Es el rescate de nuestros propios valores históricos. Somos la nueva
polarización de fuerzas que nos abrimos paso en nuestra nación inspirados
en el sentido humano, Bolivariano, popular y democrático de una revolución
que se agiganta dentro del socialismo.
Tenemos en nuestra conciencia el culto por la libertad igualitaria y la
justicia social que nos apasiona. Esta lucha que se inicio el 27 de Febrero
de 1989 y se consolidó con la acción del 4 de Febrero se inscribe en un
espacio de múltiples resonancias, transformándose cada proeza en un mensaje
de amor que abre el corazón para entusiasmar al pueblo. El sistema que
vivimos que no fue otra cosa que una seudo democracia reformista, no tuvo
mensaje, se carcomió política moral e ideológicamente. Su marcha estuvo
siempre de espaldas a la conciencia histórica, es decir, a la verdad y a la
cultura. Nuestra Revolución es portadora de un nuevo espíritu histórico,
necesario para todos, eso ha hecho que tomemos las lecciones de los períodos
heroicos de la Independencia y la Federación.
Tomamos las lecciones de Bolívar y metódicamente nos proponemos aniquilar
todas las deformaciones. La económica, la política, la cultural y la ética.
Destruiremos el mito de ese reformismo que nos condujo al abismo,
reformismo cómplice y títere del despotismo y el neocolonialismo.
¿Cuál es la política definida del Bolivarianismo?
Nos definimos por el sentido y el valor. Fundamentándonos bajo la ética
liberadora que inicio el maestro Simón Rodríguez, quien activó la moral
emancipadora formando la conciencia bajo el sentido del deber dentro de una
ley positiva y beneficiosa para el hombre y por el hombre. Extender a
Bolívar en el horizonte y la proyección, de esa misma conciencia concreará
la unión para las aptitudes posibilitantes y liberadoras bajo la acción y
Zamora, que bajo la actividad política se propuso a continuar el camino
Bolivariano para hacernos libres.
De esta manera queda claro que nuestra política nace de estas raíces, que no
son simples teorías o ideas, sino que son lecciones prácticas. De ahí que
no nos propongamos a discusiones vanas ideológicas, ideales que solo han
servido para conducirnos a la desunión, al desastre y a la pérdida de todos
nuestros valores.
Políticamente encontramos que a partir de la acción del 4 de Febrero, la
exigencia de nuestra Revolución no es una suplica al opresor o un
ablandamiento de las estructuras que minan nuestra sociedad, nosotros no
pretendimos jamás realizar una democratización al estilo representativo
formal. Tenemos programas radicales y para ello el fragor de la lucha
política esta calcinando una nueva calidad como conciencia y como realidad
amaneciente. Nuestra nueva Constitución refunda la República, relegitíma
el poder y rehace la democracia.
Hablamos claramente, con responsabilidad, reencarnar el espíritu de Bolívar
y de ahí que inscribimos la nueva revolución en el marco político de
procesos objetivos y limites históricos precisos. Nuestro combate es en
aras de la Soberanía, la Justicia y la Libertad. (Continuará…)
vrodriguez297@hotmail.com