Decíamos que las instituciones no son anteriores a la conciencia y razón humanas. Son creaciones humanas, culturales, forman parte del equilibrio propio donde se mueve la razón pero también donde se pierde la razón y el equilibrio. Si las instituciones no cambiarán junto a los cambios sociales todavía estaríamos sacrificando bueyes y cabras.
En la antigüedad el destino de los mortales dependía de la voluntad de los dioses, los cuales eran ofrendados mediante sacrificios, enormes hecatombes hasta sacrificios humanos, instituciones para conjurar la muerte. La muerte era ineludible, la idea de resurrección en un paraíso era inconcebible aunque sí la reencarnación en vidas mejores o peores. La vida trágica de estos pueblos los hizo amar la vida con locura, vivir con gloria y con intensidad moral y espiritual, para legar a las generaciones futuras formas, métodos, gloria, instituciones; hacer trascender en el tiempo lo que la brevedad de la existencia les negaba, a través del espíritu, de la cultura; si no como vidas individuales, hubo que trascender como pueblo. Y tuvieron razón; buenos o malos, hasta hoy, Grecia y Roma, estas dos civilizaciones viven en todo aquello que nos han heredado, en sus legados culturales, en sus "instituciones", muchas de ellas ya caducas.
La idea de pueblo, la idea de nación y de patria son equivalentes, son fundamentales para entender la permanencia de nuestra especie, viva sobre la tierra. El pueblo (la nación, la patria) se sostiene en un objetivo espiritual compartido, en un destino compartido, en un sistema de valores compartido; un dios, tradiciones, una historia compartida, una sola memoria; sin eso, el ser humano individual no vale más de lo que se sostiene viva y fresca la carne. Todo pueblo debe tener una razón sagrada para vivir. La humanidad debe tener una razón sagrada para vivir con pasión e intensidad, de lo contrario su vida penderá de la mezquindad individual de algún poderoso o algunos poderosos.
En otros tiempos la iglesia y la fe cristiana sostuvo la fuerza y voluntad de muchos pueblos. Dios en su versión musulmana, Alá, todavía conserva unido al pueblo islámico, a pesar de estar infectado de fanáticos y agentes de la CIA. De la gloria imperial y sus instituciones, carcomidas por el tiempo y la decadencia moral, viven las potencias europeas…, sin embargo la realidad es otra. Hoy todos los pueblos del planeta están degradados en el culto de un único y poderoso Dios, el Dios dinero. Todos los pueblos, como ríos humanos, confluyen en un solo cauce; como apuñados dentro de un gran embudo, buscan una sola salida a la vida, la salvación en el éxito personal a través del dinero.
¿Cómo devolver la fe a la humanidad? Devolverle la fe a la humanidad es recuperar la fe en la humanidad. Dios ha muerto o está a punto de morir vencido por el apetito insaciable del capitalismo, del capital, y frente a esta realidad, hay que oponerle la humanidad. Hoy, más que nunca, Patria es humanidad, como decía José Martí, el mártir de la revolución cubana.
Para recuperar la humanidad en sus diferentes culturas primero debemos sabernos seres que dependemos estrechamente del resto de la vida, y para defender la vida en el planeta hay que frenar el apetito voraz del capital, ir en contra de su lógica. Hay que demoler el modelo de vida pueril con el cual hechiza el capitalismo al débil espíritu individualista y mezquino de los hombres y mujeres del mundo, y fundar una sociedad más justa en la igualdad, instituir un nuevo modelo de vida, de forma de llevar la vida. A demás de Marx, Lenin, León Trotsky, y demás pensadores y luchadores políticos, así lo han explicado otras mentes lúcidas, Einstein, Oscar Wilde, Wilhelm Reich: el socialismo es la única salvación clara que tiene el mundo moderno, la humanidad, nuestra especie, frente a la vorágine del modelo de producción y distribución de la riqueza del capitalismo. El socialismo es la única manera de racionalizar la devastación capitalista, colocar la vida humana y la vida primero y… recuperar el sentido de Patria, de Pueblo, de Nación, en cada comunidad humana, con todos los rasgos locales y particulares de cada una, revivir sus instituciones vitales.
Las instituciones burguesas caducaron, sin masas de seres humanos conscientes de perecer en manos de locos como Elon Musk, Jeff Bezos y otros más, es necesario que a estos locos dispuestos a acabar con el planeta se les opongan líderes arrojados, una vanguardia de otro tipo de locos como Bolívar y Chávez; se necesita un poco de osadía calculada, una temeridad consciente, para superar el "encantamiento" de las instituciones burguesas. Sin valentía nunca habrá cambios ni revolución.
Quienes representan las instituciones las usan y las gobiernan. Esto pasa ahora en Perú y en Ecuador, en Chile, y pasó en Brasil. Y pasa en Venezuela con Maduro y su falsa oposición, los cuales nunca van a permitir que un Chávez (o su equivalente) vuelva a gobernar el país, conquiste el poder y cambie las "instituciones", el orden "instituido" por el capital, a través de unas elecciones. El socialismo verdadero es prevenido por los imperios, lo huelen desde lejos, y cuando no asesinan a sus líderes los neutralizan mediante las "instituciones", las asambleas, las leyes y mecanismo hechos para eso, para "equilibrar el poder", la trampa de la falsa democracia CAPITALISTA. Necesitamos una vanguardia socialista honesta que hable con la verdad, consciente, apasionada, INTELIGENTE y VALIENTE, con un poco de audacia.
No olvidemos a Bolívar, a Chávez, a Fidel, al Che y a todos los mártires de la justicia social y de revolución socialista, esa es nuestra herencia y esa nuestra esperanza. Fundamos una nueva sociedad sobre nuevas instituciones, más frescas, más vivas, más fuertes.
REVOLUCIÓN PERMANENTE Y SOCIALISMO, VIVA CHÁVEZ