Las elecciones son una peste peor que el coronavirus porque no afecta los pulmones ni espesa la sangre pero crea alucinaciones, nos hechiza y nos hace ver soluciones llevados de las narices al redil en donde nos esperan a todos, los que cocinan la venta del país con nosotros como esclavos, en esa bajadita.Todos están pendientes de unas elecciones, que, como dice Toby, son un mercado de demagogos y demagogias.
En un sentido socialista estricto, todo candidato a ocupar un cargo público debería hacerse por consenso y midiendo las capacidades, trayectoria de trabajo, honestidad y eficiencia comprobada, testimoniada. La gente se pone de acuerdo y elige al más adecuado por consenso, sin una competencia de calumnias, difamaciones y promesas vanas, demagogia.
Estas elecciones no llevan al mismo matadero de siempre. Mientras tanto los planes de privatización de la industria siguen adelante; frente a nuestros ojos. Lo que pasa es que bajo los efectos del delirio báquico, vemos la cabeza de un cacorro de león creyendo que cazamos una buena presa, cuando en realidad estamos sacrificando a nuestra país, estamos matando a nuestro padre y a nuestra madre.
Las elecciones son el comienzo de la invención que tanto denuncia Maduro y Vladimir Padrino López. Qué pueden responder a esta infamia los hablan de paz y liderazgo: "PROPUESTA DE REESTRUCTURACIÓN PETROLEOS DE VENEZUELA S.A. sin firmas de personas o funcionarios que se responsabilicen por ella, suscrita por una "Dirección Ejecutiva de Planificación", pero no por la Presidencia de la estatal. (http://petroleumag.com/wp-content/uploads/2020/04/W20-428-PDVSA-reestructuracion-11.pdf." Tomado de El destino de PDVSA: Por: Luis Britto García | Sábado, 05/09/2020. ¿Hasta cuando hay que denunciar para que reaccionemos a esta claudicación?
Claro, eso de "sin firma", que dice Britto García, no existe. Hay un responsable y todos sabemos quién es o quienes son los responsables. El caso es que todo lo que están haciendo lo hacen a espaldas de la población. Mientras publican el Plan de entrega de nuestra industria lanzan los perfumes y los fuegos artificiales de las elecciones parlamentarias, sueltan a los presos de la derecha y ponen a todo el país, o más bien a la llamada opinión pública, pendiente de las elecciones y de todo lo que acontece embarrado de su melao.
Pero no solo nos distraen de la entrega de la industria petrolera, las elecciones y los indultos nos distraen de Chávez y de la revolución chavista y socialista. Desde los partidos que se autocalifican de socialistas hasta los opinadores autocalificados de lo mismo; todos pendientes de candidaturas, de listas, de movimientos tácticos, de lo que dijo Abrahams, de las sanciones a la presidenta del CNE, mientras el recuerdo de Chávez ni el socialismo no les quita ya el sueño… pendiente de cómo "venderse" en el gran mercado libre de los cargos públicos. Muy pocos se ocupan de lo que se cuece detrás del humero.
Resulta que el "presidente de la paz" es un entreguista cortado de la misma tela con la que hicieron a Guaidó, a María Corina y todos los otros retazos, ¡demostrado con pruebas irrefutables por Luis Britto García! Lo único es que él escritor no lo personaliza, quizás por cortesía con la persona que yace detrás de la representación de las políticas estúpidas que acabaron con el socialismo y con el país – que traicionan y traicionaron a Chávez, nuestra soberanía, nuestra independencia...
Exactamente como dice Britto García, somos un objetivo del capitalismo mundial el cual depende todavía y por mucho tiempo del petróleo, y Nicolás Maduro demolió nuestra industria en solo cinco años; si al morir Chávez hubo algún deterioro, Maduro se dedicó con empeño en destruirla por completo, sin liderazgo, sin consciencia, actuando con la irresponsabilidad de un adolescente petulante y malcriado; allí la persona detrás de la representación, tampoco se salva, sobre su conciencia se impuso su inclinación personal a la irresponsabilidad.
El que quiere ver en este gobierno y en su presidente unas víctimas de las maluquezas, de los críticos y del imperio, por lo menos, como mínimo están viendo a unos pendejos incapaces de hacer nada en positivo, de creer o crear en algo y luchar por eso con empeño. Están viendo a unos eunucos de la revolución, de cambios verdaderos, flojos y reactivos. Chávez les quedó grande, muy grande, ni se diga de Bolívar que independizó media Suramérica. Hay que tener un sentido de las proporciones. Pareciera que para muchos salvar a Maduro y su gobierno es una manera de salvarse a sí mismo.
Hay que despertar; los adormilados deben despertar, la patria se cae de las manos de chorreadas de nuestros demagogos. ¡Olvidemos las elecciones y rescatemos la revolución y el socialismo!, ¡Viva Chávez! y ¡Patria socialista… o muerte, venceremos!