Según comentarios adversos, destilados al vapor político, por un círculo bien consagrado de la informática pura de la comunicación, que entra y sale por Movilnet Company, refiere que, el eterno comandante, hijo del pueblo que lo parió de mil maneras, de raíces militares, fue un ardiloso detector de mentiras y de engaños, que se hizo progresista y después socialista: como un sagaz combatiente, como comulgador, comunicador, y activador exprés de ideas en revolución, que hoy en día caminan por su cuenta, rodilla en tierra, vigilante como está de lo malo que es llevar a un país a vivir en decadencia política y, que él no haya el resolladero por donde salir a venir a entrar en vigor realista con Bolívar con su espada, de enrumbar de nuevo al país que sacó de las garras del envilecimiento yanqui en que nos había metido la IV-R adeco-copeyana de esos años y, por amor a su tierra: amamantó a dos hijos activos políticos como suyos de los tantos que dejó sembrados y regados en el país, y que hoy se hayan vilmente distanciados, pero viviendo del poder que aquél como su padre puso en sus manos, cada uno definido a defender con honor, lo que hoy es un dolor de cabeza para el pueblo que sufre de crecientes maneras, donde al primero de ellos, lo bautizó en las pailas de las inquietudes bien llamado: "Jesús Rafael Ramírez", salvador de males estirados sin destino, y al otro, lo bañó con su protección al ser bendecido como: "Nicolás Herodes Maduro", fusilador de niños -según su hermano-, amo y señor de las fantasías que se dicen a diario en este país en cadena nacional con otro destino de jefe de Estado.
Todo este ensortijado embrollo de hermanos nada tonificante en la misión de mantener hermanos agarrados de las manos, y como preocupante si de noticia se tratase, que no pierde vigor al hacer del conocimiento tales enfrentamientos que desdicen mucho de la democracia unitaria, sin trapos sucios que mostrar, que más bien parecen de ensartados de buen humor de seguir teniendo Patria constructiva, y una revolución bonita como la pintaba Chávez que Maduro patea a diario cuando le da la sobredosis de poder cuando frente a cámaras de tv está que, las palabras se le escapan como si huyeran de un salvajismo intacto lujurioso de mentiras que el Comandante odiaba.
Pero, lo cierto es que, desde que "Jesús Rafael Ramírez" salió de Pdvsa, parece ser que resulta y acontece que le hubieran quitado su reino, de donde tenía que salir algún día pues, el cargo de presidente no era eterno, y (mas) si Chávez no estaba, siendo como es el único eterno en nuestra revolución, encogida en vigor, y rozagante de peligros de volver atrás en la más espantosa dispersión sin retorno que motiva una sanción del firmamento en contra de su hijo mayor, pintado de absoluto y esplendido en alabarse cuando se creyó poseedor de los siete poderes que la suerte alcanza, que él con una exquisitez de paladín en terreno todo baldío sin la sobremarcha de su fuerza comunera de misiones actualmente en paracaídas, además de vicepresidente del Psuv de enteros responsables, fue además vicepresidente económico de Maduro y en un soplo de brisa sin fuerza fue a parar a la ONU a predicar los heroicos versículos aprendidos de su padre como una buena siesta, que lo hizo creer heredero único del patrimonio patrio, que en su primer discurso entonó con emoción como servidor público envuelto de diplomático, y fue bien aplaudido cuando dijo, entrecortado de veracidad leal: "Yo digo con mi canto, lo que yo aprendí en la escuela, bandera de Venezuela, ¿por qué yo te quiero tanto?" Y, la marcha de su misión tejió su propio panorama, pero no, su suerte había pasado de moda por criticar el presente, y aferrarse al pasado sin cargo quedó, pero anda por alguna parte del mundo vestido de azul de inocente frenesí, frente a un fiscal que como un Caín de Herodes lo persigue, gritándole sin compasión: Vos os serás castigado por mal enrollar el trompo del acercamiento entre dos hermanos que han vivido del esfuerzo calórico del Estado.
En cambio el otro hijo, "Nicolás Herodes Maduro" engañó a su pueblo cuando millones de perniles lanzó al aire, cada uno en su caja clap que llegarían en diciembre, y que a alguna otra parte habrán ido a parar sin el hueso, y no contento con su hambrienta misión de "comer sin tener", se ha tomado la más peligrosa misión de atraer, asomando lanzar billones de bolívares a través del carné de la Patria, donde hay más de ocho millones de venezolanos esperando sus quinientos mil, para comprarse un safari de alegría que le llenen por un rato sus estómagos al pasar tanta hambre por encima de la mesa, que los que no están flacos y desnutridos, están locos y otros de cama, si es que no están en el exterior atrapando un consuelo de respirar profundo, pidiendo al cielo que los ilumine de morir en paz con dignidad a lo macho, sin fraude de engaño de oír lo que no verán.