El madurismo y la trampa de Guaidó

¿Dónde está la trampa de Guaidó, si Maduro lo hubiese arrestado en el aeropuerto?, o sea, ¿la trampa era que se comportara alguna vez como un líder que gobierna y cumple su palabra? Definitivamente el país madurista está cada vez más menguado, el patrón, para medir la calidad de sus líderes, es cada vez más choreto y pequeñito ¿Qué tiene de astuto mostrarse como un bocón inconsecuente? ¿Para qué y quiénes gobiernan estos líderes "reactivos"? ¿para alcanzar un diálogo con Trump o para defender nuestra soberanía dignamente? La trampa de Guaidó fue habernos mostrado el lado flaco de los líderes bocones de este gobierno, que solo sabe recular.

La indiferencia popular a todo lo que hace y decide el gobierno y Maduro hace que todo se haga entre ellos, a su manera, el antiparabolismo de la gente hace que todo parezca un juego de muchachos, como dice Toby, peleas de adolescentes por el control de un centro de estudiantes. En Venezuela hay dos presidentes porque Maduro así lo quiso, porque Maduro lo permitió desde el momento que no fue capaz de arrestar al que él mismo asegura hasta hoy es un usurpador. Guaidó no cuenta con el ejército, tampoco con los poderes públicos, ni siquiera con gente suficiente como para hacer lo mismo con Maduro, pero Maduro sí ¿Por qué no lo hizo? Esa en la pregunta que deberían hacerse ahora mismo todos aquellos menguados que piensan en la "astucia política" de Maduro ¿De qué se salvó Maduro –o de qué nos salvamos todos –, cuando no arrestó a Guaidó en el aeropuerto?, quisiera que alguien me lo dijera.

Falta poco para que llamemos escuálidos a los maduristas, considerando que ya se comportan con la misma miseria nerviosa, asustados, disminuidos. El miedo, inclusive, a una reacción contundente en contra de Guaidó los hace ver inseguros, asustadizos, mendicantes, pero sobre todo, los hace ver que no cuentan con apoyo popular, más allá de las (cada vez más pequeñas) concentraciones de viejos reactivos y empleados públicos (¿quién no tiene un vecino que sale a la calle cada vez que Maduro convoca por la defensa de la patria, y que en la nochecita llega a la casa borracho, balbuceando estupideces, que uno supone son en contra del imperialismo?)

Los niveles de exigencia de la comunidad madurista para con sus guías políticos son cada vez más bajos y pálidos. Basta con que éstos solo declaren exaltados su patriotismo para que ellos les crean, no hace falta confirmación, coherencia con los actos, con las políticas; basta con que Diosdado haga una de sus arengas para que ellos (para que tú, viejo loco) crean que lo de Guaidó en Maiqueía se trata de una "astuta táctica" y no de una carencia total de objetivos y de bolas para ejercer el gobierno. De tanta admiración hacia las "tácticas políticas" y de guerra de Maduro, que a casi todos se les ha olvidado que lo que el señor presidente hace, lo hace en nombre del socialismo, pero ¡nosotros ni nos enteramos! El socialismo mismo se les olvidó a todos. De tanta "guerra" que los maduristas ahora ni siquiera saben contra quién pelean, si es en contra de Guaidó, si es contra Trump, o contra el capitalismo, o contra Colombia… ¡Maduro los tiene locos!

Un gobierno reactivo

El problema de abandonar la estrategia del socialismo es, que dentro del capitalismo, el sistema que gobierna al mundo actual, cualquier cosa que se haga resulta una reacción, o sea, que depende de las iniciativas y decisiones que tomen otros, los que mueven los hilos en el teatro del mundo. Si estuviéramos haciendo una revolución no tendríamos que esperar a que Trump se tire un peo para dar declaraciones o tomar decisiones respecto a nuestros asuntos, estaríamos buscando la manera de derrotar al enemigo y ya. Pero, como el madurismo abandonó el socialismo como estrategia, como conducta, como ideal, no le queda de otra que tratar de sobrevivir disfrazado de cocodrilo, en un charco lleno de caimanes furiosos; debe disimular y de vez en cuando mostrar los colmillos de plástico. Pero, sabiendo que los colmillos son de plásticos; que no hay manera de vencer a los caimanes del capitalismo con colmillos de mentira, por eso se dejan. Otro sería el cuento si estuviéramos haciendo una revolución en contra del capitalismo y de sus representantes, junto al pueblo trabajador y más necesitado del país y del mundo.

Si estuviéramos haciendo una revolución socialista no solo Guaidó estuviera preso, sino Lorenzo Mendoza; no estuvieran en Bolívar explotando nuestras riquezas Gold Reserve y Barrick Gold; no se estuviera privatizando PDVSA ni suplicando a Trump una entrevista…. La verdad que las cosas no son tan simples, pero tampoco son tan complicadas, tan confusas como para no saber dónde está el enemigo y por qué y por quienes deberíamos estar peleando. El madurismo es un paciente psiquiátrico, un ser disociado, disfuncional, a veces grita de emoción y orgullo patrio y otra no sabe quién es ni dónde está parado. Todavía no ha notado que su problema mental es la ubiquidad de Maduro, que es más esquivo que una gota de azogue.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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