Socialismo es unidad e ir contracorriente

Unidad en torno a una idea, a un plan, a una verdadera vanguardia.

¿Por qué a una vanguardia?, porque las ideas tienen que tener un referente humano, una expresión humana que sirva de ejemplo para las demás personas, porque los pueblos grandes tienen grandes capitanes. Más allá de las asambleas, asambleas sin líderes, sin modelos ejemplares no pasan de ser muchedumbres sometidas a las costumbres, prejuicios, creencias, tan divergentes como familias y personas existen en la sociedad, y manipulables por los glosomaniacos que engendra la democracia burguesa.

El valor que tiene el líder en una revolución es fundamental, es una instancia moral y señala el norte ético y político de ella; él mismo es la idea rectora de la revolución. Sin Chávez la revolución socialista se perdió junto a la idea rectora de la revolución, porque se perdió la unidad encarnada en él. En una revolución socialista las ideas requieren de coherencia, se tejen en un pensamiento y una acción humana, ahí no valen "mecánicos", requieren de la percepción y la voluntad de hombres y mujeres. La revolución socialista requiere de voluntad, junto a la teoría es ella la que hace posible esa unidad, lo que hace posible una revolución socialista es esa cohesión, son ganas no declaraciones o deseos, discursos hueros.

Chávez fue ese líder, fue capaz de capitanear a todo un pueblo, hay que reconocerlo. Y ¡constatarlo! en sus discursos, arengas, que acompañó con sus decisiones políticas siempre a contracorriente. Hay una diferencia abismal entre el discurso de Maduro y el de Chávez. Chávez pensaba, proponía, explicaba, leía, investigaba para nutrir sus ideas, para darle unidad y una forma concreta a su socialismo. Sobre esa base tomó decisiones, malas o buenas, siempre contrariando al sistema y a sus defensores, con un gobierno minado de traidores petulantes, pero tomó decisiones, corrió riesgos, reparó errores, sobre un cúmulo de reflexión política y ganas de resolver como el líder que fue. Maduro NO.

Cuando mucho, el socialismo en Maduro quedó confinado al ámbito de lo abstracto, sin referencias prácticas vinculadas a las ideas o teorías socialistas. ¿Por qué? porque todas sus prácticas políticas se resumen en un pragmatismo vergonzoso, mezquino trabajando con la corriente a su favor (con los empresarios capitalistas y todo tipo de aprovechadores oportunistas), en fórmulas para sostenerse en el poder, delegando la tarea de "líder heredero de una revolución socialista" a subalternos, a técnicos; la economía y la política a los capitalistas y publicistas, la cultura a aduladores y publicistas, la educación a aduladores con mentes de sindicaleros… Mientras el "líder" se ha ocupado, entre otros asuntos de interés personal, de intimidar a sus subordinados, para que ninguno se atreva a gritar ¡el rey está desnudo!, para que nadie denuncie su ausencia, para que nadie señale la contradicción de una revolución que en la práctica es una contrarrevolución que trabaja para restaurar el capitalismo.

Es fácil criticar a Chávez y hablar de "súper liderazgo" cuando todo es abstracto, cuando no se tienen ganas verdaderas de cambiar la sociedad, es fácil hacerlo cuando no se tienen ideas o un compromiso personal con algo más grande que nosotros mismos, voluntad de cambio, ¡bolas! Personalmente creo que hay capitanes de capitanes, gente con una capacidad extraordinaria para gobernar, para liderar cambios verdaderos en la sociedad, y que la democracia burguesa ha sido la mejor excusa para que negarlos, afirmar el estatus del sistema capitalista, delegar el gobierno de nuestras vidas a las leyes y normas de los ricos y poderosos, declarando "yo no creo en mesías", "más vale malo conocido que bueno por conocer", y como no se cree en mesías se vota en un concurso democrático donde siempre gana el mismo o ¡lo mismo! … ¡Súper liderazgo!: cuando hay alguien que se atreve hacer con ideas claras, porque nadie más se atreve, porque no las tiene.

La historia la escriben los hombres y mujeres que luchan, no las instituciones. Ellos fundan instituciones. Las instituciones y todo el universo de abstracciones "positivas" que ahora nos dan órdenes, las leyes, los modelos filosóficos, los métodos científicos, los criterio de belleza, de bien y de mal, son productos humanos, y somos los humanos quienes podemos o no cambiarlos, ponerlos al servicio de la humanidad para hacer que se desarrolle y permanezca en el tiempo, o usarlos para someterla y acabar con ella.

Para muchos Fidel Castro es un narcisista tirano, Chávez es un tirano, al tiempo que creen que el capitalismo es algo natural, que vino con el mundo. Unos incautos creen que en Venezuela cabemos todos en una sociedad dividida en clases, cada cual respetando su rol histórico, otros que CAP fue un líder de la democracia; que Obama y Biden, Macron son líderes porque obedecen la ley…, y porque pueden ser relevados por la voluntad de sus pueblos por otros lacayos de la tiranía burguesa, la tiranía del capital, y aun así los llaman líderes mundiales...

Fidel y Chávez sí son ejemplos de "capitanes de capitanes", como Bolívar, líderes verdaderos, y lo son porque lucharon contracorriente, en contra de la lógica del capital. Y todavía lo son, porque después de muertos siguen moviendo masas, se hicieron ellos mismos ideas, cosecharon de Bolívar, Zamora, Rodríguez, Marx, Lenin,… y sembraron ideas. Si creemos más en la democracia burguesa que en los seres vivos que luchan estamos jodidos.

…La vanguardia no es un invento político de dominación, es un producto de toda revolución que sabe leer del pasado, capaz hacer de esa "cosecha humana" un instrumento para el cambio revolucionario. Vanguardia no es un concepto marxista, es una consecuencia necesaria, una invocación histórica del factor humano para los cambios fundamentales, para recuperar la humanidad y el "humanismo", la verdadera "posmodernidad". El socialismo es el impulso de cohesión social más honesto destinado a superar la modernidad capitalista que fragmenta,… ¡la oligarquía capitalista!...

Un líder revolucionario verdadero lucha contra corriente, se enfrenta a la lógica del capitalismo, al fatalismo capitalista, va por la conquista de lo que se cree "imposible", porque sabe que lo posible ya existe, ¡ésto que tenemos, que vivimos y padecemos ahora!… Sin socialismo el mundo se agota, sin socialismo la crisis nos llevará al final de la humanidad, pero con él será el fin del capitalismo. Es preferible evidentemente que muera el capitalismo, la máquina de mentiras, explotación, destrucción y muerte.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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