Es azarosa, hasta el cansancio, la manera como se ha venido manejando el tema de las habilitaciones, particularmente la relativa a la señora Machado.
En este asunto hay como dos deseos o versiones radicalmente opuestas. No quiero decir con esto que sean ellas las verdaderamente asumidas por quienes forman parte de las cúpulas y por ende manejan informaciones ciertas o de primera mano, sino las del común de la gente.
La primera asegura que la habilitación de la señora MCM no va a producirse porque son abundantes y justificadas las razones para no hacerlo y, la segunda, explica la medida en el temor que existe en el gobierno que la inhabilitada a éste le pudiera ganar las elecciones presidenciales.
La primera se convierte en el gobierno en una traba para habilitarla, pues pudiera causar mucho más descontento del ya existente entre quienes le apoyan y la segunda, que se fortalece en el silencio del TSJ, pudiera servir de sustento para que factores opositores se abstengan en abundancia y tomen de nuevo cuerpo los planes al margen de la legalidad.
Los Acuerdos de Barbados llegaron hasta donde podían y hasta debían hacerlo, dadas la circunstancias. Y estas son que, en medio de la conflictividad inherente a los venezolanos, están los intereses y deseos del gobierno de EEUU y sus capitales, pero también los nuestros, de los ciudadanos comunes, del país todo, de una tendencia u otra y los gobierno mismo. De modo que los Acuerdos obedecen a esa realidad y deben marchar también conforme a ella.
Esos acuerdos hablan, entre otras cosas, de realizar unas elecciones "libres, democráticas" y hasta de habilitar a quienes impedidos están por sanciones de participar en ellas como candidatos. En Barbados, como debe ser del conocimiento público, no se acordó habilitar a nadie en particular. Quienes están sancionados o inhabilitados, según lo convenido, deben pedir al TSJ estudiar su caso y no habiendo impedimento legal y moral, por encima del interés colectivo, este organismo debería conceder al solicitante el favor solicitado. Es obvio que en esas conversaciones no se privilegió a nadie y esto es muy importante,
Pero según la creencia de una buena porción de ciudadanos, la señora MCM, quien además ganó las elecciones primarias, de manera abrumadora, de un sector de la oposición venezolana, es la vanguardia o candidata competente para ganar las elecciones presidenciales y siendo así, como ella misma lo cree, solicitó al TSJ se le habilite, aunque lo narre al público y lo alegue de manera diferente. Se limitó a cumplir con lo acordado, lo que implica debe esperar que el TSJ evalúe su situación y hasta actuación para determinar si es merecedora de la medida por ella solicitada.
Han pasado los días, hay quienes aseguran, eso lo ignoro, más de los debidos para haber recibido respuesta y el TSJ, nada dice por ahora. Y esto es una señal que pudiera tener muchos significados,
Desde el gobierno, a través de distintos medios o recursos, sobre todo a través de la palabra de Diosdado Cabello, siempre expresada como de manera ligera, dado que no es asunto de su competencia y si con la intención de dejar una duda conveniente, se manifiesta que la señora Machado no será habilitada.
Las razones que se dan para justificar la decisión de no habilitarla, en su mayoría, son válidas para todos aquellos que están sancionados como ella.
Pero hay algo importante, sus partidarios, convencidos están y lo divulgan por distintos medios y por la voz hasta de figuras presentadas como de abundantes méritos intelectuales y políticos, sería la ganadora de las elecciones hasta con demasiada facilidad.
Esta convicción pone en manos del gobierno una herramienta importante. Si es así como algunos cuantos creen y dicen o lo dicen sin creerlo, sería una ficha o "mercancía importante y valiosa" para el intercambio en las conversaciones, ya para nada ocultas, que se dan entre aquél y la Casa Blanca. Es decir, el gobierno, dado el valor y fuerza electoral que factores de la oposición dan a MCM, pudiera exigir al gobierno de EEUU, a cambio de su habilitación unas medidas trascendentes, sobre todo en lo relativo a la suspensión de sanciones, más allá de eso tan publicitado como fue la libertad de Alex Saab. Y que sea ya, para a partir de ellas, intentar rescatar el fervor popular. Y en EEUU esto saben y miden con demasiado realismo y conveniencia.
Pero habría que saber si, en EEUU se cree esa narrativa, según la cual, la señora Machado es una segura candidata ganadora. Y además, si vale la pena, hacer al gobierno unas concesiones en lo inmediato que podrían repotenciarlo y colocarlo en mejor posición, cuando sin la señora Machado en la presidencia, más si no están seguro que ella ganaría, pudieran lograr más ventajas, estando hoy y mañana Maduro en la presidencia, si continúan manejando el asunto con la paciencia de ahora y el ritmo de los logros alcanzados hasta ahora.
A EEUU, ya lo hemos dicho hasta el fastidio, lo que le interesa, por encima de todo, son sus logros y metas en los asuntos de la economía y, en nuestro caso, eso casi se centra en el asunto petrolero. El gobierno venezolano y el de EEUU coinciden en lo de reponer el negocio al nivel y condiciones de los viejos tiempos. Y a EEUU, si eso lo logra con Maduro u otro presidente, aunque sea del PSUV, es lo que, en definitiva, interesa. Lo fundamental es que las cosas sigan como vienen dándose.
En la Casa Blanca están convencidos que la idea loca de los tiempos de Chávez y los comienzos de Maduro, de sacar al gobierno y lograr el control de todo el aparato del Estado, pasando por encima de la Constitución bolivariana, no fue más que como ya dijimos "una idea" de locos. Están obligados a bregar, sea quien sea el presidente, con lo dispuesto en las leyes, pues pese que MCM gane, no logrará el control absoluto del Estado para hacer a su entender y según el interés extremo o ideal del gobierno estadounidense.
Para decirlo de otra manera, en la Casa Blanca, se ha llegado al convencimiento que lo que se puede y debe lograr, es posible sin importar quién sea el presidente. Y no hay duda que eso que quieren y desean, pueden lograrlo con Maduro u otro presidente de la misma tendencia, tal como lo muestra el movimiento real y el estado angustioso de la vida venezolana. El realismo y la emergencia se han impuesto sobre los sueños y hasta cantos de sirena.
Y no es que diga que Maduro y el PSUV se han entregado, sino que el mundo marcha dentro de una lógica que los deseos de uno no pueden cambiar.
En este momento, EEUU y Venezuela están obligados por interés mutuo, por encima de lo ideológico o los sueños, a recomponer sus relaciones en gran medida, dado que el primero necesita nuestro combustible que de paso, como solía decir Walter Martínez, sólo está a 4 días de viaje marino y Venezuela para reactivar rápidamente su estructura productiva del combustible y elevar sus ingresos, hasta para replantearse un modelo distinto del rentismo petrolero y satisfacer las demandas de una multitud que se cansa de padecer tantas dificultades.
Dentro de este cuadro, nada inventado, sino "sacado de la vida misma", como lo decía la novela radial cubana y hasta Mario Vargas Llosa en "La tía Julia y el escribidor", las exigencias del gobierno venezolano a EEUU para habilitar a MCM, lo que pudiera hacer, dado a nuestro parecer no es competente para reunir las fuerzas necesarias, podrían resultar a EEUU muy costosas y elevadas, cuando con paciencia, sin apuros, soltando cuerda lentamente, como para que el ahogo produzca mejores resultados, pudieran lograr lo mismo, sin necesidad de cambiar la formalidad del cuadro político venezolano y de paso, atemperar la inconformidad contra lo existente.
Y es bueno darle valor a algo que, en EEUU bien lo hacen; el gobierno de Venezuela, desde los tiempos de Chávez, al margen de las razones que cada quien pueda alegar, bien por valorar adecuadamente las circunstancias o darse una explicación a gusto, tiene suficiente respaldo militar.
Y uno observa, cómo que en EEUU comienzan a conformarse con lo que pareciera va a acontecer y en Venezuela también; tanto que entre los integrantes de la Plataforma Unitaria, ya empiezan a pensar entre escoger el candidato (a) sustituto (a); significa que allá, en el gobierno del país del norte, satisface como marchan las cosas y más les conviene, ir soltando la cuerda poco a poco, mientras recomponen, en la medida de lo posible, lo que en verdad a ellos interesa; es cuestión de hablar y tener paciencia y, como siempre, dejar a un lado a quien le haya querido servir pero ya no le sirve,
Hasta ahora he venido sosteniendo que la candidatura de la MCM sería habilitada y antes como ahora, he dado mis razones, pero dadas las muy "solidarias" declaraciones de Henry Falcón, quizás un poco tarde, según las cuales apoyaría esa candidatura, dado que fue la ganadora de las elecciones primarias, donde su grupo o partido participo, me hace pensar que la habilitación no se hará efectiva, pues supongo al citado personaje con buena información, ya está dateado de primera línea y mueve sus piezas para quedar de lo mejor en el nuevo cuadro.