El principal problema que plantean el fascismo y en España el franquismo es tan peliagudo como un enfrentamiento entre dos pueblos, dos etnias, dos razas, dos clanes inveteradamente antagónicos, o dos religiones dogmáticas y por consiguiente irreconciliables.
Desde luego en España, y ahora también en Catalunya, el cruce de argumentos en parlamentos y cualquier clase de tribuna carecen de todo interés dialéctico por la imposibilidad de aproximar posturas y criterios. Son auténticos diálogos de sordos. Y en el caso de fascistas y franquistas, no ya planteamientos sino actitudes que no presentan el más mínimo resquicio a entendimiento alguno. Los franquistas y fascistas parten de presupuestos mentales y de acción de todo punto fijos, rígidos e invariables. Su estrategia desde el principio fue muy clara. Esperar a la ocasión. La tienen estudiada y trazada desde el mismísimo momento de la transición, 1978, en la que indudablemente incluían la paciencia, la consciencia de aue debían esperar a su oportunidad. De momento, en aquellos momentos y, como en el "arte" de la guerra, los franquistas y fascistas contaban con una avanzadilla camuflada: los políticos que, pasando por conservadores de la nomenclatura habitual, engrasaban los mecanismos esperados por la población española para el desarrollo de la incipiente democracia. Pero contaban además con un respaldo seguro: la interpretación de los conflictos políticos por parte del poder judicial de los altos tribunales integrados por franquistas de la vieja guardia. A ellos recurrirían constantemente, pues los jueces ordinarios tampoco serían un obstáculo por su misma formación franquista.
Han pasado 43 años desde entonces, y la avanzadilla política de la facción "conservadora" ya ha conectado con el cuerpo de ejército de franquistas cuyo objetivo es alcanzar, como Hitler el Reichstag, la mayoría suficiente para imponerse en el Parlamento de la nación y en los parlamentos autonómicos.
El fascismo es una ideología cuyos logros van asociados fundamentalmente a la inestabilidad y a la tensión social. Y por ello, las provoca, o las atiza o alimenta. Son los caladeros que rentabiliza. Y tales condiciones, ahí están. Son ahora las perturbaciones gravísimas del cambio climático que hacen prever funestas expectativas de los recursos básicos; un estado sanitario mundial envuelto en toda clase de incertidumbres; y una galopante precariedad de los débiles sociales. Tres circunstancias que a su vez debilitan significativamente el estado psicológico de la población en general, mermada por el miedo y por la inseguridad. Pues bien la versión franquista del fascismo va a actuar, está actuando, de igual modo.
Las condiciones dichas, el hecho de que la transacción y el pacto no figuran en los presupuestos de actuación política del fascismo y del franquismo, y como consecuencia de ello y por muchos y certeros razonamientos, argumentos y flexibilidad por parte de los demás partidos moderados desplieguen en sus intervenciones, la imposibilidad de esperar el más mínimo acuerdo con ambos partidos que todo lo fían a la acción y no a la negociación está servida. Por lo que ya puede prepararse España para presenciar el asalto y la conquista fácil democrática de las fortalezas de papel que son el Congreso y la Moncloa, por los bárbaros del siglo XXI… Y si hay alguna posibilidad, muy difícil, eso sí, de que se tuerzan las cosas, esa será que el PP rectifique y que, en su beneficio y en el de todos, se convierta en un bastión frente al fascismo y el franquismo.
Pero resulta que el fascismo no sólo está en España. Sabemos que está presente en otros países de Europa… Pero también en USA, donde ese supuesto campeón de la Libertad, Biden, acaba de decir que "las sanciones a Cuba son sólo el comienzo? ¿No tiene suficiente con los problemas de su país y, como la mayoría de sus antecesores, se divierte ahora ensañándose con Cuba?