En medio de la conmemoración de los 235 años del nacimiento del Padre de la Patria Grande, Simón Bolívar; observamos como el país, luego del triunfo de la Revolución Bolivariana en los comicios de hace poco más de dos meses, se han atizando las contradicciones. De la forma como el Gobierno lo maneje, dependerá de si sale airoso o derrotado frente a las ingentes amenazas que hoy debe afrontar.
Por una parte, nos aproximamos al primer año de la elección e instalación de la Asamblea Nacional Constituyente. Indudablemente dicha elección e instalación logró sofocar un estadio de la conspiración y de la violencia de la Patria. No obstante, en nuestro pueblo, hay una gigantesca desilusión en la mayoría de los miembros de la ANC, ya que desde un principio asumieron promesas que les corresponde hacer realidad al Poder Ejecutivo Nacional, como lo fue el tema de los precios y el problema de la especulación galopante que confisca el poder adquisitivo de la clase trabajadora. Luego cuando algunos camaradas formulan algunos cuestionamientos y advierten sobre algunas desviaciones que se vienen cometiendo, son tildados inmediatamente de “contrarrevolucionarios”. Por ello, es muy importante que la ANC no siga distrayéndose y haga lo que le corresponde como expresión de la soberanía popular.
La realidad es terca y porfiada, y si en estos momentos de crisis estamos obligados a oír al pueblo y pulsar su opinión en el día a dìa, es en ese sentido que debemos asumir, inmediatamente, medidas que aborden, definan y solucionen con precisión el rumbo económico de lo que el presidente Maduro ha calificado como “el nuevo comienzo”.
Y esto debe hacerse al margen de toda parálisis burocrática. De ahí que se impone la unidad de acción del pueblo con la dirigencia política y de la mano del actual Jefe de Estado, de la unidad cívico militar, del PSUV, del Frente Amplio de la Patria, de las organizaciones populares, que nos permita hacer valer y darle viabilidad los compromisos propios de nuestras responsabilidades políticas.
Si realmente el compromiso es con la política de “Chàvez Vive” (y esto porque en los próximos días conmemoraremos los 64 años de su nacimiento), entonces es menester desatar todo el poder del Estado, de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y de las organizaciones del Poder Popular. Si los compromisos tienen un sentido de lucha promisoria y esperanzadora, las fuerzas del chavismo no tenemos otra que movilizar todo nuestro arsenal de ideas renovadoras, potencial organizativo, en un proceso necesario de acumulación y articulación de fuerzas.
De ahí, que para promover políticas de crecimiento y nuevo modelo económico, debemos comenzar por resolver nuestras necesidades más urgentes e inmediatas como pueblo. En palabras del propio Comandante Inolvidable: “las hormigas y las abejas pueden más que los elefantes”. Está en juego la voluntad políticas de los leales al proceso, tomando en cuenta que la esperanza de la patria socialista está en peligro.
Hace varios días hemos podido constatar, que las personas de a pie y de la calle, están cada vez más angustiados, preocupados y ariscos. El actual clima del país ya está tocando al núcleo chavista duro.
Julio Escalona advirtió sobre algunos grupos reformistas y que coquetean con grupos empresariales interesados en el derrocamiento del actual Gobierno Bolivariano. Incluso voy un poco màs allà: Pareciera que hay poderosos intereses en la ruptura en el chavismo. El verdadero signo y vulnerabilidades de la Revolución no es la contrarrevolución que lo pueda latiguear, sino de los traidores que tenga a lo interno.
Es en ese contexto, donde el grupo de la Plataforma de Lucha Campesina y diversos colectivos revolucionarios, y de iniciativas como la Comuna El Maizal, que golpean y afectan poderosos intereses de mafias externas e infiltradas, que se originó una iniciativa de una caminata que partió desde el estado Portuguesa, desde Guanare, el pasado 12 de julio, y tiene el objetivo de llegar a la capital de la Repùblica, a la ciudad de Caracas, para entregar un conjunto de propuestas al Ejecutivo Nacional, y denunciar un conjunto de irregularidades que se vienen suscitando en nuestros campos y en el sector rural venezolano, en el marco de las agresiones multidimensionales y multiformes que sufre nuestra Patria.
Es importante destacar que esta iniciativa popular, agraria y campesina, con profundo sentido revolucionario e inspirada en el espíritu de Bolívar, Zamora y Chàvez, ha tratado de ser minimizada por el denominado Sistema Bolivariano de Comunicación e Información (SIBCI), así como boicoteada por algunos personeros de la dirigencia del denominado chavismo, que han tratado de boicotear la convocatoria de esta actividad con la realización de “actividades paralelas”. Sin embargo, la convicción revolucionaria ha prevalecido, y por encima de los obstáculos y de acallar esta iniciativa, ha ido ganando más adeptos y más respaldos por parte del movimiento popular en general.
Como ya algunos han señalado algunos analistas, y lo reitero, pese a los intentos de invisibilización de estas luchas, esta marcha campesina admirable posee un alcance más allá de lo coyuntural y de las justas reivindicaciones:
1.- Por una parte, el enfrentamiento con los latifundistas y terratenientes que vienen agrediendo impunemente a los campesinos. Esta fue una de las luchas de vida de Chàvez, y debe ser una lucha de vida del actual Gobierno.
2.- El desenmascaramiento de las prácticas burocráticas infiltradas en el seno del Alto Gobierno.
3.- La Reivindicación de la Comuna y la Soberanía Alimentaria, hoy trastocadas por la “Guerra Económica”.
4.- Un ejemplo de unidad de acción y un ensayo a emular en el marco del reagrupamiento de las fuerzas populares y revolucionarias, ante las amenazas de retroceso y restauración del sistema de dominación.
Es desde esas perspectivas y horizontes, que la corriente histórica debe plantearse el apoyo efectivo a esta jornada de lucha, proponiendo darle permanencia y vigencia en el tiempo a sus banderas de lucha y de combate.
Que de ahì surja el plan de lucha de los campesinos y campesinas de la mano con la clase obrera para la toma del poder y el rescate de la Revolución Bolivariana.
De ahí todo mi respaldo a esa Marcha Campesina Admirable, ansiando su llegada a Caracas y esperando que tengan la receptividad del Presidente de la República e hijo de Chàvez, Nicolás Maduro.