Francisco Franco un hombre que como soldado se partió el alma y demostró tener cojones bien puestos de furia por España y, por ella luchó hasta vencer y morir, y dejó una monarquía dentro de la península ibérica de Europa, y hoy día cuando más necesita seguir en su profundo sueño después de permanecer en el poder hasta que quiso, le ha dado al gobierno español con toda libertad de exhumar sus restos que, como una cachetada afrentosa fue llevado a su nuevo relax de comodidad a un discreto cementerio, a ver si es posible que se olviden de él y, lo dejen purgar sus penas que aún vagan en el tiempo y, que son muchas, con todas las glorias a su honor de español que hablaba el gallego.
La vida como un pasatiempo de increíbles momentos le dio a Franco la audacia de general convertirse en dictador nada halagador en ningún momento y, sino véanse en la figura de Maduro que lo pasean por el mundo como el dictador venezolano, no así Franco que con un: ¡Viva España, viva Franco! Era llevado por sus familiares y amigos que le dispensan gratos recuerdos y como unos grandes señores no pierden su tiempo en demostrar que Franco existió como español y su hoja de servicio está a la vista de todo el mundo que como un símbolo más le da estatura que en ese sin gobierno que hay actualmente en España, de algo hay que ocuparse y, recordar que Franco existió, gústeles o no, y además fue generalísimo que se dice y no se cree, pero así es.
Quien se llenó de gloria sin querer fue un dominicano como su desenterrador que con Franco en vida lo hubiera mandado a comer hostias y quién sabe a dónde hubiera ido a parar, pero como era preciso exhumar, hizo su trabajo que debió sentir un peso grande como los sienten los españoles por la madre patria y, el cortejo fue de un ritual impresionante nada de gente de pueblo como el acto puro que era, que muchos de los soldados caídos como soldados desconocidos estarán bien preocupados teniendo su cadáver cerca de ellos que, a lo mejor les recuerda muchas tardes frías y noches de desvelo montando guardia para que Franco llevara adelante su tarea de hacer a España grande en Europa sin percartarse ni dejarse amilanar por Benito Mussolini, ni por Hitler, y tantos otros ejemplos por bien o por mal que están en igual o peor situación histórica a la altura de Franco, pero parece mentira pero en la historia de Europa corre la barbarie con razón que sus políticos actuales son tan comedidos y pujantes al hablar y darnos tan buenos consejos como parte de su patrimonio histórico de grandeza que, a veces provoca desoírlos como indios que somos, pero en fin ellos son ellos, demócratas y ejemplos de gallardía institucional como quedos de vanaglorias que se retocan muy bien de sus derechos humanos.
El canto del himno de la Falange le dio la privacidad a un nutrido grupo de los presentes que refrescó de alegría y asentó tiempos pasados que cada quien tiene sus lentes para verlo y, la familia Franco toda llena de orgullo no mostró angustia sino, más bien una quietud de franqueza de estar vivos y ser descendientes de un patrimonio que es netamente español de La Coruña de lo más decente, no había ni canarios ni gallegos, ni golondrinas aspavientas que descubrieran a algún gitano que siempre están en alguna parte y como de circo no se trataba los restos salieron en helicópteros a su morada final, que alguien predijo sin suerte que la tierra temblaría, pero, no tembló. Ni el cielo se encapotó.
"Franco nunca morirá". Frase abrumadora de vida que una franquista exhumó a su gusto con una paciencia soñadora. Es posible, todo es posible y, debería ser así, para qué morir si él no se metía con nadie, está lerdo que, con tristeza camina por los caminos de España que por él sufrió. ¡Y, vaya que sufrió!
Y, Pedro Sánchez que si alguna vez llega a ser presidente del gobierno español se dejó llevar por su patriotismo SXXI cuando, alcanzó a decir: "Hoy España cumple consigo misma. Con esta decisión se pone fin a una afrenta moral, como es el enaltecimiento de la figura de un dictador en un espacio público". Algo así como una "afrenta" que deja de ser "afrenta". ¿Y Franco lo fue, acaso?