Lula, puede ser el próximo

La derecha avanza en el mundo, nada la detiene. Por conveniencia suele "tolerar" los progresismos. Los poderosos medios de (in)comunicación casi todos privados son su infantería; saben cómo manipular a los lectores. Un nutrido grupo de profesionales mercenarios manejadores de lo emocional, cumplen la tarea ideológica. Razón tenía Rocky Dalton: "No hay opinión pública, hay opinión de clase". La izquierda languidece contra las cuerdas. Los progresistas no hallan "en que palo ahorcarse". Cuesta entenderlos; algunos apuestan al mancillamiento del marxismo, la no necesidad del socialismo, ni de revolución así sean tímidas. Otros proponen reformas gatopardianas o hacen una "oposición" confusa al capitalismo: "ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario". No se puede ganar elecciones sin contactos con las masas y solo con políticas de "cuadros". ¿qué es entonces lo que quieren? ¿"Se han refugiado en la cueva de Platón"? Otros defienden tesis y prácticas que han generado más pobreza y frustraciones en muchos países y gobiernos: solo reformas desde la burocracia estatal. Algunos se mofan de esfuerzos revolucionarios y cuando más, trabajan para reformas que no afecten seriamente al capital. El sistema capitalista trasciende a lo económico; es un modo de vida. Son tiempos de acorralamientos a las esperanzas revolucionarias. Como hay triunfadores hay culpables.

El capital siempre defiende sus intereses; tiene muy claro su papel histórico, no se "confunde" como los progresistas. La bandera (militar) está presta a la defensa del dólar. Maquinaria industrial militar, intereses económicos y medios de (in)comunicación, se confabulan para intimidar y someter a pueblos, andan juntos y marcan la historia de "Gringolandia". En lo que va del presente siglo, en nuestra "Patria Grande", los presidentes: Chávez de Venezuela (por 48 horas), Lugo del Paraguay, Manuel Zelaya de Honduras, Dilma Rusself de Brasil, Evo Morales de Bolivia, Pedro Castillo de Perú, y ahora Nicolás Maduro (al que están amasando, lo que coincide con su política), han sido víctimas del terrorismo norteamericano. En nombre de la democracia (del capital), se mancilla la soberanía popular. Tienen insólitas "leyes" extraterritoriales para justificar sus villanías. Sus poderosos medios de (in)comunicación, hábilmente presentan estos hechos como plausibles esfuerzos "del hermano mayor" para defendernos de los peligrosos chinos y rusos: "América para los americanos". No han faltado cómplices arrastrados como el minúsculo lenin moreno del Ecuador. Boric en Chile está buscando sus rodilleras.

Este primero de enero del 23, se juramentó para un tercer mandato como presidente de Brasil, el señor Ignacio Lula Da Silva quien ya había nominado sus 37 nuevos ministros. 10 de estos ministerios, estarán en manos de reconocidos personajes de la derecha brasileña, ejemplo: Defensa, Minas y Energía, Agricultura, Comunicación, Integración Nacional, Planificación, Transporte y Ciudades. Entre estos diez ministros, hay siete senadores (acuerdos políticos económicos y sociales con el parlamento). Un juego maquiavélico que durará poco. El capital no juega: impone. Amén de las contradicciones entre las medidas populistas de Lula y las neoliberales de su vicepresidente, diez de sus ministros reconocidamente de derecha, el congreso de oposición, siete gobernadores bolssonaristas, una oposición organizada en la calle fuertemente de derecha, MÁS LA REALIDAD CONCRETA DE POBREZA E INJUSTICIAS DE SU PAÍS, lo pondrán contra las cuerdas. Esta falsa luna de miel durará poco. Cambios de ministros y crisis gubernamental vendrán pronto. Difícil circunstancia con equivocadas y tímidas medidas. Las primeras de su actual gobierno, fueron para contener serias amenazas a los bienes nacionales y por ende a la hacienda pública. Veremos cómo serán las otras…

En su primer discurso presidencial, cual presdigitador, ofreció justicia social sin hacer cambios estructurales sistémicos. Es el típico discurso de sirios y troyanos cuando inician sus mandatos. Abstracciones que nunca se hacen realidades. A corto andar se le verá la costura. ¿Cómo así preguntó un paisa? Gobernará desde las instituciones del Estado liberal burgués, el mismo con el que gobernó J Bolssonaro, esto es, desde la burocracia estatal y política, hará "cambios" SOLO gerenciales: Juan por Luis, María por Eva. Conservará intacto el Estado liberal burgués controlado por el capital. Este le exigirá cada vez más entrega y complicidades. Los intereses del capital son antidemocráticos y opuestos a los intereses populares. Si se sale de estas expectativas, la vía judicial controlada completamente por la burguesía brasileña lo acorralará (ya lo hicieron), o algo peor: LA MISMA SUERTE DE CHÁVEZ, podría llevar al Brasil a nuevas elecciones que las ganaría nuevamente Bolssonaro.

Lula tiene adversas circunstancias: el imperialismo norteamericano (posiblemente llegue a "acuerdos" con ellos), un partido (PT) burocratizado sobre el que recaen diversas denuncias de corrupción, la mayoría del parlamento en su contra, siete importantes gobernaciones departamental en manos de opuestos, un ejército fuertemente derechista y anticomunista, su alianza con una parte de la burguesía nacional por medio de su Vicepresidente(que pudiera llegar a Presidente), y millones de brasileños controlados por los dogmatismos oscurantistas evangélicos (No cambiemos nada, todo lo hace y decide Dios), son feroces retos a los cambios sociales, amén que el Presidente Lula es también progresista: NADA DE REVOLUCIONES. Una reformita por allá y otra por acá, serán suficientes. Cuando más, cambio de funcionarios: AMANECERA Y VEREMOS. Lo que no se le entregue al imperialismo, tal vez se le entregue a la burguesía nacional, que al igual que aquí, llamarían: "burguesía revolucionaria". Venezuela puede enviarle al diputado Vielma Mora, para que le ponga "alfombra roja al capital". El ministro Castro Sotelo estará a la orden. Nuevamente el pueblo será derrotado. Sin cambios estructurales serios, no es posible la justicia social.

El tiempo que Lula pasó preso, el inhumano mal trato de Bolsonaro al pueblo brasileño en particular en los días duros de la pandemia COVID, la naturaleza y lógica del capital que es un sistema contrario a la democracia verdadera y a la justicia social, le dieron oxígeno a la candidatura de Lula, y por estrecho margen lo llevaron de nuevo a Plan Alto. Como a todo reformista progresista, el capital se lo fagocitará. Es prudente y necesario, estudiar con detenimiento y profundidad el crecimiento de los grupos evangélicos en nuestro continente. Su visión y prácticas oscurantistas conservadoras y reaccionarias, resultan fácil presa de la derecha en cualquiera de sus modalidades. No es de extrañar, que detrás de estas religiones esté la CIA el Departamento de Estado de los EU... o el Mossar…

Brasil es un país muy importante: Más de 215 millones de habitantes, 8 millones y medio de km2 el más grande de Sur América con casi el 50% de este territorio, recursos inmensos, tierras a montón, mano de obra abundante, posición geográfica estratégica envidiable, aparato industrial, exportador agrícola reconocido y miembro del BRICS, son factores a su favor. En Brasil como en todo nuestro continente la izquierda está fragmentada; hasta dos partidos comunistas tienen. El progresismo ha ayudado a la fragmentación de la izquierda. Lula NO ES REVOLUCIONARIO, ES APENAS UN REFORMISTA PROGRESISTA. Reformas no hacen revolución, y sin revolución el capital impone sus intereses. Puede costarle muy caro esta tercera presidencia. LO SABEMOS LOS VENEZOLANOS.



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Jesús M. Vivas P.

Profesor Universitario con 45 años de servicio docente. PhD en Historia, egresado de la Universidad Complutense de Madrid. Más de 700 Artículos publicados a nivel nacional e internacional, mas de 60 años en la lucha revolucionaria, soy Jesus "Chucho" Vivas

 jesusm_vivas@hotmail.com

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