LAS RAICES DE LA ABISMAL DIFERENCIA QUE OSTENTA EL LIDERAZGO DE HUGO CHAVEZ CON RESPECTO A LA DIRIGENCIA POLITICA TRADICIONAL (XIII)
La afirmación del decaído punto de vista mecanicista según el cual en las crisis sociales graves, se debe evadir la respuesta a la pregunta ¿cuáles son los estilos de vida social más saludables?, discrepa con la ordenación de la vivificada mirada sistémica, orgánica, integral, holística o de campo unificado en connivencia con la cual en las crisis sociales graves se hace indispensable darle respuesta a la pregunta ¿cuáles son los estilos de vida social más saludables?, antagonismo éste que, empleado en la arena política, adquiere importancia en la abismal diferencia que ostenta el liderazgo de Hugo Chávez con respecto a la dirigencia política tradicional.
La adhesión de la dirigencia política tradicional a la camada imaginativa mecanicista, aunada a la envanecida usanza que les tributa su añeja destreza política partidaria, forja su convencimiento de que para solucionar las crisis políticas profundas en las que se sumerge periódicamente la formación social capitalista cuya perpetuidad preconizan, se hace indispensable esquivar el paseo imaginativo por la posibilidad de implantar un saludable estilo de vida, ya que esto cuestionaría el carácter imperecedero de un sistema donde la progresiva monopolización del mercadeo engendra el avasallamiento del capital sobre las personas que ejercen tanto la función de explotadores como la de explotados. Supremacía ésta que, bajo el reinado de la brutal competencia, convierte a los dueños en esclavos de sus propios patrimonios y exalta sus egos saturándolos de la desalmada codicia que los conduce a la obsesión por conquistar el infeliz privilegio de exhibir sobre sus sienes la diadema que contiene el voraz atesoramiento cuya inapreciable cuantía refleja la enajenación y miserable expropiación de las faenas cotidianas de la inmensa mayoría de sus congéneres.
El tema del establecimiento y la práctica de un estilo de vida tan siquiera de signo saludable, hace aflorar la concepción de la dirigencia política tradicional según la cual su oficio es el arte para lograr lo posible y, por tanto, la imposibilidad de alcanzar este objetivo dentro de los cánones del sistema de explotación capitalista, execra ese objetivo del programa de acción de sus partidos políticos, ya que éste entraría en sinrazón con su propósito fundamental de ir tras la conquista de espacios donde concretar el ejercicio usufructuante del poder.
Contrariamente, de la afiliación de Hugo Chávez en los cauces del ideario integral, orgánico, sistémico, holístico o de campo unificado, deriva su concepción del trajinar político como el artilugio a través del cual en el porvenir se hace posible lo que en el presente es imposible. En consecuencia, ya que según las reglas de juego capitalistas es inalcanzable una sana convivencia humana, se hace imprescindible ir al encuentro de sucesivas respuestas a la pregunta ¿cuáles son los estilos de vida social más saludables?, emprendiendo la ardua y riesgosa aventura del establecimiento y práctica de una revolución permanente para explayar el desarrollo del potencial humano que hará posible el tránsito por el atajo en cuyo distante apostadero, sobre el terreno abonado con las cenizas crematorias de la explotación, la enajenación y la alienación, aflorarán las trascendentes disposiciones del Socialismo del Siglo XXI.
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