo la consigna de justicia, castigo y orden.
Los líderes honestos socialistas deberían tomar conciencia de que no queda otra salida digna como no sea convocar a todos los chavistas honestos, dentro y fuera del gobierno, dentro y fuera de la ANC, dentro y fuera de la Fuerza Armada. No pueden seguir a la sombra; deben tomar partido por Chávez y el socialismo, asumir protagonismo político ¿Quieren ver cómo un puñado de ambiciosos tira el país al abismo, lo entregan junto a nosotros todos, a manos de gente más despiadada aun como los son este atajo de irresponsables?
Si queremos que hayan cambios verdaderos hay que creer en la revolución socialista y activarla, colocarla en el centro de la discusión, dejando de lado el chantaje de la paz, el "Circo electoral", y la entrega del país a las trasnacionales para pagar una deuda ilegítima, en nombre de una supuesta Venezuela Potencia. Solo Maduro cree en el desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas, en un país que históricamente ha sido víctima de oportunistas, banqueros y ladrones disfrazados de empresarios; de parásitos especuladores. Solo él y su grupo de aduladores oportunistas lo cree y lo dice. ¡Si este pueblo chavista, engañado, no se salva, ellos tampoco!; digo, ninguno de ellos tampoco se salvará, tengan cuarenta o cincuenta y seis años ¡no importa la edad!, no tendrán tiempo de contar la historia, pagarán caro su cobardía. Lo que auguran los tiempos es violencia, caos y muerte.
Dejémonos de bobería electorales, de pensar con un optimismo "come flor" que se niega a ver la realidad: si no luchamos no ganamos. Hay que salir a tomar el destino en nuestras manos si queremos revolución socialista. La suerte está echada. Si se convocó una Constituyente, ¡Bueno, entonces que ella haga algo para salvar la revolución y la Constitución! Que se prepare para asumir el poder originario y mande al carajo a los felones del gobierno, sus leyes entreguistas y a la democracia burguesa que apesta a cadáveres al ras de la tierra.