El efecto aletargante de las elecciones, dentro de la democracia que permite el capitalismo, se activa casi que el mismo día de terminarse un proceso electoral. Estamos a pocos meses de haber concluido las nombradas "mega elecciones" y ya se habla de candidaturas y precandidaturas. El proceso sedativo comienza con los desesperos de la fauna oportunista hablando del tema desde temprano, ajustando las trampas, dándose empujones y zancadillas por protagonismos y candidaturas, y luego, sin que nos demos cuenta, medio país está hablando de lo mismo. Así la gente no vaya a votar su conciencia política siempre queda flotando en ese nivel del charco electoral. No puede profundizar en la política más allá de su condición flotatoria.
¿Qué posibilidades hay de retomar el camino del socialismo y de Chávez en las próximas elecciones presidenciales? No existe ninguna. Si hay algo en lo que se pondrá de acuerdo sin dificultad las dos derechas que se disputan el poder (la derecha que se dice socialista y la derecha que se confiesa de derecha y pro gringa) es que en las próximas elecciones no debe haber ningún candidato que ofrezca retomar el camino del socialismo y de Chávez. Todos los candidatos deben ser de "derecha", así se digan socialistas, y servir al plan programático de EU para Venezuela, deben tener la anuencia del departamento de Estado.
Al madurismo y a EU les conviene filtrar las posibles candidaturas chavistas o socialistas para el casi inevitable proceso electoral del 2024, incapacitarlas con artilugios legales, que en ellas no se cuele, ni de vaina, un chavista –como diría Maduro – "trasnochado".
A estas alturas, considerando el conflicto de Ucrania, la pandemia, la crisis energética y demás incomodidades, para EU no sería un problema que repitiera Maduro o el madurismo en el poder a falta de opciones mejores, a condición de que no se desvíe del camino restaurador de la vieja democracia y la vieja economía (como tampoco es un problema el pícaro Lacava, el cual está cómodo y seguro con Maduro en su papel de "diluyente" de la revolución chavista). Dicho de otra forma, en el ámbito de la "izquierda" no debe haber más candidatos que aquel que acuerde la mesa de diálogo entre el madurismo, la "derecha" y EU. Y para el madurismo, el candidato que represente a toda la "izquierda" debe salir de sus filas, de la yunta PSUV – Polo Patriótico, la cual simboliza un solo sentimiento antichavista, reformista, oportunista…, un espíritu político cansado.
¡Elecciones!, es la droga que dispone el ánimo para terminar de asesinar lo que quede de la esperanza sembrada por Chávez en el corazón de su pueblo, en la gente llana que una vez lo amó y que todavía lo sigue amando, con la revolución socialista. Lo que más teme EU y el capitalismo es que nuevamente la masa reaccione y que esta vez pueda usar la organización electorera madurista de forma inversa, ¡a lo Chávez!, para la rebelión, para resistir y restituir la revolución, para volver a tomar el control político olvidando las elecciones.
Lo que se le exige a Maduro y al madurismo en esos posibles "diálogos mexicanos" es garantizar que nadie quiera rescatar a Chávez y el socialismo, que no vaya a haber otra rebelión o una reacción masiva en la calle en contra del paquetazo madurista y los propios planes alentados desde el norte. De parte del madurismo, éste pediría al imperio que, a cambio de sus favores y concesiones, no se los persiga; que reduzcan las sanciones y los dejen gobernar el capitalismo. Y entonces así estarán dispuestos a cumplir con sus demandas, a que vengan a retomar nuestro petróleo dejando algunos dólares, y a que invadan el país… pero de empresas ruinosas en las ZEE. Adelantando las campañas para las elecciones del 2024 el terreno ya está preparado y abonado a la restauración… Sin embargo, para la Casa Blanca el "sacrificio madurista" debe ser casi total.
El chavismo de espíritu verdaderamente socialista, dentro de la clase trabajadora, tiene que plantearse de forma resuelta ser vanguardia política y revolucionaria a pesar de la ausencia de Chávez. No tiene otra opción. Por bien de su propia existencia, del país y del planeta, debe pensar más allá de sus reclamaciones laborales, las cuales, sin un verdadero cambio político radical serán eternas, la plañidera será infinita e inútil. Debe pensar como clase, hacer política, no politiquería para llenar la barriga; y hacerlo junto a las demás porciones sociales igualmente chavistas socialistas, junto a los críticos y contrarios a la traición política y el trastorno de todos los proyectos, planes y políticas adelantadas por Chávez, hasta el día de su asesinato: los militares, intelectuales, estudiantes y profesionales, movimientos de mujeres, lo que no tienen trabajo, los que quedaron sin tierras, pensionados y jubilados de la tercera edad…, ahora dispersos y desengañados de la traición madurista.
Como en la magia, las elecciones son la distracción para poder desaparecer el socialismo definitivamente y consolidar la restauración del pasado sin tropiezos. Es por eso que este brote de conflictos laborales, estas pequeñas luchas por salarios y sueldos justos, en contra de despidos arbitrarios y de trabajadores presos, se debe convertir desde ahora en una lucha de más aliento, más honrosa, más amplia, liberadora del horror capitalista, ¡ideológica! Las luchas sindicales puramente reivindicativas, con su pobre alcance político solo afirman, confirman, reconocen la hegemonía de la clase propietaria sobre el resto de la sociedad que trabaja para ella. La tarea de los trabajadores es avanzar hacia el socialismo, hacer justicia social, demoler la sociedad capitalista. Y la tarea de los chavistas es rescatar el espíritu combativo de Chávez y retomar el camino hacia el socialismo.
Como socialistas hay que denunciar la farsa de las elecciones burguesas como falsa democrática y resistirnos a votar por oportunistas (denunciar a tipejos como Lacava y sus similares) ejercer nuestro derecho constitucional a la rebelión establecido en el artículo 350 de la bicha. La lucha es por salvar la humanidad del absurdo de la lógica capitalista, de su modelo de producción, de muerte y desolación.
¡SALVEMOS AL MUNDO!, ¡VOLVAMOS A CHÁVEZ Y AL PLAN DE LA PATRIA ORIGINAL!