Lo trascendente, casi nunca es lo inmediato

Nuestra encrucijada (I)

Cómo negar la existencia de las clases sociales. Son cuantificables: existen. La geografía urbana, nos da una lectura de su existencia y diferencias. Las estadísticas lo muestran diáfanamente. Martín Luther King, admitió la existencia de "La lucha de clases". Negarlo o manipularlas, es tarea reaccionaria de una clase habilidosa y otra pusilánime. Los gobiernos progresistas, no niegan, no pueden negar su existencia, pero prefieren el camino de LOS DIALOGOS ENTRE OPUESTOS. Diálogos para CONCILIAR CLASES ANTAGÓNICAS. Capital y trabajo entrelazados. Sabemos quiénes serán los perdedores. El capital integra para separar o dividir. Los otros, para continuar "gobernando". Los dialogantes reformistas, apelan a sofismas modelados por la razón cartesiana. Cuecen argumentos para justificar su accionar conciliador. Los pueblos están despertando, comienzan a ver el engaño de los políticos en "la política". Que los pueblos lleguen a pedir "Que se vayan todos" no debe sorprendernos. El hartazgo hace ruido.

Que cada clase tiene un espacio con costumbres y peculiaridades propias. Que son clases antagónicas y unas viven a expensas de otras. Que las clases sociales no son condición natural y normal de la especie humana, sino el resultado de un proceso histórico. Que no es natural que "El hombre sea lobo del hombre". Que la interpretación de las clases y sus conflictos, definen al pensamiento y al pensador. Que sin entender dialéctica y holísticamente éstas luchas, no es posible conocer la realidad; son requerimientos teóricos de permanente aplicación práctica. Las consecuencias y los resultados de "la lucha de clases", están a la vista. Los de "LOS DIALOGOS" TAMBIÉN. Diálogos opuestos a la lucha de clases…. Clases antagónicas que se "asocian"… Consecuencias….LA LUCHA DE CLASES ES ESCUELA REVOLUCIONARIA. "Santos Luzardo no debe pactar con Doña Bárbara".

"Solo el pueblo salva al pueblo" afirmó Lenin. Las luchas justicieras de los pueblos, ameritan una "Hegemonía" táctica, para lograr lo estratégico. La hegemonía enfrenta a la fragmentación; unifica. Al capital le interesa un pueblo atomizado, a la revolución un pueblo unido. La clase trabajadora lo produce todo, son imprescindibles para el capital. Por ésta potencialidad, y ser la victima principal, es precisamente la clase trabajadora, la llamada a hacer la revolución. Para esto, necesitará de SU hegemonía. La hegemonía deberá ser entre clases o grupos que tengan similares intereses. Hegemonía, no sólo para la unificación de intereses y acciones prácticas e inmediatas, para enfrentar contradicciones y problemas solubles. Hegemonía entre victimas sociales, para ir a lo estructural, al seno de las contradicciones insolubles, cuya superación significa la construcción de la revolución. ESTA HEGEMONIA, MARCA EL PASO HACIA LA REVOLUCIÓN; es LA TRANSICIÓN. La revolución no es una circunstancia, es lo "permanente". Esta "alianza", ésta HEGEMONÍA ENTRE SEMEJANTES, PARA CONSTRUIR LA HOJA DE RUTA COMÚN, requiere de un escarpelo especial. Errores tácticos, conducen a fracasos estratégicos.

Las alianzas entre clases opuestas son forzadas, y persiguen propósitos miserables. "Por más que se tongoneen siempre se les ve el bojote". El capitalismo es un sistema opresivo antidemocrático, injusto y explotador; se reproduce en todas los espacios. Las clases representan intereses específicos. Que los reformistas socialdemócratas y progresistas, inventen una burguesía nacionalista y un capitalismo humanista, más que descaro es complicidad. Este equivoco, supone la construcción de una revolución burguesa, precisamente cuando el capitalismo planetario está en profunda crisis estructural. "Ni olvidamos ni aprendemos". ¿Dónde quedan los poderes, que el capital trasnacional tiene sobre estas burguesías periféricas? Sin tecnologías, experiencias ni mercados, ¿van a competir con las tecnologías de última generación imperialista? ¿Y los problemas populares nacionales dónde quedan? ¿Es ésta la urdida alianza entre explotadores y explotados, que pretende construir el reformismo, buscando amainar las tensiones en el capital? ¿Trabajo asalariado sin plusvalía, cómo? ¿Industrialización privada sin explotación, cómo? Lucha de clases o diálogos es la diatriba. Revolución o contrarrevolución.

Oficialmente se manejan verdades a medias o medias verdades; la culpa de todo la tiene Trump. El problema central del país es económico. Ninguna de estas afirmaciones es completamente cierta. La barbarie imperialista es parte del asunto, pero nuestros errores cuentan. Más que lo económico, LO CULTURAL es central. La construcción de "El hombre y la mujer nueva", puede modificar todos los espacios nacionales. Cuantos problemas de variada índole corregiríamos. Nuevas relaciones entre los humanos y con la naturaleza es la clave. El mercado no debe seguir normando nuestra conducta. Nuestro humanismo es antropológico. El capitalismo nos animaliza, divide y controla. Somos hechuras del capital, ¿por qué no podemos serlo del socialismo? Los reformadores pretenden una historia sin sujeto y un sujeto sin subjetividad. El mercado se fagocita lo humano, le interesa el consumidor. Para el capital, la explotación humana, es una condición natural y legitima; es una condena darwiniana. Cuántas preguntas: ¿Los acuerdos entre progresistas y burguesía, erradicarán los graves problemas nacionales? ¿Paz social con severas injusticias? El sistema parlamentario burocratiza las luchas ¿Con los diálogos, dejará la burguesía de ser apátrida parasita y especuladora?

Acotamos la necesidad de alianzas "hegemónicas". Pero no alianzas solo para tareas parlamentarias o burocráticas, ni para cambios evolutivos y progresivos; se trata de ir a la raíz de lo histórico, donde están las contradicciones fundamentales, hacer verdadera revolución raizal. Esto implica, enfrentar vencer y debilitar profundamente al capital, si es que no se le quiere eliminar, pero mejor es tenerlo de rodillas, al menos "por ahora". Cuando el progresismo niega las luchas de clases, insiste en los diálogos y centra esfuerzos en la vía parlamentaria, le está haciendo carantoñas al capital; está en sus espacios. Ésta no puede ser una labor revolucionaria. Para los progresistas, los "diálogos", son el permiso que el capital les otorga para poder gobernar. Por no querer hacer revolución, por huir de propuestas socialistas, los reformistas progresistas, quedan atascados entre las exigencias de sus votantes y creyentes, y las amenazas del capital. La historia los castigará con el olvido o peor aún, con el deshonor. HASTA EL PROXIMO SÁBADO.

EN LA IZQUIERDA, DEBATE HACIA ADENTRO Y COMBATE HACIA AFUERA.

La crisis mundial del capitalismo está en camino…..SERÁ SEVERISIMA…OPORTUNIDAD REVOLUCIONARIA, QUE HARÁN LOS PROGRESISTAS.



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Jesús M. Vivas P.

Profesor Universitario con 45 años de servicio docente. PhD en Historia, egresado de la Universidad Complutense de Madrid. Más de 700 Artículos publicados a nivel nacional e internacional, mas de 60 años en la lucha revolucionaria, soy Jesus "Chucho" Vivas

 jesusm_vivas@hotmail.com

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