De un pueblo mala leche, con un gobierno “guail” y Guaidó en una oposición “ponchona”

En mi pueblo, en la Cumaná de mi inacabable amor, en la sabana y hasta en el corralón que llamaban Estadio Cumaná y luego le dieron el nombre de aquel excelente y polifacético atleta que fue César "Lalito" Velásquez, con quien tuve amistad, pese la diferencia de edad entre nosotros, le decían a un pitcher descontrolado, "ese carajo está guail", creo la vaina viene de Wild Picht. Antes de estos, un cátcher excelente, pescador de profesión, a quien llamaban "Marutón" Ramírez, quien le diese un jonrón a Cocaína García, en el más viejo estadio que estuvo en lo que luego fue la "Quinta de los Berrizbeitia", más o menos frente a donde ahora está el terminal de pasajeros, de allá del "Salao", la que fue sabana donde Piar, intentando defender la ciudad ante la arremetida de Boves llevó su única derrota militar, recibiéndole a un pitcher que no cogía la goma, sin pararle al manager, se acercaba a la lomita, a aquél le mandaba al carajo y a cualquiera que estuviese en los jardines le llamaba a lanzar. Así pues, "guail", se le decía a un lanzador que no pasaba una por el home y todo se le iba en bolas. Todo lo contrario de lo que fueron controlados "El Pelúo" Astudillo y "Fael" Díaz. Si, eso de "guail" tiene un parecido con Guaidó, es coincidencia pura, pues quien "picha" es Maduro.

En Venezuela el gobierno está "guail", no pasa una por la goma. Y para mostrar eso sólo basta mencionar sus "planes económicos", como el más reciente del cual ya ni se acuerda y menos mal que el "apagón" le dio la oportunidad de olvidarlo y le olvidaran, no pasan por el plato y cuando uso esta palabra, pienso en el comer de los venezolanos. Pero la oposición es como peor, ante tanto lanzamiento descontrolado, lejos del "home", se comporta como un bateador que le tira a todo a lo loco y siempre se poncha. En este caso, no pega una. Y no es que se "engolosine", como solían decir los viejos narradores de beisbol, sino que no sabe hacer otra cosa. Se poncha con todo lo que le tiran y lo que tiran son bolas demasiado afuera, arriba o abajo. Le pasa en el primer turno, en el segundo y en todos los que siguen a lo largo del juego y de toda la serie que ya se hace como demasiado larga; no coge mínimo y no hay quién, ni forma, que haga que lo coja. Su manager, un gringo de esos "colorao", "catire pelado", como decimos los cumaneses, no sabe ni puede poner en orden a sus bateadores a quienes, aparte de su torpeza, enreda con la torpeza suya. Y más que torpeza, al de ahora, lo mata la mala intención y parece un furioso loco o un loco por la furia, racismo y hasta egolatría.

Hasta ahora, no sé si Maduro saldrá antes de tiempo o terminará su período. Dada las circunstancias, nadie está en condiciones de asegurar nada al respecto. Aunque en este país todo el mundo da lo suyo por seguro. Se podría decir, a favor de una cosa u otra, "los deseos no preñan". Maduro no pasa uno por el plato pero los bateadores que enfrenta pasan el bate por debajo cuando la bola va arriba y al contrario, tiran como quien quiere pegarle a una piñata colocada arriba, cuando la bola, descontrolada toda, se viene por el suelo. Y uno no sabe si el público va a cansarse, invadir el terreno o el "catire", viendo que no puede con la múcura, optará por mandar sus fuerzas a apoderarse del estadio con la gente adentro y bombardear todo aquello. Eso lo suelen hacer siempre los torpes pero guapetones que se saben con la fuerza bruta.

Lo evidente es que quienes se enfrentan por el poder se atribuyen triunfos. El gobierno eso alega ante todo acto fallido de la oposición por derrocarle y esta hace lo mismo por el sólo hecho que su morisqueta se dibuje y hasta desdibuje. Si hoy hablamos de derrotas o fallas, tendríamos que resaltar algunas, como para que cada quien se sienta satisfecho. Es evidente, sin hablar del pasado, de por allá de los años iniciales del siglo XXI, de cuando el golpe de Carmona, la "Huelga General" que sólo fue empresarial y el tranque petrolero, que esa cosa que siguen llamando "La salida", es la más resaltante y hasta emblemática. Ha ido tanto el cántaro al agua que ya está roto. Han sido tantos los fracasos, gastos a sus financistas, muertos, presos, exiliados, perdidos en su fe, destrucción, desgaste político y hasta de imágenes, sin lograr nada que, quienes eso han promovido, "deben" haber perdido, no la esperanza, pero si con certeza la confianza de sus atribulados financistas y promotores. Dejaron mal a Bush, Obama y por el mismo camino hasta ahora marchan Trump, Pence, Bolton y hasta Elliot Abrams, el más loco y tira leña de aquellos bateadores. Hasta a los pobres soldados que llamaron a desertar ahora en febrero, ofreciéndoles villas y castillos, dejaron en el abandono y el pelero allá del otro lado de la frontera

"La Salida" ha provocado en la oposición más divisiones y distanciamientos que el hacer del gobierno. Porque éste de eso no escapa y tampoco le importa. Siendo ella, la oposición, muy frágil, siempre lo he dicho y lo seguiré diciendo, el gobierno o sus diseñadores de política, por sectarios, no son capaces de hacer algo sustantivo para fragmentarla. Pero para bienestar de estos, el gobierno y los suyos, "La Salida" se ha encargado de hacerle la tarea. Ha destruido todo frente opositor que se ha creado para sacar del gobierno primero a Chávez y ahora a Maduro. Sus figuras políticas, empezando por Ramos Allup, Capriles, Falcón, Rosales, Borges, Guevara, Fermín y paremos de contar porque hay un esterero, han sido víctimas, no del gobierno, sino de "La Salida". Esta, a EEUU, le ha costado millones de dólares y el estar entre dicho ante la opinión mundial. Casi se ha acabado o, por conmiseración, mejor digamos se ha apagado la OEA y hundieron con ella las aspiraciones de Almagro. Se estrellaron ante el CARICOM, CELAC y hasta en la ONU. El Grupo de Lima y especialmente el gobierno de Colombia, están desprestigiándose por prestarse a ayudar a EEUU a violar el sagrado principio universal de la soberanía de los pueblos. Y ayudándole a aplicar sanciones criminales que en nada afectan a quienes creen y hasta quizás quieran, los del gobierno, sino al pueblo venezolano. Le han respaldado a sacar su cara y conducta criminal, exhibirla ante el mundo entero y volver a jugar el triste papel de cuando Vietnam. Mientras hoy este pueblo y país, me refiero por supuesto a Vietnam, avanzan hacia el engrandecimiento, quienes sirvieron a los criminales fines del guerrerismo gringo hoy son fósiles y vergüenza. Y como aquella vez, en los propios EEUU y el mundo, se levantan miles de voces y rostros reclamando el derecho de los pueblos a escoger su destino.

Erase de un pueblo malaleche, con un gobierno "guail", una oposición "ponchona" y atada a las señas de un manager que le importa un carajo que pase con los bates, guantes, pelota , terreno y hasta los jugadores mismos, que por ellos pasa todas las calamidades sacadas de la caja de Pandora - no de las de de las pelotas - y, de remate, lo único que le ofrecen, en este trágico momento, es un bateador emergente, "emerging hitter" de apellido Guaidó, un loco de las viejas guarimbas, de esos que siempre se ha ido con cualquier lanzamiento, quien llega al plato con la seña de tirarle a toda vaina hasta reventar el plato.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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