En Venezuela, al igual que Latinoamérica, tenemos un buen número de excluidos. Hay un miedo estruendoso y una descalificación por el modelo de exclusión, y a pesar de que un buen número de venezolanos sienten rechazo por la política hay una concreción por el Estado de Derecho, desean que el proyecto bolivariano deje el gobierno por los casos de corrupción y violación de los Derechos Humanos de manera reiterada ya sea por abuso de los funcionarios o ignorancia de las mismas leyes de la República.
Fuimos héroes de un pasado y seguimos haciendo historia, aprendiendo poco a poco y segmentando del sistema, la basura política que continúa afianzándose en contradicciones para aupar la obtención de riquezas sin alteraciones de la administración pública.
Este es un nuevo camino que se abre para transitar y se debe hablar claro, es indispensable un nuevo escenario cooperativo a nivel local y mundial donde los emprendedores tengan autonomía y ayuda mutua entre el Estado, Comunidad y la Banca, porque somos parte de un colectivo en todo un país.
El presidente Nicolás Maduro Moros es solo un gestor, si no cumple con las expectativas debe irse, la Constitución Bolivariana es suficientemente amplia, pero, no con Golpes de Estado y Guarimbas, es con el voto popular y, ya hay una respuesta. El voto de los venezolanos que sufragaron a su favor desde la base hacia arriba. No hay que buscar números, solo verlos. La avaricia de los oposicionistas los llevó al revolcón.
Para unas elecciones hay marcas normativas nacionales y, estas elecciones suman decisiones porque es un impulso de absoluta convicción política, donde se gesta una acción nacional. La concepción del derecho político hay que construirlo y es una concepción definitoria del movimiento popular, para ganar cualquier proceso político se necesita formar un campo de trabajo y edificar el triunfo con un liderazgo natural como la de Jóvito Villalba, Luis Beltrán Prieto Figueroa, , Eduardo Fernández y Américo Martín, se entiende el eje político e ideológico que emanaron Carlos Andrés Pérez y Hugo Rafael Chávez Frías, impregnados de pueblo cimarronero.
Es un contexto, dado desde las bases dado en un tiempo de balanza como es el siglo XXI que incluye un estamento valioso. Es abrazar a la patria bajo cualquier contingencia.
Se ha dado un mensaje claro tanto a Estados Unidos de Norteamérica y su cultura política, Pero, también a China y Cuba que desean colonizarnos no dando nada a cambio. Ven en Venezuela ya en sus manos como un Virreinato para operar en Sudamérica y traernos incidencias políticas para llevarse nuestras riquezas como minerales energéticos.
Se debe dejar la jactancia, hay que subrayar la importancia del pueblo que fue a sufragar por su candidato de preferencia. Al igual que los abstencionistas fueron unos grandes irresponsables. Es el momento de abrir trincheras para fortalecer las debilidades, nadie debe renunciar a sus sueños de libertad.
Estamos en un país democrático y neoliberal, bajo un falso socialismo donde se abren surcos a una autocracia y, los programas económicos en decadencia, aunque en 1936 se estableció la protección de los trabajadores desde los jornaleros hasta obreros y trabajadores, porque es función del Estado velar por un buen salario.