¿Verdad, dónde andas, dónde te has metido que, tanta falta que nos haces? Será posible que no creamos en nosotros mismos y, si hay algún fulano que cree que cree, ése es ciego, cegato de toda su autoestima y el que no duda, miente y, si miente no duda, total, que mejor no puede ser y, quien se queje está más loco que el que dice que, en Venezuela la luz la desaparece la corrupción y el deterioro por vivir en oscuridad.
La cosa más difícil y que está de moda, crujiente como viral que es, es que si aceptas que el gobierno dice la verdad por boca de quien sea, cuando la oposición está mintiendo y, si está mintiendo, entonces el gobierno no dice la verdad y, si el gobierno y la oposición no dicen la verdad, ¿entonces? A quién creerle que, cuando la oposición expresa que está diciendo la verdad, el gobierno dice que mienten y, si están empatados, quién los desempata.
Es triste y hasta penoso, nada acogedor, vivir entre mentirosos que, nos llevan a pensar que, la luz del juicio se les ha ido y, eso es de ahorita, no. Eso se veía venir como algo presuroso, no como un clamor popular que el que más miente, más engaña y, mientras más engaña más partidarios tiene, y mire usted que ponerse de acuerdo creo que, ni después de muertos pues, dialogar es como mentarse la madre sin jerarquía ninguna y la mejor opción odiar, odiar a muerte que, es como pedir el pan nuestro a quien pan nos pueda dar y, como los gringos son nuestros mejores arbitros -todo lo de afuera es mejor- seguiremos empatados de rencores que es el peor vicio que nos sustenta en la vida real.
Nuestra violencia no es nada convencional, porque es una violencia por el poder como violencia más que brutal en esta Venezuela caótica, donde la violencia se ha adiestrado de tal manera que, amamos la violencia siempre que esté de nuestro lado y cada uno con sus métodos..
Y como nuestros pensamientos jamás es nuevo ni nunca será libre, contaminados como estamos no escapamos de ella y, por eso vivimos de conflicto en conflicto, riéndonos de nosotros mismos con una alegría que no nos separa. Y qué debemos hacer, apagar la luz y acostarnos a dormir a ver si despertamos menos estúpidos, pensando en llevar una vida diferente a la que estamos inversos como tiranos metidos en una división que, parece ser que serán otros los que sacarán mejor partido, a ver si alguna vez seremos libres.
Libres de pensamientos y de maldades que podamos convivir como lo que somos: pobres y ricos en cualquier pedazo de tierra que podamos caber como venezolanos dignos, conscientes que pensamos diferentes, pero que debemos actuar respetando nuestras leyes y nuestra soberanía.