¿Quién eres tú?

Cada vez que veo un titular aquí en Aporrea sobre las desfachateces, barbaridades, e inhumanidades expresadas o cometidas por el actual jefe de Estado venezolano, me hago una película en mi cabeza sobre cómo se desenvolvería un encuentro repentino e inesperado entre él y yo.

I - Primero, hay que saber que el actual jefe de Estado venezolano es un Sagitario, como yo, pero con una importante diferencia.

Él nació en el comienzo del periodo astrológico del Sagitario (noviembre 22 al 21 de diciembre), mientras yo nací plenamente dentro del mismo periodo, lo cual implicaría que él, al nacer, habría nacido con muchas de las características y tendencias del signo anterior (Escorpio), y yo no tanto.

Ver: https://www.cosmopolitan.com/es/horoscopo/extra/a36416643/horoscopo-signos-del-zodiaco-fechas/

Escorpio (23 de octubre al 21 de noviembre)

“Intensidad. No hay palabra que mejor defina la personalidad de Escorpio. Para todo además: el amor, trabajo, discusiones, sexo, trabajo... Sin embargo, cuando salen heridos tras darlo todo, se cierran en banda y debes tener cuidado porque poseen bastante mal carácter. Sí, son los típicos que siempre te contestan mal.”

Sagitario (22 de noviembre al 21 de diciembre)

“La buena suerte la poseen ellos, gracias a que Júpiter es su planeta regente. Los Sagitario son los que siempre encuentran aparcamiento a la primera, los que consiguen las mejores ofertas... Le sale todo tan bien, que se cabrean muchísimo cuando algo se tuerce. Al igual, les encanta expandir todos sus conocimientos.”

Generalmente, como ocurre con todos los signos del Zodiaco, hay dos tipos de personalidades asociadas a un mismo signo, una más positiva, y otro más negativa (en la expresión externa más que nada) :

--- hay el Sagitario como yo, quienes somos grandes aventureros, abiertamente honestos, muy directos, muy demostrativos, muy pendejos también (pero generalmente conscientes de eso), somos extremadamente sensibles, multifacéticos y multitalentosos, somos amantes del caos y de los problemas, y amantes de la vida en general, somos de libre de pensamiento, somos inventores, artistas, magos, somos poco egoístas excepto en asuntos del ego (somos el centro del Universo), y nos destruye por dentro de ver y saber de la miseria y la injusticia,

--- hay el Sagitario como un hermano mío y como el hermano de un amigo mío, quienes son honestos y sensibles pero muy reservados al respecto, o sea, no demuestran abiertamente ese aspecto de su naturaleza, y pueden ser extremadamente deshonestos cuando les conviene, pero, lo hacen más por omisión que por comisión, tanto así que a veces pueden proyectar la desconfianza (a mí me caen muy mal precisamente por eso), es como que tendrían una especie de desconfianza permanente en los demás y que por eso justificarían su omisión, o tendrían tal vez algún tipo de complejo psicológico (como mi hermano y el otro), pero un profundo complejo, además secreto, inalcanzable excepto en momentos de ebriedad o derrota, especialmente cuando se encuentran vulnerables o fuera de su elemento o ambiente, sin su gente, o sin estar entre la gente que los respetaría más a ellos que a los demás, o que los perciba a ellos como dioses, y cosas así, como mi hermano, un músico conocido, quien (generalmente) solo se comporta agradablemente cuando hace sus shows y la gente lo adula, o cuando está tomado o drogado, quien se encuentra viviendo en un estado casi permanente de “¿Quién me va a joder ahora?” … o … “Yo soy alguien” … son aventureros como yo, pero solamente en sus imaginaciones … o … cuando viajan a algún resort exótico de lujo rodeado de guardaespaldas, contactos, y palanca, y cosas así, porque son bastante miedosos aunque griten bravura … o … son demasiado cautelosos (como mi hermano) para enfrentar nuevas experiencias con nuevas dificultades, particularmente con respecto a las dificultades que serían ajenas, desconocidas, o desconcertantes (cosas raras, fuera de lugar, etc.), ya que a ellos les gusta mucho quedarse en su “zona de confort” donde pueden ser rey, donde pueden hacerse parecer que saben lo que están diciendo y haciendo (y a menudo saben), porque necesitan ser adulados, y porque les da vergüenza equivocarse (a mí no, por nada, de hecho, me gusta equivocarme porque así aprendo más cosas), se enojan muy fácilmente contra ellos mismos cuando se equivocan, y casi siempre les echan la culpa a los demás, porque no son capaces de aceptar que ellos son seres humanos como todos los demás, imperfectos … además, aunque ellos entiendan perfectamente el caos, prefieren alejarse de él o exculparse por ser partícipes del mismo … también son unos prepotentes, y son muy paranoicos (yo también lo soy, pero con una actitud positiva al respecto), y siempre andan hablando de la paz de manera vomitante y casi obsesiva (eso me enferma a mí), ellos raramente se inmiscuyen en asuntos ajenos o que a ellos no les concierne o en asuntos que no les interese o que no sean asuntos beneficiosos para ellos personalmente y para su ego, siempre se alejan lo más posible de los conflictos, o tapan la verdad, eluden, evaden cualquier cosa que les complicaría la vida cómoda que ellos desean y que a menudo tienen, y cuando no tienen esa vida de confort, bueno, le echan la culpa a los demás, al sistema, a Dios, a los marcianos, o a quien sea, jamás la culpa es explícitamente de ellos, aunque sea a veces obvio.

II – Hay que saber que yo no tengo desarrollado (por nada) el gene de la “adulación al rey” que mucha gente tiene plenamente desarrollado, por ejemplo, yo no considero, por nada, que un licenciado, un doctor, un director de empresas, algún experto, analista, o profesional, una persona de las clases media, o media altas, o ricas, un rey, una princesa, algún músico o actor famoso, o algún líder Estatal, un diputado, un gobernador, o alcalde, fuera superior a los demás. No les expreso ni una sola gotita más de respeto que a cualquier otro ser humano. Yo mido el respeto solamente en términos de la intencionalidad y las correspondientes acciones, no en base a algún título, posición social, afiliación, creencia, tendencia, moda, dinero, ni tampoco en base a que la persona tendría una personalidad hermosa, o un cerebro fenomenal, o genitales de lujo, ni nada al estilo, y mucho menos respetaría a alguien en base a su habladera de paja aunque esa persona pensaría estar hablando en serio (todos hablamos paja, aun cuando hablamos en serio, algunos más que otros).

III- Tercero, hay que saber que a mi no me interesa conocerlo al actual jefe de Estado venezolano, de hecho, preferiría jamás conocerlo, verán por qué más abajo. De conocerlo (¡espero que no!), la cosa se pondría muy fea, pero no solo en mi película, en mi cabeza, sino en la vida real. Mi esposa tendría que agarrarme por el cuello o por el pipí con la ayuda de 10 personas para removerme del sitio así como ha ocurrido muchas veces antes (pero no tirado por el pipí) cuando me he encontrado cara a cara frente a personas que constantemente cometen injusticias de manera consciente, deliberada, e impune, son personas que además siempre se creen intocables, hasta que se encuentren frente a mí, una de las pocas personas sobre este planeta que se atrevería a ofenderlos debidamente y deliberadamente, públicamente.

(Y si ellos quieren ofenderme públicamente, que lo hagan, eso ni me molesta, ni me importa, a menos que mientan sobre mí, eso sí que yo no la acepto, jamás.)

Sí señor.

Bueno …

Eso dicho, ustedes se podrían imaginar que, de ocurrir ese encuentro, un encuentro que tendría que ser totalmente inesperado, la cosa terminaría siendo como una película de justiciero al estilo de Charles Bronson, de Denzel Washington, o de Steven Segal, o sea, terminaría muy mal, no para mí, sino para él, pero sin violencia, solo con palabras …

Es que bajo ciertas circunstancias, a menos que esa persona sea un idiota o tenga alguna deficiencia mental y cosas así, lo cual no es el caso, yo soy deliberadamente y extremadamente insolente, despectivo, y totalmente e intencionalmente descorazonado y desalmado con el uso de mis palabras, y lo demuestro públicamente frente a todos, donde, cuando puedo hacerlo, desprecio a cualquier persona que sería deliberadamente, directamente o indirectamente responsable o cómplice consciente del maltrato de los más vulnerables e inocentes de nuestro planeta (del 80%), como ocurre de manera flagrante y descerebrada aquí en Venezuela desde el 2013 y empeorando cada día más; la esclavitud moderna (mental, emocional, y física), el abuso de poder, particularmente y casi exclusivamente contra los más pobres (¡jamás contra los ricos o conectados aunque hayan cometido crímenes de lesa humanidad!), contra los indefensos, contra los desposeídos de nuestra sociedad, esos abusos sistemáticos y groseros cometidos todos los días aquí en Venezuela de manera básicamente impune, permitido por el actual jefe de Estado venezolano, donde, por ejemplo, “los blancos” de Venezuela y sus imitadores (el 20%) joden a los “no blancos” y a los pobres e indefensos --- los engañan en la política, los estafan en los comercios y en los entes del gobierno, les roban sus salarios y pensiones, los mandan a arrestar arbitrariamente, etc. --- o sea, donde quienes pueden (los “blancos” y sus socios, el 20%) arremeten cobardemente (¿alguien les arrancó sus pipís?) impunemente contra los “ignorantes monos de la selva,” o sea, contra los Indígenas, contra los “negros,” contra los “mestizos,” contra de los ancianos pobres, contra los hombres y las mujeres pobres, contra los niños pobres y desnutridos, y contra los discapacitados y enfermos que no tienen cómo pagarse medicamentos, cosas que yo no acepto, ni jamás aceptaré, y menos todavía cuando esa gente (el 20%) intentaría hacernos creer que, “así son las cosas,” con el fin de justificar y exculparse ellos mismos (¡miserables!) de su propia y profunda responsabilidad en todo esto, y cuando intentan justificar con esa misma porquería de excusa su propio bajo comportamiento humano generalizado, como la codicia, la avaricia, el amor descerebrado por el lujo, por el aparentar, por esa porquería de “prosperidad” y “paz” para ellos, pero para nadie más … el desfalco de los cofres de la Nación, la corrupción Estatal, el narcotráfico (¡ay, no fui yo!), la sucia politiquería, le mentira, la desfachatez, la indolencia, el oportunismo, el nepotismo, etc., especialmente cuando lo hacen con el fin adicional de ellos mismos mantenerse en el poder, prepotentes como siempre, en un estado alucinatorio permanente de auto-superioridad, cuando en realidad, ello no son nada más que un peligroso cáncer humano terminal, una especie de SIDA espiritual amoral.

¿Están viendo mi película?

Es más, soy experto en artes marciales, entonces nadie me daría suficientemente miedo para callarme, particularmente cuando estarían físicamente frente a mí donde se me haría más fácil resolver el dilema físicamente, si fuera necesario por supuesto (normalmente no lo es), ni tampoco soy un cobarde que saldría corriendo como una gallina sin pañales y sin pipí al ver a un montón de besatraseros cobardes armados hasta los dientes que estarían allí para protegerlo*.

Bueno …

Veo …

En la película del encuentro inesperado mío con el actual jefe de Estado venezolano (no olviden que esta es solamente una película en mi cabeza) …

Veo al actual jefe de Estado venezolano, un tipo muy alto y grande de estatura, y muy pesado y ancho, lento, rodeado --- como en las comiquitas --- de un montón de payasos, idiotas, y besatraseros de todos tipos, muchos de ellos armados y disparando arbitrariamente hacia todos lados (matando a inocentes en el proceso), acercándose a mí, él saltando y bailando y viéndose en un espejo que uno de sus esclavos sostendría mientras caminan, con esa cara cínica y su falsa sonrisa, con esa baja actitud humana de superioridad y prepotencia, y yo, calladito, esbelto, liviano, y sólido de estatura, vestido de negro, quieto y elegante como el Zorro, no diciendo nada, solo observándolo mientras él se me acerca tambaleándose con la mano abierta, cuando en el momento de él darme la mano, yo, sin moverme, le miro la mano, y enseguida, muy lentamente le miro en los ojos, los míos hechos de hielo, y los suyos de fuego, y yo, muy fríamente, y deliberadamente, le pregunto:

¿Quién eres tú?

* Sé que ese es el trabajo de ellos (los guardaespaldas, y cosas así), conocí a muchos ya que trabajé en guerras y en el espionaje, lado a lado con soldados, agentes de inteligencia, mercenarios, francotiradores, etc., pero les digo una cosa, yo, como profesional en ese ámbito de trabajo (contratos de guerra), jamás trabajaría para proteger a una persona como el actual jefe de Estado venezolano, jamás, y sus guardaespaldas saben exactamente a qué me refiero (es un tema muy discutido entre nosotros quienes hemos trabajado en ese ámbito). Entonces, para mí, quienes protegen al actual jefe de Estado venezolano, serían cómplices de sus crímenes, nada más, o sea, el hecho que ellos se consideren profesionales y que justifiquen proteger a gente así usando el profesionalismo como razón, se sale, para mí, por la ventana. No vale.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2002 veces.



Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

Visite el perfil de Oscar Heck para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: