A la empresa, porque aunque parezca mentira es una empresa capitalista que organiza golpes, alzamientos, revueltas, ordena modelos políticos, económicos, morales y hasta estallidos revolucionarios, de acuerdo al costo de la factura, Guaidó y los suyos le encargaron, por lo que veo, según todos los datos, una revuelta.
Es una empresa que organiza esas cosas como quien prepara un huapango, en la jerga cumanesa elaborada a partir del cine mexicano, que sería una fiesta escandalosa, donde aparte de la música de huapango, abundan palos, pasapalos, tiros, cohetes y un gentío en la calle aquello disfrutando sin freno ni comedimiento.
-"Quiero que me organice una revuelta", pudo haber dicho el encargado de conversar con el gringo por orden de Guaidó.
El tipo, acostumbrado a sus procederes y tratar personas de toda catadura, imagen de "Rambo", "Hombre Universal", le preguntó en su jerga afrancesada, pues el tipo es canadiense y de apellido francés, lengua y cultura de la mitad de aquella nación al norte del norte, pero en inglés mal hablado, "¿Y cuánto hay pa´eso?"
Discutieron como se acostumbra en el mercado negro, cada quien puso sus condiciones y metas. Llegaron a una cifra que, según los documentos que mostró el encargado de hacer guerras, revoluciones, tumbar gobiernos e imponer la justicia, es de 226 millones de dólares.
No sé si allí se habló del nombre de la operación, invasión o entrada furtiva para ir sumando hombres y pertrechos venidos de afuera, se dice que desde Colombia por lo más cercano y la experiencia que allí tienen por eso de la droga, pero lo cierto es que le llamaron Gedeón. Un nombre extraño que nada tiene que ver con nuestra historia de libertadores y héroes. Se trata de un guerrero del Israel antiguo que gobernó por 40 años y hasta tuvo 70 hijos, a quien además llamaron el "Destructor", lo que en mí dice mucho. Piense el lector por qué así le llamarían. Por lo menos es como muy sugerente lo de "Destructor, 70 hijos y 40 años gobernando".
Al parecer, a factores de la oposición, quienes desean gobernar, le parece mucho y difícil el trabajo para eso de llegar a Miraflores y más por la vía que abre la constitución, a relativamente bajo costo a quien tenga paciencia y talento necesarios. Lo del bajo costo incluye dinero, pues es a todas luces más barato que tenerle que pagar al gringo-canadiense aquella enorme cantidad y también las tantas vidas, sobre todo de jóvenes que en esas aventuras suelen irse y, ya se han ido unas cuantas, de un lado y otro. Las armas serían más livianas y hasta en lugar de destruir, depende quienes las manejen y cómo, pudieran abrirle espacio a un país lindo y bello.
Es obvio que Guaidó y sus financistas, porque para su plan se necesita hasta más real que el que pide el gringo para fabricar su mercancía, no están interesados en elecciones; si así fuese, en lugar de ese "Rambo" corporativo, buscarían técnicos, especialistas electorales que en EEUU también abundan, cuestan mucho menos, no piden sangre humana y tampoco metralla, por lo menos no en enorme cantidad; a lo más meterían embustes al por mayor. En lugar de guerras y tiroteos estarían concentrados en buscar que Maduro llame a elecciones generales o ir preparándose para las elecciones legislativas que tienen plazo fijo y el gobierno no puede eludir porque es constitucional y no vengan con el invento que las va a suspender eternamente. Es más, dentro de poco, Maduro llega a mitad de período constitucional y se abre la posibilidad del revocatorio, para lo que no se requiere ningún trabajo gigantesco dentro de la oposición de toda pinta para aplicárselo. Ganarle a Maduro o al Psuv unas elecciones presidenciales en el marco actual es muy difícil, por el apoyo del cual gozan, pero más por la enorme fragmentación en el universo contrario. Pero uno no puede alegar a su favor su incompetencia. No obstante, aplicarle un revocatorio luce fácil a menos que se imponga una descomunal campaña llamando a la abstención. ¿Y quién pudiera provocar eso si no la oposición misma? Revocar el mandato presidencial aparte de legal y pacífico, abriría espacios inimaginables para planes posteriores.
Pero no, ellos no quieren elecciones, quieren guerra, ilegalidad por las razones que ya antes, en trabajos previos, hemos expuesto. Es un plan como el de Libia.
Pero aparte de todo lo anterior, lo de no querer ni creer en elecciones, la oposición en su afán guerrerista también lee muy mal el cuadro nacional, el carácter de la guerra misma que tratan de imponer y mal suponen que esos guerreros, llegado el momento que pudieran triunfar, lo que a todas luces parece un disparate, le entreguen a ellos el poder, a quienes no dispararían ni un tiro ni asomarían su pecho. Vistas las cosas así hasta parecen inocentes.
Pero otras cosas. ¿A qué vino esa expedición Gedeón, porque de que vino, vino, ya no pueden seguir negándolo? ¿Acaso a montar un foco guerrillero, dicho así por el espacio, al pie de una enorme montaña? A uno esto le cuesta creer porque la primera pregunta es para qué esas camionetas blindadas y artilladas. Cuesta creer que las iban a subir montaña arriba, más con tanta escasez de gasolina.
¿A tirar una acción de vanguardia, terrorista, como decir invadir Miraflores, tomarle, secuestrar y hasta matar al presidente? ¿Eso basta para que ellos, los opositores de Guaidó, tomen el gobierno, con 20 ó 30 invasores? ¿Eso estaba sujeto a la idea que su acción provocaría una sublevación en la FANB, milicias y hasta en la multitud toda a favor de ellos? Aquí cabe decir aquello viejo pero como al dedillo, ¿con qué culo se sienta la cucaracha? ¿O estaba ligado a un plan que desatada esa lucha detrás vendría la armada gringa? Pudiera ser, pues de locos está el mundo lleno y el coronavirus multiplica la locura. ¿Pero EEUU y Trump ahorita están a disposición de eso?
Si a ver vamos, como solemos decir, eso es más coherente con la historia puesta a correr desde tiempo atrás de una "operación cirugía" que estaba por ejecutarse por lo que "la tiranía tenía sus días contados". Y los opositores por facebook y tuiter se solazaban y hasta casi alcanzaban el orgasmo. No habría alzamientos ni nada, se llevaban a Maduro y quizás hasta Cabello y todo quedaba como si nada para que Guaidó entrase a Miraflores. Habría que esperar si los de la cirugía que quedarían en Miraflores a él le abrirían las puertas. Todo es imaginación y puros sueños. Paja mental. Y los sueños, sueños son.
Pero al parecer, la historia o guión de Gedeón, hablo de la operación extremista, quizás un poco por aquello del "Destructor", iba por otro lado, como que los invasores o quienes incursionaran estaban destinados a instalarse en un sitio, tomar un punto estratégico, como Miraflores, secuestrar a alguien, en este caso al presidente y provocar a partir de aquel gesto mesiánico, un acto destructivo, como la explosión del movimiento popular, el ejército y milicias volcadas a favor de las fuerzas invasoras. ¿Tendrá eso algo que ver con aquello que el original Gedeón tuvo 70 hijos? ¿No les parece una historia como escrita por contrato a quién eso desea?
En nuestra cultura y experiencia histórica, eso habla como de una sublevación de puros generales sin tropas. Lo mismo del año 2002, cuando Carmona Estanga se instaló en Miraflores habiendo sido secuestrado el presidente y contando con el apoyo de un alto mando militar casi de puros zombis.
Todo eso además, parece como un guión de una de esas tantas películas gringas, donde "Rambo", sólo con su valor, audacia, casi desprecio por la vida, aunque sin ningún carisma, bondad, ideas y planes, logra despertar fuerzas dormidas que se le suman a su causa aunque sea la del mismo demonio. Pero es un guion muy caro y para más vainas, los hombres que utilizan para ponerlo en acción son muchachos de ellos mismos, de quienes contrataron a la empresa gringa, pues de ella sólo vinieron dos y cayeron fácilmente en la nasa. Esos guiones están ya en bastantes películas, cualquiera de sus periodistas pudo haberse copiado alguno por una muy módica suma y hasta sólo por una noche de farras estando la caña tan recara.
Lo más triste es que si usted busca en la redes, hallará que ya mismo, siguen soñando con una operación cirugía o una sublevación popular y militar.