23E

23 de enero de 1958, todavía a los diez años el renco de San Carlos, diez el manco de Lepanto, la vida te da sorpresa, sorpresa te da la vida, por Rubén Blade, sorpréndenos suspensos los sinusoidales movimientos de la historia, la eterna noria notoria, de la segunda ley de la dialéctica, la ley de la reciprocidad, el encadenamiento de procesos, el movimiento histórico en espiral, engastada con la primera ley, la ley del cambio, el proceso, como dícese en la lógica, el teorema directo, en tanto la segunda ley, el teorema recíproco, y el teorema contrario, imbricado con la ley de la contradicción y la unidad de contrarios, diríase que la segunda ley de la dialéctica es continente que contiene a la ley de la transformación de lo cuantitativo en cualitativo, la ley de la continuidad difuminada espectral sin sobresaltos, pues hablar del desarrollo por saltos, sería negar el movimiento continuo en espiral, sería cuantificar la historia, y el movimiento real de la historia difícil de percibir por la mente humana ludovicosilvaiana, no es saltarina como una rana platanera en el platanal de la casa de Rosa María, en la calle Alegría de San Carlos.

23 de enero de 1958, todavía a los diez años el renco de San Carlos, diez el manco de Lepanto, en el platanal de la casa Rosa María, en un lugar de la calle Alegría de cuyo nombre sí quiero acordarme, pues en el rancho de esta vieja graciosa vigorosa, tras la puerta de uno de sus cuartos, arrinconada vasinilla blanca de peltre esconchá en centro y laterales de la misma, redibujada de flores moradas nazareno, la mitad medio llena y la mitad medio vacía de miao nocturno forzoso natural, de todos que en el cuarto amontonados dormíamos, ahí, ahí, nació la idea de la borrosidad contradictoria koskoiana, hoy, y los casos límite contradictorios del renco de San Calos, a los seis años a las cinco en punto de la mañana de todos los días

23 de enero de 1958, todavía a los diez años el renco de San Carlos, diez el manco de Lepanto, siempre la vasinilla blanca de peltre, llena de miao de todos los del rancho, anunciando la borrosidad contradictoria koskoiana y los aspectos límbico antagónicos, no habían llegado las posetas de joya, a San Carlos, y sí estaban los excusaos de joyo, en el fondo de los patios, se obraba agachado, no había llegado al pueblo la hemorroide, pues habría llegado al posar las nalgas y el culo en la poseta de joya, que no en la letrina, a lo montaigneiano en sus ensayos, Michel, que no Miguel, decía aquél, que tenía el güevo RAE grande y tiraba tres veces a la semana, mínimo, cual atleta sexual rasputiniano, y sus peos eran nidorosos y borrascosos que con naturalidad expulsaba, para nada escatológico, porque ante los circunstantes presentes estoicos barruntaban difuminado peo del solitario de la Torre de Montaigne, cual Torre de Timón ramossucreiana (ahora este cura ignaro raro cleuasmo asno, metióse en poso jondo), que copiaba del emperador Claudio Cesar, el de los peos saludables obligatorios cenaculares comensales, contado después por Quevedo, con digresión y sin digresión, excusao, y que cagar agachao paso, pasó a la historia, y casi ha desaparecido aquel dicho popular venezolano: "Es más viejo que cagar agachao", cual romana de palo, que algún día será cubierto dicho dicho por la joya de la corona del culo a según Michel Montaigne el de la Torre Solitaria.

23 de enero de 1958, todavía a los diez años del renco de San Carlos, diez el manco de Lepanto, cae la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, la densa y densa multitud de sancarleños alrededor de la Seguridad Nacional, a las diez de la mañana, entre la calle Bolívar y la calle Ayacucho, a cuadra y media de la casa de Rosa María, en la calle Alegría, el pueblo quería linchar a los esbirros de la Seguridad Nacional, y aquellos atrincherados y armados hasta los dientes, dentro, algarazos y gritos retumban todavía en las sienes de los lugareños sancarleños, y bombas molotov, que no bombas puputov moderna burguesía venezolana, para el techo de teja, de la casa de la Seguridad Nacional en San Carlos, que aún y aun, existe, pues la guadaña pala mecánica no ha tocado.

23 de enero de 1958, todavía a los diez del renco de San Carlos, diez el manco de Lepanto, disparos y más disparos, se suspenden los gritos, a la diez de la mañana, un tropel de gente y disparos retumban por la calle Bolívar y Sucre, por la calle Ayacucho y Alegría de San Carlos, la gente se agolpaba en las puertas de las casas aledañas a la Seguridad Nacional, tiros y más tiros, fuego en el 23, todos corrían en desbandad sin rumbo cierto, ya habían caído los muertos, que son bastantes por todas partes al derredor, y la casa de Rosa María, inundada y del el patio venía en tropel más y más gente, a Rosa María casi le da un deliquio, no veía a mi tío Julio Mantequilla, su hijo, que se encontraba en la puerta de la Seguridad Nacional, jodiendo, lo demás fue muerte y sólo muerte y sólo muerte. Y al final, al rancho apareció mi tío Mantequilla, que encontróse arrinconado en el zaguán de la casa del musiuíto Herrera, en la acera de enfrente por la Ayacucho del desastre.

23 de enero de 1958, todavía a los diez años del renco de San Carlos, diez el manco de Lepanto, disparo y más disparos, y cayó el régimen de Pérez Jiménez, lo demás es conocido, pues esclarecidos venezolanos lo han contado y escrito, y este cura ignaro raro cleuasmo asno, no se atreve a estropear lo bueno de aquellos historiadores nuestros esclarecidos.

23 de enero de 1958, todavía a los diez años del renco de San Carlos, diez el manco de Lepanto, de los disparos nacionales de la Seguridad Nacional, nace: "El disparen primero, averigüen después" copia romulobetancourtiana, contra el pensamiento nicolasmaduroiano: "Averigüen primero y disparen después", el 23 enero de 2018, y manifiesto con la invasión que hiciera la nave invasora de exploración petrolera de la Exxon Mobil, el día 23 de diciembre de 2018, en las territoriales aguas venezolanas desembocadura deltana del Orinoco, y avisóles primero Cariña con cariño caribe indígena, a la contraria nave Exxon Mobil, avisóles primero para después disparar todo el protocolo protocolar establecido, por vía contraria betancourtiana, del disparen primero, averigüen después.

Si el 23E, es para afirmar el averiguar primero, disparar después maduroiano del 23 de enero de 2018, entonces sea dicho que, a partir del 23 de enero de 2019, esa afirmación maduroiana se mantenga siempre, por la calle de en medio del tercio incluso aristotélico de equilibrio dinámico diplomático dialógico justo pacífico, de los casos límite contradictorios, averiguar primero/disparar primero, y que trascienda el averiguar primero sempiterno maduroiano democrático del disparar primero oprobioso betancourtiano antidemocrático, del 23 de enero de 1958 copia betancourtiana de la Cuarta República.



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Miguel Homero Balza Lima


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