El capitalismo es el reino de la mentira, el fraude comienza en su mismo origen: la apropiación del trabajo y la riqueza social por parte de una minoría. Científicos sociales, liderados por Marx, han develado las formas del fraude. Sobre ese engaño primigenio se forma toda una armazón de mentiras. La mentira, la falsedad, es consustancial al sistema capitalista, es tan común, tan sofisticada que pasa desapercibida. El sistema se mantiene ocultando su esencia fraudulenta.
Cuando un gobierno capitalista como este que hoy padecemos descuida el disfraz de la mentira entra en problemas; cuando se sostiene mintiendo descaradamente, sin guardar las apariencias, si es un gatillo alegre que dispara mentiras a diestra y siniestra todo el sistema de dominación entra en problemas.
En los últimos días se ha agravado el delirio de mentiras del gobierno: Smartmatic, la compañía proveedora de las máquinas para las elecciones, se desligó del gobierno, no pueden certificar los resultados que ellos denuncian son alterados en millones. Si recordamos que en las elecciones presidenciales el margen fue de 200 mil, comprenderemos la gravedad de la trampa. En conclusión, las elecciones son una gran mentira.
De las discusiones de Dominicana no se sabe qué pasó, se acusan las partes de mentir, la verdad no viajó a ese diálogo. El presidente nos dice que el día siguiente de su triunfo electoral aplicará un proyecto económico que nos sacará de la crisis, no dice cuál es, no explica, todo queda en una mentira más.
En estos días de recuerdo del Comandante Chávez, a los altos dirigentes del gobierno les dio pena con Chávez, les remordió la conciencia el descuartizamiento del pensamiento del Comandante y comenzaron a hablar de Socialismo, sacaron del basurero de miraflores al Plan de la Patria, se despepitaron contra el capitalismo, fue como una borrachera, llovieron mentiras sobre el país. Los visitantes extranjeros se veían las caras con picardía ante tanta falsedad. Aquello fue un teatro del absurdo. No obstante, los capitalistas no se preocupan, saben que son bravuconadas de ocasión, rugir de ratones. A mendoza le dieron billones de bolívares fuertes, a los supermercados le cubrieron sus pérdidas por el exceso de fiscalización, los dólares fluyen, las nacionalizaciones se revierten, el egoísmo campea.
Los gobiernantes se sienten apoyados, todo se le puede decir a este pueblo siempre que se le dé un bono que no vale nada. Engañan a los incautos, quien tiene dinero se siente rico aunque no pueda comprar nada, esa es una de las fantasías de la inflación.
Uno de los problemas centrales del gobierno es que se comporta como forajido: el capitalista es un ladrón, roba pero debe respetar ciertas reglas que permiten la reproducción del sistema. El delincuente también roba, digamos el bachaquero, o el secuestrador, pero no respeta las reglas, evidencia el robo, entonces debe ser castigado, eliminado.
El capitalismo, los capitalistas internacionales, a sus gobiernos no les conviene un gobierno que mienta rompiendo las reglas de su sistema de dominación, que haga fraude en las elecciones de forma descarada, evidente; no les conviene un gobierno que deje al descubierto la mentira de la independencia de los poderes, que lesione la majestad del parlamento, del cne, del tsj, de la fiscalía, que los convierta descaradamente en sus subalternos y les dé órdenes públicamente.
Fue así que la intención socialista devino en una pésima caricatura de la democracia burguesa no aceptada ni por Socialistas ni por capitalistas.
