Colombianos siempre ha habido en Venezuela por millones, documentados e indocumentados, y ellos solo desean estar en este país por su cercanía de fronteras y facilidad de entrar y salir, aunque después que, pisan el suelo patrio se esparcen como semillas libres en nuestro espacio y, como nadie se mete con ellos, se establecen donde quieran con toda la soltura de su ánimo de llevar adelante su estadía que prefieran compartir con nosotros, bien en el centro, centro norte, occidente, llanos y oriente son por lo general, aunque posible es encontrarlos en cualquiera otra región del país que, para ellos es como su paraíso y no el infierno como sí lo es su país con guerras de todo tipo, guerrillas y pobres sin consuelo y, acá empalagados por el contagio de su música que la llevan a donde vayan y la sienten como si fuera el vínculo de su cordón umbilical de alegría que, los une más ahora dentro de esta tragedia del coronavirus que padecemos sin querer que, de alguna parte nos vino, embotellada de ironías como, una plaga que nos ha puesto a sufrir con bastantes remordimientos que, no está por demás decir que, el venezolano era de visitar las regiones colombianas como turista que, entre ellas estaba Santa Marta, la añorada y no olvidada Santa Marta, donde padeció y murió de amargos infortunios de pobreza nuestro libertador y, un poco más abajo de ella la ciudad-balneario El Rodadero que la gran mayoría de los colombianos muy poco conocen.
A cambio Cúcuta, era para nosotros nuestro refugio como patio trasero que había que visitar para comprar barato, tipo Miami años después de dos por uno, donde el colombiano nos trataba y nos cuidaba por exigencia de resguardo y tan fácil que era ir a visitarla para hacer las compras y venir cargado de tantas cosas en que la droga todavía no respiraba como ahora que, debe ser un mandado ir por ellas y, lo otro era que entre los gobiernos de allá y de acá nada de rencillas, aunque el colombiano nos veía no con cara de amistad nos respetaban y se ganaban nuestro aprecio pues, al comprar barato dejábamos nuestros bolívares a cambio por más pesos, lo que parece ser que ahora es lo contrario al tener ellos una moneda más fuerte que la nuestra que pareciera que no la quiere nadie, que el dólar la debilita cada vez que las mafias del Dólar Today desde el exterior quieran y, quizás aprovechando nuestras debilidades económicas muchos venezolanos, y además por pobreza de inconformidades, malos hábitos, hambre, miseria, todo ese ensartes de desesperación que nos contamina en todas sus formas, se hayan ido a vivir a la ciudad de Cúcuta con tanto camino verde que patear cuando por la frontera no puedan y esté allá, no sé si trabajando o qué, pero parece ser que matan el hambre que acá se les hizo un estrago sin ver oportunidades, allá están, aguantando lo que aquí no hacían y sé que sufren más de lo que pueden,pero hasta el orgullo de gente noble perdieron.
Y como los tiempos han cambiado para bien o para mal con una Colombia bien protegida por los Estados Unidos, quien la resguardada con varias bases militares que están bien plantadas con fines que no son nada buenos para ese país con una producción de drogas que año tras año va en aumento con tantos interéses de por medio y que no han podido penetrar a Venezuela con ella y, a la vez buscando cómo sacarla con todos los métodos de distracción que emplean para que salga hacia otros países y , entre ellos para los Estados Unidos, donde es mercancía esperada y bien vendida y distribuida en ese mercado de nunca acabar para que los gringos se droguen a su placer como quieran y su gobierno saque el mayor provecho posible de distracción y complacencia que los hace abiertamente cooperadores de todo el negocio que implica su rentabilidad y mina cada día a ese pueblo que como merienda de perversión no deja de consumirla y las mafias colombianas de producirla.
En Venezuela siempre se ha combatido el consumo de drogas y su distribución es poca y el combate de no dejarla salir ha sido misión permanente desde que, el gobierno de Chávez rompió con la cohabitación que había con la DEA en nuestro país, se ha mantenido su vigilancia y exterminio de laboratorios, luchando siempre por acabar por el pase por nuestro país, por lo que los carteles siempre se mueven con nuevas técnicas de evasión y, ha sido una guerra permanente de luchar contra su expansión y descubrir y dominar el accionar cómplice cuando lo hay y con ese trastorno de dificultades el Gobierno Nacional actúa a diario, lo que lo ha llevado a un mundo de mayor dificultades políticas antidroga con el gobierno de Colombia que no resguarda sus fronteras, ni se preocupa en lo más mínimo por la producción y distribución de drogas que ha permitido a que paramilitares se presten a vivir de ese mundo con acciones que van en contra de la convivencia de los dos países, por lo que el gobierno de Colombia se ha prestado a la colaboración del accionar de esos grupos que tratan de subvertir el orden público de Venezuela y bajo bulos ponen en jaque el buen juicio de los poderes públicos del país o, cuando no, se prestan con la misma política de falsos positivos en decir que, el gobierno de Venezuela colabora o se presta a poner nuestro territorio en manos de esos grupos irregulares o no, que atentan contra la política de ellos y en ese ir y venir de yo sé pasa el tiempo y la responsabilidad sensata de Colombia pasa a un segundo plano de estado y después salen los Estados Unidos en su defensa, sabiendo que Colombia es el país más corrupto del hemisferio, y a sus gobernantes los absorbe la dirección del Departamento de Estado que en nada trata de evitar la información sistemática de mentiras que, salen del gobierno colombiano, siendo el presidente, Iván Duque, actualmente uno de los presidentes más repudiado por su pueblo en Latinoamérica.