En un artículo: "Nicolás Maduro construye su propia leyenda". Firmado por: Héctor Acosta Martínez https://www.aporrea.org/imprime/a293137.html , se organiza una defensa del gobierno de Maduro vista desde la óptica aséptica de los politólogos, digamos, una justificación política de un Maduro estéril políticamente.
Según el autor Maduro nunca tuvo un compromiso con el socialismo ni con un Chávez socialista, eso no existe en su análisis; imagino que para él autor el tema ideológico "enrarecería" la objetividad del análisis.
Según él las diferencias entre uno y otro son de formas, de estilos reactivos y de cantidad de ataques recibidos por cada cual, de parte de la oposición y el imperio: los ataques y amenazas de la "burguesía guipuzcoana", y la cantidad de sanciones recibidas, por uno y otro, de parte de los gobiernos de EEUU.
Parte de un hecho, concebido como incontroversial, de que Chávez y Maduro son idénticos políticamente, o peor aún, ideológicamente; que solo se diferencian en la forma e intensidad de la resistencia a los ataque de sus opositores. Según él, por estas dos razones, por el record de resistencia a los ataques y por ser como Chávez, Maduro hizo su propia leyenda.
Nosotros no discutimos que tenga su propia leyenda, pero desde el punto de vista revolucionario se trata de una leyenda negra.
Si hablamos de resistencia, la de Chávez fue ideológica. Chávez no nada más confrontó la oposición de un enemigo claro, directo, a la "burguesía guipuzcoana colonial" (como él la llama) y al imperio, sino que tuvo que lidiar con el capitalismo, con el mercado capitalista, con el pensamiento capitalista, además de tener que convencer a su gente y al propio equipo de gobierno de la necesidad de independizar al país de los imperios pero ante todo del capitalismo, de hacer una revolución socialista. Y lidiar con la flojera o flojedad política de su equipo de gobierno, con sus vicios burocráticos, con sus inseguridades y miedos; entre ellos, con el mismo Maduro.
La comparación justa de nuestro analista defensor de Maduro ha debido ser en el campo de las acciones positivas por cambiar la sociedad, de la "acción" revolucionaria, y no de la "reacción" a los ataques imperiales. Maduro nunca continuó con la revolución socialista, al contrario la frenó y restauró el pasado, y no precisamente por las sanciones y los ataques de la oposición, más bien porque nunca creyó en ella, o, en última instancia, porque le dio miedo continuar con ella. Sus cambios fueron para retroceder al pasado y su leyenda es la de un presidente definitivamente "reactivo".
Dice Acosta Martínez: "De modo que a partir del año siguiente la burguesía guipuzcoana gozaría de plenas libertades para atenazar sin temor la garganta del pueblo venezolano, utilizando como excusa la libre competencia y el juego macabro de la oferta y la demanda; ambos usados en el modo venezolano nos hacen pensar en la existencia de un capitalismo semi feudal." ¿Acaso un sistema de libre competencia no es un sistema capitalista? Ese es el "modo venezolano" impuesto por Maduro. Esa "excusa" no existe en un sistema de libre mercado (que es lo mismo que libre competencia, pero en otra intensidad) porque en él todo es válido –es "el nuevo modelo económico" promovido por Maduro–. El responsable, el facilitador de estos ataques a la moneda, de la inflación descontrolada, de la especulación, los acaparamientos de comida y medicinas, etc. es decir, del "modo venezolano" que llama Acosta Martínez, es Nicolás Maduro, y no otro. Él fue quien impuso en el país un sistema económico "cochopollo", dándole todas las libertades y las ventajas a la "burguesía guipuzcoana colonial" y limosnas al pueblo. Él fue quién frenó la revolución, no Chávez… y ¡Sí! ¡A Chávez lo asesinaron!, no se murió de cansancio
Habla de la derrota parlamentaria del 2015 pero no se detiene a explicarla – como si el chavismo "duro" no hubiera participado en esas elecciones –. Esa derrota fue la derrota de la revolución en un sentido estricto, la caída de sus dirigentes a causo de una traición, la derrota de Maduro y sus coqueteos con los empresarios "honestos" (los guipuzcoanos), con su "socialismo en lo social", y su capitalismo en lo económico. Eso de ver el mundo desinfectado de ideologías son vainas de politólogos con cerebros prestados. Las ideas existen y han cambiado a la humanidad, las revoluciones, la lucha de clases también existe y seguirá existiendo.
La leyenda negra de Maduro será contada en los libros de historia de la revolución venezolana: esa será su condena, si es que llagamos a sobrevivir al capitalismo. Pero no hay que perder la esperanza, esa leyenda de maduro ya es un aprendizaje invaluable para el futuro.
¡Patria Socialista o Muerte!