El árbol de las tres raíces
De la historia nos llega una expresión “Antiguos y Modernos”. Necesario es
pues, definir estos conceptos. El término ´´ Moderno ´´ ha realizado un
largo camino, que Hans Robert Jaus investigó profundamente. La palabra,
bajo su forma latina “Modernus”, fue usada por vez primera a fines del siglo
V, para distinguir el presente, ya oficialmente cristiano, del pasado romano
pagano. Con diversos contenidos, el término ´´ Moderno ´´ expresó una y
otra vez la conciencia de una época que se mira así misma en relación con el
pasado, considerándose resultado de una transición desde lo viejo hacia lo
nuevo. Observando el análisis con espíritu y disciplina de la modernidad
Bolivariana tomada por el líder, encontramos profundamente su diseño el cual
se despliega en movimientos de vanguardia caracterizándola por actitudes
que tienen su eje común en la formación de una nueva conciencia que
trabajada por enemigos de esta forma de pensar, se perdían en el tiempo.
Hoy ya se tiene una vanguardia la cual trabaja muchas veces en territorios
desconocidos porque desconocen la historia nuestra y entonces es cuando esa
ideología entra a la exposición de un gran peligro, porque se enfrenta a
peligros inesperados, pero el líder se ve claramente conquistando el
futuro, trazando huellas en un paisaje que todavía nadie ha pisado.
Pero este volcarse hacia delante, esta anticipación de un futuro indefinible
y ese nuevo método para pensar, significa en realidad la exaltación del
presente. “El Árbol de las Tres Raíces” es la nueva conciencia del tiempo
que penetra en la doctrina filosófica de tres hombres que, con una sola
herramienta, expresaron algo mas que la experiencia de la movilidad en lo
social, económico, político, revolucionario y cultural. El líder demuestra
que el lenguaje bastante abstracto con el cual el moderno se refiere al
“pasado” en cuanto a estos hombres, ha mantenido una presencia histórica
equivocada. Las épocas pierden sus rasgos distintivos, pero nunca sus
acciones, las cuales quedan como lecciones y son memoria histórica por su
heroísmo, su trabajo, su equivalencia, la cual puede evaluarse en cualquier
momento. Veamos su sentido del tiempo en el que tactamos que la decadencia
se reconoce así misma en la barbarie, lo salvaje y lo primitivo.
Además el líder detectó la intención del miedo enemigo y es entonces cuando
se decide hacer explotar el continuar de la historia, ahora en otra época,
con otros actores y otras maneras estratégicas de subversión para salvar a
la patria; por otra parte, debemos insistir en que se deben tomar en cuenta,
para comprender y tener una visión de lo fundamental de la ideología
Bolivariana, los aspectos conscientes de toda su documentación, dejando como
lo hacia Bolívar, la conciencia clara para los problemas políticos que se
contraponían a sus ideas libertarias, construyendo así una teoría científica
social que descolonizó a todos nuestros pueblos de la alienación esclavista.
No permitamos tampoco que el Bolivarianismo sirva para hacer manuales
consagrados para una escolaridad épica, pues es así que se desvía y no se
afinca el diente como lo hizo Bolívar, en los problemas que de verdad
vivimos y del cual su doctrina es una vía para encaminarnos hacia un
socialismo humano que traza las estrategias políticas para luchar contra
las miserias deshumanizadas que nos acondicionan los nefastos imperios,
enfrentemos las contradicciones absurdas que se hacen desde el punto de
vista Bolivariano, expresiones que provocan una especie de vacío súbito en
toda una tradición del Bolivarianismo contemporáneo, que no por azar es un
Bolivarianismo que en muchos importantes aspectos no solo esta basado en
Bolívar, sino que en ocasiones lo contradicen flagrantemente. Cierto que
Bolívar no es un evangelio, pero si en nombre de ese Bolívar se ha falseado
su teoría para tenerlo bien muerto. El líder lo estudio y lo conoció y
vio que era preciso restaurar aquella doctrina en todos sus términos
originales, entre otras razones porque se trata de una teoría que, como la
construyó Bolívar tiene aplicación practica en la lucha revolucionaria.
A Bolívar se ha querido convertir en un simple soñador y a toda su teoría en
un utopismo, de ahí que muchos hayan hecho de ella un opio para el pueblo,
una religión laica, con la cual se ha logrado desvirtuar y desprestigiar su
carácter legítimo de denuncia política-militar-científica. Es un error
nada inocente confundir la ciencia Bolivariana con el espantajo ideológico
en que trataron de convertirla los partidos tradicionales del pasado. Ellos
decretaron la muerte de la ciencia Bolivariana, subestimándola,
ultrajándola, haciéndola “prehistoria” es algo muy semejante a convertir a
un hombre en espanto y luego decretar la muerte de ese mismo espanto.
(Continuará…)