Eso es lo que admiro y respeto

Leí con atención y con una sonrisa un artículo de opinión escrito por mi amigo de Mérida, Juan Veroes, publicado aquí en Aporrea ayer, martes 1 de junio del 2021 (ver más abajo), el cual habla de mí, particularmente con relación a uno de mis recientes artículos titulado, "No caigan en la trampa" (https://www.aporrea.org/contraloria/a303026.html), donde expreso mi descontento generalizado con respecto a Venezuela (desde el 2013 en adelante), y en particular mi inconformidad con respecto al actual Estado venezolano.

Me contentó saber que aun con las diferencias que tenemos en términos de ciertos puntos de vista (ver más abajo), pero no en términos de principios fundamentales, Juan pudo ponerle el dedo sobre varios elementos que considero muy importantes, y por eso le voy a responder aquí públicamente en Aporrea ya que creo que estos elementos son elementos fundamentales que deberían formar parte de cualquier discusión que tenga que ver con la búsqueda de crear una sociedad más justa, algo que él y yo tenemos en común, así como también lo tenía nuestro amigo en común, Franz T. Lee, también de Mérida, profesor de ciencias políticas de la ULA, un sudafricano quien al final, como yo, escogió a Venezuela como su casa (donde él también murió).

Franz T. Lee era un gran Revolucionario, visionario, e intelectual --- quien también le enseñó a Chávez hace años atrás ---, quien nació pobre en las sabanas de Sudáfrica, y quien participó en la lucha armada contra el apartheid al lado de Nelson Mandela en África en los años 1960. Lo menciono aquí porque hablaré un poco de él más abajo.

Bueno, estoy seguro que a Juan no le molestará que yo le responda aquí en Aporrea públicamente ya que tal vez estos elementos de discusión que Juan tocó podrían ser útiles para algunos de los lectores que también contemplan o buscan crear una sociedad más justa.

El título del reciente articulo de Juan, es:

"No estoy de acuerdo con la opinión siguiente, pero daría mi vida para que mi amigo pueda expresarla"

Ver: https://www.aporrea.org/ideologia/a303050.html

Lo que haré aquí (abajo) es de responderle a Juan de la manera que normalmente le respondo a los lectores, donde les respondo dentro de su texto, parte por parte. Espero que les sea útil e interesante. Lo que dice Juan enseguida es una copia exacta y completa del texto de su artículo (link arriba), presentado parte por parte, con mis respuestas correspondientes.

Juan:

Encontrarse uno un escrito con ese contenido, en una página web en la cual se lleva escribiendo 14 años y que uno la siente como suya, en verdad que produce dolor. Leí todo el artículo de mi amigo Oskar y pude entender su frustración y su rabia y es por eso que yo hago este escrito, pues lo conozco personalmente, el vive en el litoral central y yo en Mérida y tuvimos la oportunidad de convivir en la misma zona litoralense unos meses. Y no estoy de acuerdo con su contenido por las razones siguientes:

1.-Porque mi amigo no siente, no conoce, no lleva en su sangre nuestra idiosincrasia. Sus genes no están impregnados de la historia que nosotros hemos vivido desde la invasión por el imperio español desde hace 500 años.

Yo:

Eso es cierto, no tengo la misma sangre que la mayoría de los venezolanos y las venezolanas (soy venezolano naturalizado), y probablemente, como lo supone Juan, es por esa razón fundamental que yo no siento ni entiendo las idiosincrasias típicas de la mayoría de los venezolanos y las venezolanas, sin embargo, aunque la inmensa mayoría de la gente me considera --- por mi fachada --- más como un blanco-europeo-rico (debido a los genes de mi padre, canadiense francés), en mi sangre me siento mucho más Indígena, como mis ancestros del lado de la madre de mi madre, una Indígena de sangre Guerrera del desierto Atacama en la frontera de Chile con Perú, quienes pelearon físicamente contra los invasores españoles en la región de las minas de cobre desde hace unos 500 años, y también me siento más judío debido a los genes del padre de mi madre, un judío alemán cuya familia había encontrado refugio en los desiertos del norte de Chile a finales de los años 1800.

En base a pruebas genéticas (ADN) que un hermano mío se mandó a hacer (todos los hermanos deberíamos normalmente tener más o menos la misma combinación), tengo la sangre aproximadamente:

25% Indígena
5% Judía
60% Europea
10% Otra

Sin embargo, probablemente debido a la activación de ciertos genes (como es el caso mío con la activación de mi enfermedad genética AIP), me siento más como si fuera (y lo soy, creo):

50% Indígena
40% Judío
10% Europeo u otro

De hecho, de todos los hermanos, soy el único que no tiene vello de pecho y muy poco vello corporal en general, lo cual es una indicación científica que mis genes Indígenas son mucho más desarrollados (activados) que mis genes europeos. También, mi piel no se quema cuado es expuesta al sol durante horas continuas, lo cual es otra indicación.

Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Vello_corporal

Aparte de esto, me siento Guerrero antieuropeo, y desde chico pasaba bastante tiempo con los Indígenas Mohawk y los Mohawk Warriors, Guerreros armados quienes desde hace décadas luchan activamente contra los blancos en Canadá y protegen a su gente de los tradicionales abusos y las masacres cometidas sistemáticamente por el Estado canadiense inglés desde hace siglos.

Vean la reciente noticia al respecto aquí en Aporrea:

"Hallaron en una vieja escuela de Canadá una fosa común con los restos de 215 niños indígenas"

Ver: https://www.aporrea.org/internacionales/n365197.html

Más tarde en mi vida seguí pasando tiempo con los Mohawks, y también con los Cree de Eeyou-Istchee, hasta que me mudé a Venezuela de manera permanente en el 2010 (llegué por primera vez a Venezuela en los años 1970). Con respecto a los abusos, torturas, y ataques sexuales cometidos contra los niños Indígenas en Canadá por el Estado canadiense inglés, conozco personalmente a por los menos 30 Indígenas quienes sufrieron en carne propia estos inimaginables actos de barbaridad. Algunos de ellos me contaron de cómo en las escuelas residenciales (ver link arriba) les lavaban las piel con cepillos de alambre metálico para quitarles lo oscuro de su piel para que sean más como los blancos.

Estas cosas pasaron de verdad.

Un día cuando yo tenía 8 años de edad, en los años 1960, andaba con una mujer Indígena en Montreal, y en un abasto, 3 hombres blancos trataron de violarla frente a mí. Yo les caía a patadas, pero qué va, ellos simplemente se burlaron de mí.

En los años 1980, trabajé con un conocido de la familia, un blanco salvaje, allí en las montañas rocosas de Canadá cerca de Hope, B.C., donde vivían muchos Indígenas escondidos lejos de los hombres blancos, allí en sus reservas Indígenas (apartheid por parte del Estado canadiense), y él lo que hacía era de darles la cola en su camión a mujeres Indígenas que viajaban de un lado a otro a pie (no había transporte público), les ofrecía vino tinto, al cual --- sin que las mujeres lo supieran ---, le agregaba una botella completa de vainilla (es una droga también), las emborrachaba, se dormían, y él las violaba. Después las dejaba al lado de la carretera en lugares boscosos muy lejanos, donde me imagino que a veces morían de frío, violadas, drogadas.

Sí señor.

(Un día le denuncié públicamente, y desapareció, por siempre.)

Este tipo de cosas, en Canadá --- un país que dice ser civilizado --- siempre ha ocurriendo, y sigue ocurriendo. Vean el caso de los hermanos Pickton, quienes vivían a unos pocos kilómetros de done yo vivía y trabajaba entonces, quienes violaron y/o mataron a posiblemente más de 50 mujeres, muchas de ellas Indígenas. Yo conocí personalmente a una muchacha, violada y matada por allí, pero jamás se supo quienes fueron los violadores y asesinos, sin embargo, muchos creían que fueron los hermanos Pickton.

Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Pickton

Bueno …

La razón que les cuento estas historias es que aunque yo no tenga la sangre típica venezolana afro-indígena-española, y aunque no fui criado aquí (fui criado en muchas partes en Canadá y Chile), todavía siento en mi sangre las mismas o parecidas cosas que cualquier ser humano con la sangre Indígena siente con respecto a las atrocidades que se han cometiendo --- y siguen siendo cometidas --- por los Estados colonizadores del mundo entero, incluso aquí en Venezuela, desde hace más de 500 años.

Juan Veroes y yo no somos tan diferentes.

Para que sepan, como niño, con el pelo negro, ojos negros, y la piel oscura de "indio" … pero debido a que mi madre no era Indígena de Canadá (sino de Chile), yo tuve el permiso de estudiar en las escuelas de los blancos en vez de en las escuelas residenciales donde torturaban a los niños Indígenas, sin embargo, yo era el único "indio" en todas las escuelas primarias donde estudié (5 escuelas) hasta los 11 años de edad. Siendo el único "indio" entre los blancos, muchos de los estudiantes, incluso los profesores, me caían a golpes regularmente, y eso, simplemente por ser "indio."

Sí señor.

En parte, es por eso que tengo el espíritu de Guerrero antieuropeo (y sus derivados). Es por eso que aprendí las artes marciales, es por eso que no le tengo miedo a quienes se creen superiores a los demás. Es por eso que todavía estoy vivo.

Es por eso que escribo en Aporrea.

Juan:

2.-Para nosotros Chávez y Maduro, como lo fueron los copeyanos y los adecos, somos nosotros mismos. Nosotros los creamos, los padecemos y nos corresponde a nosotros deshacernos de ellos; a más nadie les corresponde ese derecho.

Yo:

Yo no sé a qué Juan se refiere exactamente, tal vez se refiere a la interferencia o intervención no bienvenida de los gringos o los colombianos en los asuntos de Venezuela, no lo sé, pero eso sí lo entiendo. Sin embargo, creo que el mundo está cambiando, especialmente en el sentido de que hoy --- debido al internet y ahora a las redes sociales ---, muchas de las grandes batallas locales o regionales relacionadas a la creación de un mundo más justo se están llevando a cabo a nivel mundial de manera mucho más extensa y masiva que jamás se había visto antes en la historia de la humanidad, y creo que habría que considerar esta realidad en cualquier discusión al respecto. Todos esos temas --- desde donde sea su origen ---, como por ejemplo la condena común de los crímenes de lesa humanidad cometidos por ciertos Estados (incluso Venezuela), o los abusos y la explotación esclavista del ser humano (como también ocurre aquí en Venezuela), y todos los abusos contra la humanidad y el planeta en general, forman hoy parte de un discurso global, ya estas cosas no son asuntos individuales o regionales, todas estas cosas se han convertido en asuntos comunales, a nivel global, o sea, lo que una vez pudiera haber sido considerado algún tipo interferencia o intervención no bienvenida ("esto no es asunto tuyo"), hoy se ha trasformado en un asunto de todos. Ya ningún Estado está aislado, Venezuela no está aislada. El tema "Venezuela" ya no le pertenece únicamente a Venezuela. Igual con los demás Estados del mundo.

Juan:

3.-Funcionamos todavía como clan y defendemos a los nuestros con razón o sin ella. Igual a nivel familiar que a nivel de Nación. Un maracucho puede pensar que sus paisanos son una mierda, pero reaccionará hasta con violencia si un caraqueño se lo dice. Así somos.

Yo:

Aunque estoy en general totalmente en desacuerdo con ese tipo de comportamiento, lo entiendo (hay gente así en todo el mundo), sin embargo, aparte de ser un comportamiento bastante anticuado en el sentido del progreso positivo de la humanidad hacia un mundo más justo (por estar obstruidos o cegados por el sentimiento de pertenencia y orgullo), también creo que es un comportamiento muy nocivo para nosotros las mayorías ya que perpetúa nuestra condición colonial subyugada a las fuerzas colonialistas, o sea, a los invasores y a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, etc., desde hace 500 años, les conviene perfectamente que nosotros "los indios" sigamos pensando así, protegiendo a nuestras propias tribus --- una por aquí y otra por allá --- bajo cualquier condición y circunstancia, incondicionalmente, solo por orgullo (porque no tenemos las armas necesarias para vencer al colonizador de todas maneras). De esta manera nosotros los "los indios" seguiremos nosotros mismos, sin ninguna ayuda del invasor, perpetuando la noción colonialista de que los colonizadores blancos son superiores a nosotros.

La cosa es que si queremos desarrollarnos y avanzar como sociedad, creo que es muy importante dejar de lado el clanismo. Es mucho mejor, creo yo, de comportarse como Chávez lo hacía, o sea, de no basarse en QUIEN hizo qué, sino de basarse en QUÉ se hizo, o, así como mi padre siempre decía:

"No importa QUIEN crea que tanga la razón, lo importante es QUÉ es lo correcto de hacer."

Juan:

Yo como octogenario que soy, pensionado, sin vivienda, pasando el trabajo que jode y sufriendo todas las consecuencias de la ineficiencia y corrupción que corroe al gobierno que dirige el Presidente Obrero, tengo que defenderlo y estar con él hasta el final, porque a él lo elegí yo con mi voto y soy autor de las responsabilidades que le puse sobre sus espaldas, me parecería innoble que ahora, que está sufriendo lo vaya abandonar y darle la espalda. A mí nadie me puso un revolver en la cien para obligarme a votar por él ni por Chávez y asumí como mío sus discursos y propuestas, además soy un profesional universitario formado en Ciencias Políticas, así que no tengo ningún argumento válido, para salir ahora a lavarme las manos y decirles a mis lectores que me equivoqué y que Maduro es el único responsable de la situación que estamos viviendo y hay que matarlo para salir de él.

Yo:

Bueno, Juan, yo no tengo ese problema, yo no voté por él, y jamás votaría por él. Solo voté una vez en Canadá por René Levesque para la separación de Québec, la provincia francesa, para separarnos del Estado inglés que fue y sigue siendo responsable por el genocidio de los Indígenas, y una vez por Chávez en el 2012, solo después de haber concluido que Chávez era profundamente auténtico (igual en el caso de René Levesque), o sea, voté por Chávez porque supe en mi corazón que al votar por él, yo jamás me encontraría --- como tú --- en ese dilema. Yo voté por Chávez con esa certidumbre, no voté por nadie más aunque fueran del mismo clan (PSUV en este caso), y jamás lo haría. Voté por Chávez, no por el PSUV, jamás. Lo mío no tiene nada que ver con algún clan, o con algún orgullo de pertenecer a algún movimiento o tendencia, ni tampoco tiene nada que ver con la política, o con nada al estilo, tiene que ver con, como decía Franz T. Lee:

"Lo real-práctico y la cosmovisión."

Esto no significa que el clanismo o cosas así sean malas en sí, no señor, el clanismo es un comportamiento genético-histórico, es un mecanismo natural evolutivo de auto-protección, se evidencia en casi todas las especies animal, es como un sistema automático bioneurológico desarrollado en el ser humano (y en los animales) desde hace cientos de miles o millones de años, es un comportamiento que hasta hoy en día se aplica a muchas áreas de la vivencia humana (a nosotros los cavernícolas de siempre). Sin embrago, la humanidad avanza, y como cualquier otra característica genética, hay cosas que la evolución va dejando en el pasado ya que al avanzar, ciertas características genéticas van siendo innecesarias.

Juan:

Por lo tanto y por las razones expuestas, digo que estoy dispuesto hasta dar mi vida, por defender el derecho de mi amigo Oskar Heck a expresar sus rabias y dolencias, pues yo lo seleccioné como mi amigo y él me seleccionó a mí, en las buenas y en las malas. Así de sencillo.|

Yo:

Bueno, gracias Juan, ¿pero sabes porqué eres mi amigo?

Yo tengo muy pocos amigos, y jamás he tenido muchos amigos por la misma razón que voté por solo dos personas en mi vida, René Levesque, y Chávez, y por la misma razón también fui amigo de Franz T. Lee, es porqué estas personas eran personas profundamente auténticas, hasta la médula, o sea, eran personas de gran convicción que jamás, ni en mil años, ni en tiempos de grandes debilidades e incertidumbres, cambiaron (ni hubieran cambiado) la esencia de quienes eran, y menos todavía para complacer a otros, o para acomodarse a ellos mismos frente a las dificultades.

Todas eran personas que --- como decía Chávez --- asumieron su responsabilidad al 100%, de manera valiente y sin excusas, y así son los pocos amigos que he tenido en mi vida, aun cuando diferenciábamos en algunas cosas, todos eran iguales. Mi esposa es así, mi padre era así, mi madre es así, y un hermano mío es así también, son pocas estas personas.

Tú eres así.

Eso es lo que admiro y respeto, la honestidad y la autenticidad, y creo que eso es muy importante, no solo en una amistad, sino también en Revolución. No se puede llevar a cabo una Revolución auténtica sin personas auténticas, tampoco se puede llevar a cabo una auténtica Revolución Humanista --- como la de Chávez --- sin personas que sean auténticamente humanistas.

P.S. Por eso no admiro ni respeto al actual jefe de Estado. Si desde el comienzo (2013) él hubiera dicho que su meta era de destruir (o dejar destruir) a Chávez y a su Revolución Humanista y de regresarnos al pasado colonial, bueno, entonces allí si que lo hubiera respetado por ser auténtico y lo hubiera admirado por ser honesto, aun si estuviera totalmente en desacuerdo con él. Respeto más a un ladrón que me diga que roba, que a un cura que se hace pasar por bueno en nombre de Cristo, pero que en secreto viola a niños Indígenas en las reservas Indígenas de Canadá.



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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