Es técnicamente imposible que la situación aquí en Venezuela mejore mientras el actual jefe de Estado venezolano siga en el poder … a menos que él mismo decida de cambiar sus hábitos o que haga una terapia intensiva para reprogramar sus neuronas y su personalidad, lo cual dudo que haga ya que en nueve (9) años de gobernanza, él jamás ha cambiado, ni pareciera querer cambiar, ni tampoco pareciera importarle aunque de no cambiar implicaría la perpetuación de la miseria para millones de ciudadanos inocentes a la merced de sus antojos.
Esto no es solamente una opinión personal, se trata de un asunto científicamente evaluado.
Me explico.
Aunque existen un montón de razones por decirlo, una de las principales razones, y probablemente la mayor, aparte de la alta probabilidad de que poca gente le gustaría trabajar con él, es que pareciera que cada vez que él se mira en el espejo, se peina el cabello, y se cambia la ropa, también cambiaría los ministros y directores de las empresas e instituciones del Estado.
Un día el ministro de salud es uno, pero de repente, así como de la nada, aparece otro, y después otro, y otro, y así sucesivamente, y así pareciera ocurrir con todos los puestos de alto nivel en toda la maquinaria del Estado venezolano desde el 2013.
Solo en el caso del ministerio de la salud, creo que ya van nueve (9) ministros en nueve (9) años, sin embargo, existen más de 40 ministerios, y por lo menos 28 empresas Estatales conocidas públicamente, sin contar las empresas subsidiarias, ni las empresas secretas del Estado, ni las empresas Estatales temporales o de maletín (fachadas para la corrupción), y sin contar las instituciones del Estado y sus asociadas empresas, entonces, digamos, entre ministerios, empresas, e instituciones del Estado, pondríamos suponer que existen fácilmente 100, ¿verdad?
(De hecho, leí en algún lado que serían más de 1000, pero no encuentro esa referencia.)
De todas maneras, si tomamos como ejemplo el caso del ministerio de la salud, podríamos fácilmente concluir que durante nueve (9) años de gobernanza (2013- 2022), el actual jefe de Estado venezolano ha cambiado de ministros y directores de alto nivel por lo menos 900 veces, o sea, sería una rotación de casi 1000 personas, tal vez más, y eso, solo tomando en cuenta los puestos más críticos e importantes de nuestra Nación, nada que ver con probablemente cientos o tal vez miles de otros puestos segundarios que serían tradicionalmente asignados por el jefe de Estado, sin embargo, mucho más importante todavía, sería el hecho de que ninguna de todas esas 1000 personas quienes habrían ocupando los puestos más importantes del Estado, habrían permanecido en sus designados puestos suficiente tiempo para poder --- lógicamente --- hacer un buen trabajo.
Ese es el gran problema de nuestro país, posiblemente el más importante.
Lo que quiero decir es que probablemente ninguno de esos 1000 o más ministros y directores que el actual jefe de Estado venezolano ha nombrado desde el 2013 --- a los puestos más importantes de nuestra Nación ---, habría tenido, de ninguna manera, suficiente tiempo para familiarizarse lo suficiente con algún ministerio y sus operaciones, o con alguna empresa Estatal y sus operaciones, o con alguna institución del Estado y sus operaciones, para poder hacer un trabajo, mínimo, adecuado.
Bajo tales insensatas condiciones de trabajo, lo máximo que cualquier persona, aun una persona muy educada y brillante con mucha experiencia gubernamental, podría jamás alcanzar un nivel de eficacia que fuera más elevado que el más bajo nivel de mediocridad.
Además, viendo el calibre de quienes el actual jefe de Estado venezolano ha nombrado a estos puestos durante estos últimos nueve (9) años, creo que muy pocos entre ellos habrían podido alcanzar aun ese nivel.
Por eso estamos así.