"A veces, el silencio es la peor mentira"
Unamuno
Hace más de 40 años, cuando me encontraba en el semáforo de la plaza Bolívar de Acarigua, justamente al lado de la iglesia, donde pasé varios sábados vendiendo el órgano del PC, se detuvo un vehículo con tres personas de lo más alegre, y en los pocos segundos detenidos para reanudar la marcha el chofer me regalo un casete, con una expresión utilizada para tratar a los comunistas en algunas parroquias de la Caracas de aquel entonces: ¡Mira ñangara, escucha salsa de la buena y con conciencia! Lo agarré con cierto recelo y fue a los cuatro días que vine a oír las canciones muy bien copiadas para aquellos años, cuando todavía la tecnología estaba en pañales, a pesar de los viajes espaciales.
En aquellos momentos la composición "tiburón" sonaba, como un himno en contra del imperialismo. Pero la que más me llamó la atención, ya que estaba incluida en la cinta musical, el cual conservé varios años, hasta que se la preste a un amigo para reproducirla y más nunca me la regresó, fue la composición "Juan González" con un comienzo muy llamativo: el sonido de una sirena de una ambulancia y la letra narra de manera sintetizada la muerte del guerrillero heroico Ernesto "Che" Guevara y en una parte podemos escuchar: "En un bohío monte adentro se escucha el llanto/De una mujer con un niño que está en pañales/Con ella lloran también los pobres del mundo"
Traigo esto a colación, porque finaliza el año 2021 y el imperialismo –el mismo tiburón de Rubén Blades – está llevando palo en todo el mundo, y en América latina le están cortando la peligrosa dentadura con los votos, a pesar de los incautos embelesados por el "sueño americano" y la claudicación de algunos compositores de protesta, que, sin ningún pudor y vergüenza han claudicado para vivir en la misma cuna de la fiera criminal, echando por la borda valiosas denuncias y composiciones del pasado que, si existiera alguna ley para confiscarle la matrícula de compositor, ya se podría hacer por haber defraudado su misma conciencia, el cual sirvió de inspiración a una generación de valientes luchadores por la paz, al enfrentarse al imperio sanguinario de los Estados Unidos.
Lo de Rubén Blades, es la peor estafa en materia musical. Sí, repasamos toda su producción nos encontramos con canciones nacidas en el mismo calor del pueblo, cargadas de sensibilidad, para después meterse en un silencio, como arrepentido por las composiciones cantadas en concurridos conciertos, hasta despertar unido a la jauría alimentada por el mismo "tiburón" –imperio– arremetiendo contra el valiente presidente Nicolás Maduro. Paradójicamente nunca hace ninguna referencia a la invasión del gobierno de los Estados Unidos a su natal Panamá, con un saldo lamentable de muertos y heridos, quedando demostrado que, la vergüenza en muchos artistas va envuelta en un puñado de dólares.
Aparte de las canciones antes mencionadas, encontramos pruebas suficientes para utilizar la expresión hecha un refrán: ¡Cuando la lengua es el castigo del cuerpo! Su canción patria, estoy seguro la echó al cesto de la basura, porque difícilmente un verdadero patriota coincide con lo más rancio del imperialismo, y se olvida por completo de la monstruosidad cometida por el gobierno de los Estados Unidos, bajo el mandato de uno de los tantos invasores, con miles de crímenes encima, George H. W. Bush.
La pregunta que me hago ¿Qué canta el señor Rubén Blades en sus ocasionales conciertos? (tiburón y Juan González) creo, que, ni soñando se atreve y no es porque hayan perdido vigencia. Ahora es cuando la lucha de los pueblos está en plena efervescencia, como lo demuestra la resistencia del pueblo y el gobierno venezolano antes las serias amenazas y un bloqueo criminal. Colombia, es una verdadera caldera y por momentos parece estallar. Chile, dio un paso firme antes los intentos del fascismo de volver al pasado de Pinochet. Honduras, se hizo presente con una mujer, que, sabe la actitud abusiva del imperialismo, cuando le tocan sus intereses. En el horizonte el alba nos presagia triunfos indetenibles y por eso, todo revolucionario tiene que estar atento, porque bien lo dice, Rubén Blades, en su canción: "Es el tiburón que nunca duerme/Es el tiburón que va asechando/Es el tiburón de mala suerte" pero ahora se le olvido. Mala suerte.