Ahora si fue que torció la puerca el rabo cuando, a un puerco americano le han sacado su corazón para implantárselo en este caso a un hombre gringo que en lo adelante, todavía no se sabe cuál sera su nueva conducta como reacción a que siga comportándose con sentido común de pensante humano o como un mismo cochino de corazón prestado, pudieran ser algunas de las inquietudes que queden flotando en el ambiente, porque, si al caso vamos, no puede ser igual mantener el corazón con que se nace (aunque lata en el sentido contrario de las manecillas del reloj) a que, se lo cambien por uno de animal que gruñe y más cuando tiene hambre, porque a decir verdad de que la ciencia avanza el hombre como que retrocede, por lo que pareciera o pudiera ser que algún día vengan los nuevos nacientes sin corazón en el pecho y, antes que les digan, ustedes cómo que tienen corazón de cochino, si en verdad se impone esa modalidad en el Norte.
Y como cada día el covid-19 nos tiene como pensando a revés y como conejo asustado por las cosas que suceden con otra lógica que el que no se vacuna es como andar a pie y, quizás por otras circunstancias que cada día son como más extravagantes con más gente con más dinero y más agresivas también. Acá en Margarita se presenta un problema entre miles y más con Morel como gobernador que no arranca que, pudiera ser más bien un problemón que, comienza a sacudir los ánimos de los paisanos por ganas ocultas de hacer lo contrario de años pasados y que ahora salen a flote con las olas de la mar serena que, nos trae noticias que vienen envueltas de agridulce entusiasmo del país del progreso como imperio y del acontecer como sueños en sí nos refrían y, nos untan de más crema amistosa como más papistas que el mismo papa sin misa incluida que, enternecidos por la pérdida de la gobernación de Barinas por los chavistas quisieran, tener en lo adelante más bien corazón de cochino para no acordarse más de ese mal rato que ha dejado a los barineses con un gobernador adeco felicísimos como se cree están y, con ríos de clamores que la vida para ellos será otra sin el predominio de la familia Chávez, pero sí por los gringos, han de creer tamaña inconsolación y hasta piensan otros que votaron en Barinas por ese candidato ya gobernador, que de verdad pudieran tener corazones de marranos, porque eso de volver al pasado es como ir a los Estados Unidos a implantarse un corazón de marrano a futuro, hay que pensarlo si no queremos seguir el el mismo chiquero en que ellos mismos nos han metido, aunque nos pongan a dormir sin sueño.
Vista y analizada la extraordinaria como desorbitante noticia de la operación de trasplante de un corazón de cochino a un hombre que muriendo estaba *, ha puesto en el mercado de lo posible que mejor es seguir viviendo con corazón de cochino prestado, que a lo mejor posible es por vainas de la vida el corazón más adelante se disloque y el paciente se enamore de una cochina -¿acaso no es posible? La gente se enamora de corazón y más si el destino así lo quiere puede cambiar sus viejos hábitos por nuevos hábitos y, no les extrañe que las noticias que puedan venir más adelante de los Estados Unidos, nos informe entre comillas: "hombre americano con corazón de cochino se casa con una cochina de ojos azules y piel negra". ¿Puede y no puede ser? Y por qué no si ese es su gusto que su corazón le impuso, aunque su mente no quiera y, además de los gringos todo es posible, acaso no se han fijado que tienen a Guaidó como su presidente interino y lo mantienen en el poder y sin saberse hasta cuándo.
Esa noticia del trasplante ha inundado a Margarita de mucha lluvia y ha calado de tal forma que ya los hombres piropean a las mujeres malandramente cuando, les dicen, adiós mi corazón de cochina, me tienes gruñendo bocabierta de amor y, mi compadre "Justiniano Perico" esguariñado como como quedó después de padecer de coronavirus me contó, que de noche cuando duerme y a veces cuando estornuda siente unas palpitaciones muy raras en su corazón y, con razón, me preguntó: ¿compadre, será que yo tengo corazón de cochino? No le supe responder y solamente se me ocurrió decirle, son vainas que a uno se le meten y, más cuando no tenemos nada que hacer, por lo que mi compadre "Justiniano Perico" se rió.
Entonces, ¿será posible que los humanos tengamos corazón de cochino? Ha de ser, si acaso nos quedamos sin corazón o está dislocado es, mejor ir por un trasplante, eso sí, con todo en regla y por lo menos nos olvidamos de que somos infalibles, aunque nos pongan a gruñir más de lo que lo hacemos con razón o sin ella a diario.