¿Será que yo soy el loco aquí?

A veces, pienso que estoy totalmente loco, así como lo sugiere Juan Veroes, y que yo formaría parte de los millones de venezolanos y venezolanas que, me imagino, él se imaginaría necesitaríamos los servicios de urgencia de su sugerida misión diseñada para rescatar a los locos opositores a Maduro, la MISIÓN LOCOVEN.

Es que …

Recién leí un artículo de opinión aquí en Aporrea --- y seguramente habrán otros parecidos por venir --- donde el autor pareciera alabar el discurso del 15 de enero (2024) de Maduro, donde Maduro supuestamente rinde cuentas sobre el año 2023, donde el autor dice, o insinúa, que debido a los esfuerzos de Maduro, hoy existiría una luz al final del túnel para sacarnos de este infierno humano que, de acuerdo con el autor, fue causado principalmente a raíz de la reducción de los ingresos petroleros y a las sanciones, y cosas así … y me quedé con la mandíbula por el piso.

Casi que me di un electrochoque a mí mismo.

Además, el autor dice, que los problemas económicos aquí en nuestro país empezaron en el 2014, lo cual es totalmente falso, porque, los problemas económicos, o sea, las monumentales bajas salariales, la hiperinflación, y la devaluación de nuestra moneda, empezaron todas a partir de finales de febrero del 2013 después la devaluación oficial de nuestra moneda de 40% cuando Maduro ejercía la presidencia de nuestro país ya que Chávez estaba muriéndose, o sea, los problemas económicos empezaron casi 2 años ANTES de la baja significativa del precio del petróleo (finales del 2014 y en el 2015), y mucho antes de cualquier sanción económica contra el gobierno de Maduro (2019).

Pensé:

¿Cómo carrizo puede alguien decir o insinuar tales cosas, además de, directamente o indirectamente, felicitarle a Maduro, como si Maduro fuera hoy quien estaría rescatándonos de la destrucción que él mismo inició?

¿Qué es eso?

Eso sería como si los hijos de una familia de origen humilde le felicitarían al padre, un vago y parásito por naturaleza, por haber traído a la casa medio saco de cemento y algunos bloques para reconstruir la quinta donde viven, la cual el padre heredó 10 años atrás, una bellísima quinta además, full equip, pero que, debido a sus constantes ataques de grandiosidad y prepotencia, porque él ahora se creía rey, él mismo destruyó a coñazos cada vez que llegaba a la casa prendido, un día lanzando una rejilla de ventana por la misma ventana, otro día tumbando un pared completa con el mazo prestado de un amigo, y otro día arrancando todas las tuberías de agua, y todos los cables de electricidad, y de internet, forzando a su familia a vivir 10 años sin servicios y en miseria aunque vivieran en una quinta que una vez fue reconocida a nivel mundial por su innovadora arquitectura y por su alto nivel de funcionalidad, la cual, en primer lugar, él nunca construyó con sus propias manos por ser el vago, parásito, mentiroso, abusador, y oportunista que siempre fue, siempre en búsqueda de la prosperidad fácil, a cosilla de los demás, o algo así.

Así me lo imagino en mi cabeza.

¿Será que yo soy el loco aquí?

Tal vez que sí.



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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