El arado y el mar

El fantasma del 4 de Febrero recorre los cuarteles

Hay una crisis militar, la prisión de cuatro Comandantes de Batallón indica que la ola desestabilizadora llegó a los cuarteles. La costra gobernante, los que han llamado “los cinco”, continúa con su política de “lo ignorado no existe”, y “la masa se traga cualquier disparate”, siempre que venga lubricado con una dádiva o con su promesa. 

La crisis rebasa al gobierno, no hay rincón de la vida nacional que no se estremezca bajo su yugo. Desde el PSUV, con sus escasos dos millones de carnet, cuando debían ser siete u ocho millones cuando menos, hasta los militares, pasando por lo económico, lo espiritual, todo está bajo la nube gris de la crisis. 

El gobierno ya perdió la capacidad de ocultarla, de ignorarla, de endosarla a enemigos ficticios, es patente su incapacidad para resolverla. Ya nadie en su sano juicio cree sus mentiras, su desfachatez ofende a todos. Las elecciones chimbas que convocó apresuradamente tienen la virtud de demostrar su desnudez: ¡no hay consignas, no hay programa! 

Las consignas se resumen a la grosería esa de “votar por maduro es votar por la prosperidad”, que no sabemos si es un chiste o una tragedia. O mejor, es una tragedia para el gobierno agotado, desprovisto de ideas viables, y un chiste para el resto del país que optó por reír para no llorar.

Después de cinco años en el gobierno no tienen programa, no saben qué hacer, y recurren al viejo truco de simular pedir opiniones a un gaseoso pueblo que nadie sabe dónde está y muchos aventureros hablan en su nombre, son expertos pueblólogos. Es sin duda un recurso electoral, crear ilusión de consulta popular cuando de lo que se trata es de un engaño, una polvareda para cubrir la ineptitud.

Lo que está por venir será obra de nosotros todos, de nuestra actitud depende, pero más, mucho más, de los dirigentes revolucionarios que ven al país desmoronarse, ir directo hacia un fascismo, y sólo se ocupan de pactos electorales, zancadillas, frases rimbombantes, todos huyendo de la realidad, de sus responsabilidades y sobre todo esquivando la lealtad a Chávez, que es lealtad a su legado resumido en la consigna: “contra la lógica del capital”. La dirigencia revolucionaria sigue jugando con red de seguridad, calculando desde lo individual, no entrando a lo hondo, sin correr riesgos.

La derecha se agrupa, se organiza, el gobierno saca sus nefastos carnet, así piensa controlar; los militares se mueven, expresan sus opiniones, sus sentimientos; la gente protesta. Y el gran ausente es el Chavismo, paralizado permite que los gobernantes hablen en su nombre que esta crisis creada por la ineptitud del gobierno sea unida al nombre de Chávez.

El momento es ahora, mañana ya habremos llegado al punto de no retorno del capitalismo en su más perversa expresión, entonces no valen lamentos, excusas, buscar culpables. Hoy es la hora de los líderes del Chavismo, o actúan, o dan un paso al frente y construyen la verdadera unidad alrededor del pensamiento socialista, cristiano, de Chávez o serán borrados, pasarán a la historia como los pusilánimes de una posibilidad perdida.



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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