El insigne poeta y escritor venezolano Ludovico Silva Michelena, en su trabajo: “Marx y la Alienación”, señala: “El marxismo es un tema carnoso en el que han clavado sus picos críticos, toda suerte de pajarracos…hasta deformar el cuerpo original de la pieza”. Venimos sosteniendo en estas entregas escritas, que no podemos hablar de SOCIALISMO, sin tomar en cuenta los elementos medulares del pensamiento de Carlos Marx, Fue él quien puso de pie y firmemente esta tesis que venia del pensamiento anterior, pero lucia confusa y frágil.
Como infatigable lector,”El Moro” como solían decirle los niños a Marx, leyó a los clásicos griegos y romanos, a los mejores escritores del humanismo y del renacimiento, del enciclopedismo y de la ilustración. Los más abanderados pensadores alemanes, ingleses y franceses. Se formó así una sólida cultura, que le permitió su estilo crítico. Coqueteó, pero no cayó en las trampas cognoscitivas idealistas hegeliana. Tomó su método pero le dio carga social y pudo con él, penetrar en profundidad en las interacciones dialécticas que mueve el todo social. De los ingleses, sus estudios económicos, poniendo al descubierto sus debilidades, pues la Economía Política explica la propiedad privada, pero no sus verdaderos orígenes. El pensamiento socialista utópico francés le atrajo con fuerza, y en su interior topó con su idealismo y su pobreza práctica. De igual manera, fue entendiendo, como cada uno de todos estos pensadores, veían el mundo de modo parcelado, cuando en verdad, como decía Goethe, “la verdad es el todo”.Notó la interferencia de las ciencias naturales en el pensamiento social, aspecto que se irá haciendo repetitivo en las interpretaciones políticas futuras, que se fortaleció con el reformismo de la II Internacional y penetró el manualismo soviético. Había pues que iniciar la comprensión de la historia por lo terrenal: el hombre en sociedad produciendo y reproduciendo sus condiciones materiales de existencia. No pedía anuencia a sus contrincantes, contumaz los sometía a asedio. Observa que el verdadero conocimiento es aposteriori. Encuentra que hay hilvanamiento en toda la trama social(sistema), y que éste guarda permanente reciprocidad. Que el movimiento interior de lo social es dialéctico y no mecánico como antes era señalado. Que esta es la vía de la totalidad cognoscitiva ( de lo concreto a lo concreto por la vía de lo abstracto).Que la clave no está en las ideas, sino en la forma como ocurre la producción, es decir en los modos de producción o forma como se produce. Allí descubre la realidad material concreta. Su método de investigación y exposición le permitió todo este recorrido. La dialéctica es aquí un método. No está sujeta a leyes, opera en el campo social, sin vinculación con las ciencias naturales, que tiene otra vía metódica. Se enfila contra la economía política, pues allí está “la anatomía de la sociedad burguesa” .Descubre que las categorías políticas, sociales y económicas son históricas, y por lo tanto no son ni naturales ni eternas. De esta forma su teoría de la historia le permite construir las Ciencias Sociales. Integra estas ciencias a la sociedad. La dificultad para entender todo este entramado, él la encuentra en lo que Hegel llamó “falsa conciencia”, y Marx entenderá como “Ideología”.Ella permite y tiene como propósito fundamental, ocultar, deformar, falsear la realidad. He aquí los peligros de la apariencia, por ello la teoría tiene que ser una práctica. Entiende que “las ideas dominantes, son expresiones ideales de las relaciones materiales dominantes”. Puede ahora entender, que los procesos sociales, tienen que estar vinculados a la práctica revolucionaria. Las leyes no son naturales ni eternas; son históricas. Más que la relación entre el hombre y la naturaleza, Marx se preocupa por las relaciones que los hombres contraen en los procesos de producción. Comprende que el pensamiento no es suficiente para abolir la explotación, hace falta la praxis consciente en acción social orgánica y programada. Descubre que el choque entre las fuerzas productivas y las relaciones materiales de producción es el motor de la historia. Perspicaz declara que el sistema capitalista tiene que ser destruido en sus bases, implosionadas sus estructuras, única manera de construir el socialismo verdadero. Marx no cree en socialismo buenos o malos, en la falacia según la cual, el capitalismo se puede humanizar, o que la evolución pacífica nos conducirá al socialismo. Señala como tautología hablar de socialismo democrático, pues si es en verdad socialismo tiene que ser profundamente democrático. Advierte que el socialismo no es simplemente reparto equitativo de la riqueza. En fin, que la justicia social no es un asunto de corazón y cabeza. Que el período de transición del capitalismo al socialismo, es el de un progresivo y permanente proceso dialéctico de destruir todo lo viejo para ir dando paso a lo verdaderamente nuevo. La transición que no se propone seriamente destruir al viejo orden, terminará recomponiéndolo. En las definiciones de la historia no hay Torigallos. Estos aspectos con mayor profundidad y otros mas, son necesarios conocer, para poder avanzar hacia el socialismo. Duele ver con el simplismo que muchos políticos y “pensadores” suelen ver y opinar sobre la transición del capitalismo al socialismo. Muchos dentro del propio, proceso harán cuanto esté a su alcance para que este proceso se quede en el reformismo. Hacia adentro, el enemigo es poderoso, más por su ubicación que por su número. Dios… dios …la corrupción, la corrupción. Continuará.
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